Cin¨¦cyclo, cine ambulante a pedales
Un joven franc¨¦s recorre todo Senegal en bicicleta para acercar el cine a m¨¢s de 10.000 espectadores del entorno rural
Est¨¢ a punto de comenzar una proyecci¨®n de cine en la aldea m¨¢s remota y aislada de Senegal, donde no hay electricidad ni agua corriente. Son las nueve de la noche. Todo est¨¢ oscuro. La poblaci¨®n se sienta frente a una gran lona blanca colgada entre dos baobabs. En este cine, las butacas son dunas de arena blanca y el techo de la sala es un cielo plagado de estrellas. Hace una noche agradable, corre una ligera brisa y sigue llegando gente. Para que comience la proyecci¨®n, solo hace falta un voluntario que se ofrezca a pedalear. Aparece un espont¨¢neo y se sube a la bicicleta. El fundido de apertura llega al comp¨¢s del ciclista y su pedaleo. Empieza la proyecci¨®n.
Aunque parece el argumento de una pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n, esta idea alocada y divertida se le ocurri¨® al franc¨¦s Vincent Hanrion durante su primer viaje a Senegal en 2014, y no par¨® hasta hacerla realidad. Impulsado por la idea rom¨¢ntica de llevar el cine a todos los rincones y dirigido por una gran conciencia medioambiental, el ciclista pedale¨® 3.000 kil¨®metros por pistas de tierra roja para acercar la magia del cine a m¨¢s de 10.000 espectadores repartidos por las zonas rurales de Senegal. Cin¨¦cyclo naci¨® en 2015 para transmitir un mensaje fundamental: el entorno natural es nuestro bien m¨¢s preciado y debemos protegerlo.
El activismo ecol¨®gico y el ingenio de Vincent-V¨¨lo ¡ª o ¡°el hombre bicicleta¡±, como le conocen en todas partes ¡ª le llev¨® a desarrollar un sistema ¨²nico e innovador. Junto con Ibrahima Dionne y su equipo local en Dakar, crearon un generador a partir de materiales reciclados que permite proyectar pel¨ªculas gracias al pedaleo de una bicicleta, un sistema desarrollado anteriormente por electricpedals y manufacturado por Douze Cycles. Durante siete meses, recorri¨® Senegal con su veh¨ªculo y con el cine como regalo.
¡°Franc¨®fono, plano y estable pol¨ªticamente, Senegal me pareci¨® el destino ideal para la primera expedici¨®n de Cin¨¦cyclo en ?frica¡±, explica Hanrion. Su periplo empez¨® en la regi¨®n sure?a de Casamance en noviembre de 2015 y acaba de finalizar en Dakar. ¡°Estamos bastante cansados, el viaje ha sido duro, pero estamos muy satisfechos con el resultado¡±, comenta Vincent, rodeado de su equipo local.
Vincent-V¨¨lo no viaj¨® solo: fue tropezando con j¨®venes entusiastas en el camino que no dudaron en sumarse al equipo. Como Yoro Diallo, un senegal¨¦s de 26 a?os que, cuando conoci¨® a Vincent, se ofreci¨® a acompa?arle para hacer de int¨¦rprete y de gu¨ªa por toda la regi¨®n. Lo mismo ocurre con C¨¨dric Schadrach, coordinador de la primera expedici¨®n. Hoy C¨¨dric y Yoro han asumido el mando de Cin¨¦cyclo para darle continuidad al proyecto y mantener vivo el esp¨ªritu de su fundador. ¡°Todav¨ªa quedan muchos lugares por visitar, y queremos llegar a todos ellos¡±, asegura Yoro.
Encontrar aldeas aisladas y sin acceso a la energ¨ªa el¨¦ctrica no es muy dif¨ªcil. Seg¨²n el Banco Mundial, solo un 56,5% de la poblaci¨®n tiene acceso a este recurso, as¨ª que Yoro y C¨¨dric tienen m¨¢s de siete millones de espectadores potenciales, casi la mitad de los habitantes del pa¨ªs. A¨²n con todo, Senegal es un pa¨ªs con suerte: en ?frica, dos tercios de la poblaci¨®n carece de acceso a la energ¨ªa el¨¦ctrica, seg¨²n el informe publicado por Africa Progress Panel en 2015, lo que significa que 621 millones de africanos todav¨ªa viven a la luz de las velas.
No es la primera iniciativa de cine itinerante que surge en el pa¨ªs ni tampoco en la regi¨®n, pues antes ya exist¨ªan Cinema Num¨¨rique Ambulant, MobiCine o el Festival Afrikabok, aunque Cin¨¦cyclo es el primer proyecto de este tipo que se propone ¡°llegar all¨¢ donde no va nadie¡± comenta Vincent. ¡°Si es imposible llegar, nosotros iremos.¡±
Vincent Hanrion pedale¨® 3.000 kil¨®metros por pistas de tierra roja para acercar la magia del cine a m¨¢s de 10.000 espectadores
Vincent se refiere a aldeas como Afia y Dand¨¦, dos de los enclaves m¨¢s inaccesibles de todo el pa¨ªs. Situados en lo alto de una monta?a de roca en el Pa¨ªs Bassari, en el extremo oriental de la regi¨®n de Kedougou, es necesario escalar para llegar a los poblados. ¡°Tuvimos que hacer alpinismo, si no, ser¨ªa imposible. Hemos cargado con la bicicleta y con la caja de proyecci¨®n hasta all¨ª arriba¡±. La inaccesibilidad es su motivaci¨®n. ¡°Si no vamos nosotros, no ir¨¢ nadie¡± dicen Yoro y Vincent, al un¨ªsono.
