Historia de un vestido
Debut¨® en sociedad el pasado mes de septiembre en Nueva York y solo unos meses despu¨¦s ya es pieza de museo: este vestido de Delpozo (en la imagen de la izquierda) se codea con un mcqueen?y un galliano?en el Modemuseum Hasselt de B¨¦lgica dentro de la exposici¨®n Haute-¨¤-Porter,?dedicada a los l¨ªmites difusos entre la alta costura y el pr¨ºt-¨¤-porter.?Una trayectoria que demuestra la dimensi¨®n que ha alcanzado la firma en menos de cuatro a?os con Josep Font al frente. Embarcado en las colecciones resort,?verano y pre-fall?de 2017, y con la cabeza puesta en la reciente apertura de una nueva tienda en Londres, al dise?ador se le antoja lejana la g¨¦nesis de esta creaci¨®n: ¡°Estoy ahora con tres colecciones. ?Tres! Cuando me preguntan, digo: ¡®?De cu¨¢l me hablas?¡¯. Es demasiado, pero le sigo poniendo pasi¨®n, es mi forma de ser¡±.
La inspiraci¨®n no llega, ¡°se trabaja¡±, puntualiza. El barcelon¨¦s suele combinar como punto de partida dos temas diferentes. En este caso son Emilie Fl?ge, musa y amante del pintor Gustav Klimt, y el Romancero gitano,?de Lorca: ¡°Nada que ver¡±. Elegidos los argumentos, Font y su equipo acotan las aproximaciones: ¡°Me interesaba el tema de los volantes, pero quer¨ªa darle una vuelta, no que la gente viera ni Andaluc¨ªa ni Espa?a en el desfile aunque estuviesen ah¨ª¡±. Reconoce que no siempre es f¨¢cil conjugar inspiraciones tan dispares, pero el desaf¨ªo vale la pena: ¡°Es m¨¢s ca¨®tico, pero el resultado es muy especial¡±.
pulsa en la fotoSolo existen 26 unidades de este vestido m¨¢s una versi¨®n especial realizada para una clienta de Oriente Pr¨®ximo.gianfranco tripodo
En funci¨®n de los motivos, se trabajan una serie de vol¨²menes que dan coherencia a la colecci¨®n. Construcciones que alimentan el ADN de la firma bajo los vestidos, faldas y pantalones. Es en estas estructuras donde el equipo invierte muchas horas de investigaci¨®n, en un proceso complejo y lento. ¡°A veces, cuando no acabamos de encontrar la soluci¨®n, surge la duda: ¡®?Y si lo hacemos solo para el desfile?¡¯. Pero no, no, no. Si no lo puede usar la gente, ?para qu¨¦ ense?arlo?¡±. En este punto, Font pregunta a alguien de su equipo si puede traer uno de sus cancanes. Aparece con uno semitransparente y muy ligero: ¡°No pesa nada. Y con ¨¦l te puedes sentar, mover y bailar. Algo tan sencillo es muy complicado de hacer. Este nos llev¨® seis meses¡±.
A su llegada a delpozo, josep font se propuso recuperar t¨¦cnicas como el bordado con un enfoque moderno.
Una vez llegado este punto es cuando la colecci¨®n empieza a echar el vuelo. ¡°Aunque en realidad con este vestido empezamos por el bordado¡±, recuerda. Para decorar la sobrefalda se emplearon 52 horas. Este tipo de trabajos tan minuciosos colocan a la firma en el terreno de la moda demi-couture,?a medio camino entre el pr¨ºt-¨¤-porter?y la alta costura. No son piezas ¨²nicas, pero el tipo de elaboraci¨®n y los procesos no tienen nada que envidiar a las creaciones artesanales que desfilan en la Semana de la Alta Costura de Par¨ªs. ¡°Cuando llegu¨¦ a esta casa, uno de mis objetivos fue buscar nuevos c¨®digos. Quer¨ªa empezar con el bordado, volver a usar la t¨¦cnica y hacerla moderna. Era una profesi¨®n que estaba en decadencia, no hab¨ªa gente joven que la realizara¡±. Con este esp¨ªritu de renovaci¨®n, Delpozo incorpor¨® en su equipo a alumnos de la reputada escuela Lesage de Par¨ªs. ¡°Es m¨¢s dif¨ªcil encontrar una bordadora que un arquitecto o un m¨¦dico¡±, bromea. De este modo, la firma crea dise?os de un lujo m¨¢s joven, fresco y moderno, al mismo tiempo que reivindica un regreso a las cosas bien hechas, una noci¨®n que tambi¨¦n se manifiesta en el uso del color y los tejidos.
