El parto inducido no est¨¢ asociado al autismo, seg¨²n un estudio

La inducci¨®n al parto, por regla general es segura, aunque siempre han quedado dudas sobre sus consecuencias en la salud del futuro beb¨¦. Entre esas consecuencias, una de ellas era que el reci¨¦n nacido padeciera un Trastorno Del Espectro Autista (TEA), una enfermedad que sufre uno de cada 68 menores en Estados Unidos, donde la investigaci¨®n est¨¢ m¨¢s avanzada. Un nuevo estudio, elaborado en la Universidad de Harvard y publicado en Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine concluye que ¡°no se encuentra ninguna vinculaci¨®n entre ambos fen¨®menos¡±. Uno anterior, elaborado en 2013 y que tuvo mucha repercusi¨®n entre expertos y poblaci¨®n, determin¨® lo contrario, que este tipo de intervenciones aumentaba el riesgo de padecer alg¨²n TEA. Apuntando a la exposici¨®n a la oxitocina -hormona que provoca las contracciones en el ¨²tero- como responsable de este riesgo.

El parto inducido es un procedimiento que provoca las contracciones de forma artificial antes de que el parto suceda por s¨ª solo. El proceso consiste en la maduraci¨®n cervical, es decir, en conseguir la maduraci¨®n del cuello del ¨²tero, que este est¨¦ centrado, borrado y dilatado unos dos o tres cent¨ªmetros. A continuaci¨®n se administra la oxitocina y, finalmente, se rompe la bolsa de aguas de forma artificial. Los partos inducidos suelen ser m¨¢s largos.

En Estados Unidos se producen m¨¢s de 760.000 de estas intervenciones cada a?o. En Espa?a, en el a?o 2010, un 19,4% de los partos fueron de estas caracter¨ªsticas, aunque var¨ªa seg¨²n los a?os, seg¨²n la Sociedad Espa?ola de Ginecolog¨ªa y Obstetricia (SEGO). Esta cifra se aleja mucho de la recomendada por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), que estima que lo adecuado es que los partos inducidos no superen la tasa del 10% del total de alumbramientos de la poblaci¨®n.

El nuevo estudio

El estudio de masas ha consistido en la recogida de datos de nacimientos vivos entre 1992 y 2005 en Suecia, consiguiendo un total de 1.362.950 de los que 22.077 hab¨ªan sido diagnosticados con alg¨²n TEA entre los ocho y los 21 a?os. Un 11% de los partos fueron inducidos, ¡°debido a que la madre padeci¨® diabetes gestacional, alta presi¨®n sangu¨ªnea y preeclampsia¡±, seg¨²n explican los investigadores.

En un primer paso, en el que se comparaban sujetos que no ten¨ªan relaci¨®n entre ellos, los autores encontraron una vinculaci¨®n entre los partos inducidos y los TEA, como pas¨® en el estudio previo de 2013. ¡°Sin embargo, cuando se compararon con hermanos o primos no se hall¨® ninguna relaci¨®n¡±, explican. ¡°Muchos de los factores que pueden llevar, tanto al parto inducido o a padecer autismo, se comparten por completo o parcialmente con los familiares, como son los factores gen¨¦ticos o las propias caracter¨ªsticas de la madre, por lo que podr¨ªa ser debido a factores familiares y no a los partos inducidos, entre otras razones¡±. ¡°Y, adem¨¢s, no sabemos qu¨¦ causa la mayor¨ªa de los TEA¡±, a?aden.

Los TEA se definen como trastornos del neurodesarrollo que se manifiestan habitualmente en los tres primeros a?os de vida de un ni?o. Los beb¨¦s con el trastorno pierden el contacto visual, en ocasiones parece que no oyen y tienen algunas hipersensibilidades o cogen rabietas excesivamente fuertes. Una conducta muy caracter¨ªstica de los ni?os aquejados por este trastorno son los comportamientos repetitivos.

Entonces, ?qu¨¦ estudio tiene raz¨®n?

En una opini¨®n adjunta al estudio, los autores aseguran que ¡°es dif¨ªcil de determinar qu¨¦ investigaci¨®n es la buena¡±. ¡°Pero, lo que s¨ª sabemos son los beneficios de hacer partos inducidos cuando es necesario m¨¦dicamente, y se obtiene el resultado de un neonato sano y una madre sana. No sabemos cu¨¢les son las causas que producen los TEA, por lo que no sabemos c¨®mo prevenir o reducir los riesgos para los beb¨¦s. Pero s¨ª que tenemos buena evidencia de los beneficios de cuidado prenatal y natal, y deber¨ªamos promocionarlo¡±.

¡°En esta muestra nacional de nacidos vivos no se observ¨® ninguna asociaci¨®n entre la inducci¨®n del trabajo de parto y el riesgo de padecer TEA cuando se compararon a familiares. Nuestros hallazgos sugieren que la preocupaci¨®n por los TEA no se debe tener en cuenta a la hora de la toma de decisiones cl¨ªnicas sobre si se debe o no inducir el parto¡±, concluyen. Muchas mujeres pueden estar tranquilas.