Hasta que llegaron a Djilapao, una aldea escondida en la Casamance, la ¨²nica luz que conoc¨ªan sus habitantes era la de las linternas o el fuego de la cocina. Este pueblo de 50 habitantes en medio de un manglar y rodeada por arrozales no tiene pozo ni escuela, sin embargo han podido asistir a una sesi¨®n de cine que les ha permitido so?ar con otro mundo, y ya de paso conocer un poco mejor el suyo.
¡°Todas las pel¨ªculas est¨¢n relacionadas con el medio ambiente y la agricultura, priorizando las piezas rodadas en wolof ¡ªidioma nacional de Senegal¡ª. Es importante mostrar historias que eduquen e informen a la poblaci¨®n sobre el mundo que nos rodea¡±, asegura Vincent.
Para hacer el viaje posible, Vincent cuenta con la ayuda de asociaciones locales como la Asociaci¨®n Oceanium, o la ONG Nebeday, que realiza una labor de gesti¨®n participativa de los recursos naturales. Adem¨¢s, ha realizado una campa?a de recaudaci¨®n de fondos y recibe financiaci¨®n del servicio cultural de la Embajada de Francia, la Embajada de Espa?a o la regi¨®n de Borgo?a, entre otros.
El proyecto busca generar un impacto positivo en la poblaci¨®n. Entre las pel¨ªculas que m¨¢s ¨¦xito han cosechado se encuentra Binta y la gran idea, de Javier Fesser, un filme imprescindible sobre la necesidad de escolarizar a las ni?as en los pa¨ªses en desarrollo. ¡°La hemos proyectado en el mismo escenario donde se ha rodado, en la regi¨®n de la Casamance; ha sido muy emocionante¡±, comenta Vincent.
Otra obra que ha causado mucho impacto es Fanabaraa, sobre las cocinas mejoradas, una nueva tecnolog¨ªa que permite guisar de una forma m¨¢s eficiente porque reduce el gasto de combustible, las emisiones de CO2 y, en consecuencia, el impacto medioambiental.
Vincent transmite al mundo su experiencia a trav¨¦s de una cuenta de Instagram y un blog. Tambi¨¦n realiza talleres de cine de animaci¨®n para los ni?os, participantes y protagonistas en un v¨ªdeo en la aldea de Cabrousse.
El viaje est¨¢ cargado de an¨¦cdotas y de buenos recuerdos. ¡°Vine con la tienda de campa?a pensando que podr¨ªa acampar en cualquier lado, pero siempre hab¨ªa alguien que nos acog¨ªa en su casa¡± dice Vincent, que confiesa no haber acampado en los siete meses de viaje. ¡°A pesar de venir con una ruta planificada, siempre aparec¨ªa gente de forma espont¨¢nea que nos dec¨ªa ¡®?venid a nuestra aldea! Nosotros tambi¨¦n queremos un cine¡¯. Entonces, el entusiasmo nos arrastraba a otros lugares que nos ¨ªbamos encontrando por el camino¡±. Eso explica que, de las 40 sesiones inicialmente planeadas, llegaran a realizar un total de 100.
Han estado en pueblos donde nunca antes hab¨ªan visto una pel¨ªcula, lugares en los que nunca esperan la llegada de nadie ni de nada, pero eso no les ha impedido reunir hasta 500 espectadores para asistir a una proyecci¨®n, como ocurri¨® en Bossinkan, una isla en el delta Sin¨¦-Saloum. En algunas aldeas, era la primera vez que ve¨ªan a un blanco. En otras, como en Wendufandu, se encontraron con un homenaje a Bob Marley en el d¨ªa del aniversario de su muerte, el pasado 11 de mayo. ¡°Ese d¨ªa proyectamos algunos videoclips del m¨²sico y todo el mundo empez¨® a bailar. Siempre nos hemos adaptado a su programa de actividades, evidentemente". As¨ª ocurri¨® en Bonaba, una aldea cercana al Lago Rosa, donde se estaba celebrando una boda la noche que programaron la proyecci¨®n. Esperaron a que el evento finalizara para que nadie se perdiera la sesi¨®n de cine, a la que asistieron todos los invitados del enlace y algunos vecinos m¨¢s de aldeas cercanas.
La iniciativa de Cin¨¦cyclo demuestra que se puede hacer mucho con muy poco y se consolida como un cine ambulante de gran ¨¦xito de ?frica Occidental, viajando hasta el ¨²ltimo recoveco. En Bonaba, en Dakar o en Nueva York, nadie puede escapar a la fascinaci¨®n que produce contemplar im¨¢genes en movimiento que desvelan los secretos del mundo. Sin embargo, solo unos pocos tienen el privilegio de descubrirlos al comp¨¢s del pedaleo.
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