Trastornos en el sistema inmune que incapacitan para las relaciones sociales
Un equipo de cient¨ªficos trata de explicar en ratones por qu¨¦ fallos en el sistema que nos defiende de los pat¨®genos provocan problemas de sociabilidad como el autismo o la esquizofrenia
La capacidad para relacionarse con los dem¨¢s es fundamental para la supervivencia de un organismo. Tareas como conseguir comida, protegerse de las amenazas o reproducirse requieren poder interaccionar con otros. Algunos problemas de salud, como la esquizofrenia o el autismo dificultan esas interacciones y se ha observado una relaci¨®n entre esos trastornos y problemas en el sistema inmune. Durante los ¨²ltimos a?os, algunos estudios han mostrado una relaci¨®n entre la diversidad de bacterias que habitan en el est¨®mago y la salud mental, y tambi¨¦n se quiere entender c¨®mo un fallo en los sistemas que nos sirven para defendernos de los pat¨®genos puede da?ar nuestro trato con otras personas.
En EE UU, investigadores de la Universidad de Virginia est¨¢n utilizando ratones para probar sus hip¨®tesis sobre los mecanismos que producen estos efectos. En un art¨ªculo que publican esta semana en la revista Nature, plantean que como el comportamiento social es crucial para la supervivencia de una especie y un grupo m¨¢s grande de individuos, como se ha observado hist¨®ricamente en las ciudades, incrementa las probabilidades de difundir pat¨®genos, es posible que todo tipo de seres vivos hayan experimentado una presi¨®n para mejorar su respuesta contra estos pat¨®genos con el incremento de su sociabilidad. Adem¨¢s, identificaron una v¨ªa molecular por la que se podr¨ªa haber producido esta coevoluci¨®n.
Un trasplante de linfocitos hizo recuperar la sociabilidad a ratones con trastornos similares al autismo
En primer lugar, los cient¨ªficos tomaron ratones con un fallo en la inmunidad adquirida, la capacidad del sistema defensivo de un organismo para hacer frente a nuevas infecciones. Estos animales no mostraban un inter¨¦s mayor en otros ratones que en un objeto, algo que sirve para identificar disfunciones sociales en estos modelos. Despu¨¦s, para ver si estas disfunciones sociales eran reversibles, introdujeron en esos ratones de laboratorio linfocitos procedentes de ratones salvajes y observaron su comportamiento social cuatro semanas despu¨¦s. Aquella reparaci¨®n del sistema inmune hizo que los ratones recuperasen su sociabilidad.
Los autores del art¨ªculo publicado hoy vieron que los animales ten¨ªan las regiones frontales del cerebro ¡°hiperconectadas¡±, algo que tiene similitudes con los enfermos de autismo, y que esa hiperconexi¨®n se repar¨® cuando se recuper¨® la normalidad del sistema inmune. Desde el punto de vista molecular, los cient¨ªficos observaron que las neuronas modulan la actividad de los circuitos que regulan el comportamiento social en respuesta a una sustancia que se conoce como interfer¨®n gamma, producida por las c¨¦lulas del sistema inmunitario para combatir pat¨®genos.
Jonathan Kipnis, investigador de la Universidad de Virginia y responsable del estudio, considera dudoso que la transferencia celular que devolvi¨® la normalidad a los ratones pueda funcionar para tratar a humanos. Sin embargo, ¡°si se identifican las alteraciones inmunitarias que se producen en los trastornos psiqui¨¢tricos y somos capaces de identificar los mecanismos moleculares precisos, es posible que seamos capaces de imitar el efecto de los linfocitos a partir de las sustancias que se segregan¡±.
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