La tormenta solar que pudo provocar una guerra nuclear
La erupci¨®n del Sol de 1967 bloque¨® el sistema antimisiles de EE UU, que se prepar¨® para un ataque sovi¨¦tico
A finales de mayo de 1967 el mundo estuvo al borde de la guerra nuclear. El sistema de radares de EE UU encargado de detectar la llegada de misiles sovi¨¦ticos estaba fuera de combate. Creyendo que los rusos lo hab¨ªan inutilizado, los militares estadounidenses prepararon sus bombarderos at¨®micos para el contraataque. Por fortuna, los meteor¨®logos del ej¨¦rcito alertaron que una potente erupci¨®n solar y no la Uni¨®n Sovi¨¦tica estaba bloqueando los radares.
"Fueron tres llamaradas en un lapso muy corto", dice la investigadora especializada en tiempo espacial de la Universidad de Colorado Boulder (EE UU), Delores Knipp. "Con los sistemas actuales, podr¨ªamos clasificarlas como un evento M2, otro X6 y uno final X2. Fue este ¨²ltimo el que produjo una emisi¨®n sin precedentes en la porci¨®n radio del espectro electromagn¨¦tico", a?ade. Los cient¨ªficos tienen una escala alfanum¨¦rica para las tormentas solares, siendo las X las que m¨¢s energ¨ªa y part¨ªculas despiden al espacio.
Las tres erupciones se produjeron el 23 de mayo de 1967. Estos estallidos emiten energ¨ªa en todo el espectro electromagn¨¦tico, desde rayos X y ultravioleta hasta luz visible y radio. Viajando a la velocidad de la luz, esta radiaci¨®n apenas tarda ocho minutos en llegar a la Tierra. Pero en estallidos solares de esta categor¨ªa, tambi¨¦n se suele producir una eyecci¨®n de masa coronal, que despide gran cantidad de plasma solar al espacio y que tarda horas en llegar hasta el planeta.
Dependiendo de la intensidad de la erupci¨®n, de la situaci¨®n de la magnetosfera que protege al planeta de las radiaciones y de la orientaci¨®n hacia el Sol, las distintas infraestructuras de comunicaciones pueden verse afectadas. El evento Carrington de 1859, por ejemplo, hizo arder muchas de las estaciones de tel¨¦grafos de entonces. Adem¨¢s, la lluvia de part¨ªculas solares ioniza las capas m¨¢s exteriores de la atm¨®sfera, lo que tambi¨¦n afecta a las comunicaciones por radio o a los sistemas de detecci¨®n radar.
Los bombarderos at¨®micos de la fuerza a¨¦rea de EE UU estuvieron a punto de despegar
Aquel mayo de 1967 y a¨²n hoy, la defensa de EE UU y Canad¨¢ ante un posible ataque sovi¨¦tico con bombarderos o misiles estaba al cargo del Comando para la Defensa A¨¦rea de Norteam¨¦rica (NORAD, por sus siglas en ingl¨¦s). Dos organismos del NORAD son los protagonistas de esta historia: su red de radares y su servicio meteorol¨®gico.
Para vigilar primero los ensayos nucleares de los sovi¨¦ticos y despu¨¦s su posible ataque, el NORAD cuenta con una red de alerta temprana contra misiles (BMEWS) con radares en varias ubicaciones del planeta. Entonces ten¨ªa tres activos, uno en el Reino Unido, otro en Alaska y un tercero en Groenlandia. La red cubr¨ªa toda la zona ¨¢rtica, el camino m¨¢s corto para los misiles sovi¨¦ticos. El sistema podr¨ªa avisar con 15 minutos de margen de la llegada de un misil.
Tanto el radar de Alaska como el de la isla danesa dejaron de funcionar. Por las especiales caracter¨ªsticas e intensidad del evento solar, las comunicaciones con las bases del ?rtico se volvieron muy complicadas, lo que debi¨® poner nerviosos a los comandantes del NORAD que decretaron el estado de alerta. Tal y como se muestra en el art¨ªculo publicado en las revista cient¨ªfica Space Weather, a los militares se les escap¨® en un primer momento un detalle clave: la primera oleada solar lleg¨® al planeta con la zona donde estaban los radares expuestas al Sol, lo que debi¨® intensificar el bloqueo de la se?al.
"Los aviones llegaron hasta el final de la pista, pero nunca despegaron", comenta Knipp. "La informaci¨®n de que el Sol era probablemente el causante del bloqueo de la se?al de radio lleg¨® a los que toman las decisiones antes de que ordenaran que echaran a volar", a?ade. El asunto se habr¨ªa puesto realmente feo si alguno de los aviones hubiera enfilado hacia la Uni¨®n Sovi¨¦tica. "Las frecuencias de radio usadas para la comunicaci¨®n entre tierra y aviones tambi¨¦n se vieron degradas", recuerda esta profesora. Eso habr¨ªa impedido que los bombarderos, en especial los de la ruta ¨¢rtica, recibieran la contraorden de abortar el ataque.
Pero el AWS evit¨® el desastre. Tras esas siglas est¨¢ el Servicio Meteorol¨®gico del Aire, creado por el NORAD dos a?os antes. A pesar de su nombre, desde que los sovi¨¦ticos lanzaran el Sputnik-1, el AWS se encargaba tanto del parte meteorol¨®gico terrestre como del parte del tiempo en el espacio. Fue personal del AWS el que desvel¨® el papel de la tormenta solar en el bloqueo de las se?ales en las bases del ?rtico.
El ya retirado coronel Arnold Snyder estaba en su puesto del Centro de Previsiones Solares del NORAD aquel 23 de mayo de 1967. Desde el mando central estaban preguntando si pasaba algo con el Sol. "Recuerdo haber respondido con nerviosismo 's¨ª, la mitad del Sol ha salido disparado'", rememora Snyder en unas jornadas sobre aquella tormenta que casi provoca la III Guerra Mundial.
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