Fueron necesarios 10 d¨ªas de desarrollo para resolver la ecuaci¨®n de este vestido: ¡°Es una especie de pa?uelo al bies que recoge el cuerpo. Cuando te mueves parece r¨ªgido, pero no lo es. Al pon¨¦rtelo queda completamente ce?ido. Jam¨¢s se caer¨¢, nunca te lo subir¨¢s. Puesto queda impecable¡±. A la vista destaca por su sencillez. Pero en su interior todo son estratagemas para lograr el volumen y la comodidad deseados: ¡°Despu¨¦s de tanta complejidad, la gracia es que no parezcan recargados ni barrocos¡±.
Cada parte del proceso cuenta y es importante, pero el momento decisivo llega cuando la prenda se da por acabada: ¡°Cuando dices: ¡®Est¨¢ perfecta, ya me la pueden quitar de encima¡±, r¨ªe. ?Es Josep Font un perfeccionista? ¡°S¨ª, demasiado. Pero eso es bueno, porque si no, el resultado no ser¨ªa as¨ª. Aunque se sufre mucho¡±.
Terminado el prototipo, llega la fase de confecci¨®n, que en este caso llev¨® 25 horas. La mayor¨ªa de las prendas se elaboran en sus talleres, en el edificio que Delpozo tiene en el centro de Madrid. La firma de Jes¨²s del Pozo, que empez¨® su nueva andadura en 2012 bajo el impulso econ¨®mico de Perfumes y Dise?o y la direcci¨®n creativa de Font con un equipo de apenas 20 personas, ya llega al centenar. Y las instalaciones se han quedado tan peque?as que el traslado a una nueva sede es inminente.
¡°a pesar de tanta complejidad, la gracia es que no parezcan creaciones barrocas¡±, dice el dise?ador.
El siguiente paso consiste en realizar la campa?a de imagen. En la foto, la misma modelo que lo luci¨® en pasarela danza encima de unas modernas alpargatas con plataforma. Una imagen trabajada que, lamenta Font, se quemar¨¢ en horas por la voracidad del mundo digital, que ¡°te obliga a seguir un ritmo muy bestia¡±.
El vestido debuta ante la prensa en la Semana de la Moda de Nueva York, bajo la atenta mirada de compradores y prensa especializada. Seis meses de trabajo condensados en una presentaci¨®n de 20 minutos. La vocaci¨®n internacional de la firma ha sido clave para su despegue. Despu¨¦s del primer desfile en la Gran Manzana, los gigantes del e-commerce Net-A-Porter y Moda Operandi la apoyaron con sus compras, introduci¨¦ndola en el mercado global del lujo. Diez meses despu¨¦s, la muestra del dise?o reposa en el showroom de la primera planta de Delpozo, a la espera de que alguna estilista lo reclame para una producci¨®n de fotos. Mientras, algunas de las unidades a la venta en Espa?a, EE UU, Suiza, Jap¨®n y China ya han encontrado due?a, como una versi¨®n especial con falda de tul larga que viaj¨® hasta Oriente Pr¨®ximo.
Pero la historia no termina aqu¨ª, en realidad es solo el principio. Gracias a las redes sociales, Font puede seguir el rastro de algunas de sus creaciones. Cuando llega a casa, despu¨¦s de ducharse para sacarse el d¨ªa de encima, se pone a navegar: ¡°Es muy curioso, ves a mujeres de todo el mundo que se hacen fotos con sus delpozos?y te etiquetan. Se han puesto sus zapatos, otros peinados¡ Se?oras rusas, americanas, chinas¡ que est¨¢n estupendas. Y eso me encanta¡±.
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