¡®N¨¦nette¡¯, la orangutana del Jard¨ªn Bot¨¢nico
El zool¨®gico del Jard¨ªn Bot¨¢nico de Par¨ªs ofrece un aut¨¦ntico viaje en el tiempo, no por los animales que alberga, sino por la historia que encarna. Declarado monumento nacional, se conserva intacto como un zoo de la belle ¨¦poque, con pabellones art d¨¦co y edificios de los a?os treinta, aunque en realidad es mucho m¨¢s antiguo. La dibujante Marion Montaigne ha narrado su historia en el primer n¨²mero de La Revue Dessin¨¦e, un magac¨ªn franc¨¦s que solo publica reportajes en forma de tebeo. El parque tiene su origen en la m¨¦nagerie (colecci¨®n de animales) que fund¨® Luis XIV en Versalles en 1664. Con la Revoluci¨®n de 1789, las criaturas fueron abandonadas a su suerte hasta que los jacobinos trasladaron a los supervivientes al Jard¨ªn Bot¨¢nico. Todos los grandes naturalistas franceses, desde Buffon hasta Lamarck, trabajaron en la m¨¦nagerie cuando la ciencia comenzaba a preguntarse sobre el origen de las especies. El zoo fue evolucionando y con los a?os desaparecieron las jirafas, los leones y los elefantes para centrarse en animales m¨¢s peque?os, en peligro de extinci¨®n, y, sobre todo, que se adaptasen mejor a espacios necesariamente reducidos, dado que la idea de respetar las estructuras originales se impuso muy pronto. De todas sus criaturas, un animal se ha convertido en la estrella indiscutible, casi a la altura del gorila albino Copito de Nieve en Barcelona: se trata de la orangutana de Borneo N¨¦nette, que hasta tiene un documental que lleva su nombre, estrenado en la secci¨®n oficial del Festival de Berl¨ªn en 2010.
¡®N¨¦nette¡¯ nos interroga. Es imposible verla y no sentir que detr¨¢s de esa mirada reposa una visi¨®n del mundo y de s¨ª misma.
A sus 47 a?os, N¨¦nette es extraordinariamente longeva para su especie ¨Cen libertad, rara vez superan la treintena¨C. Lleg¨® al Jard¨ªn Bot¨¢nico en 1972 directamente desde Borneo y es el habitante que m¨¢s a?os lleva en el parque (seres humanos incluidos). N¨¦nette, que ha tenido cuatro descendientes, es tambi¨¦n uno de los pocos orangutanes en cautividad que fueron capturados en la selva. En la actualidad, casi todos los simios en los zoos de Occidente han nacido en parques. Aunque ya se han realizado experimentos para devolver ejemplares a la naturaleza, no es una tarea sencilla porque, entre otros motivos, los oranguntanes aprenden las herramientas necesarias para sobrevivir de sus progenitores y estos tampoco nacieron en libertad. Enorme, peluda, pelirroja, llena de pliegues y arrugas, con una mirada tan triste como inteligente, N¨¦nette es un animal impresionante.
Todo eso es lo que atrajo al realizador Nicolas Philibert, el autor de Ser y tener, cuando decidi¨® rodar un documental sobre el simio. ¡°En octubre de 2008 visit¨¦ el zoo y me cautiv¨® la intensidad de la mirada de N¨¦nette. Me qued¨¦ un rato largo plantado delante de ella. Hab¨ªa unos cuantos visitantes. La idea de realizar un documental surgi¨® en ese momento: escuchar¨ªamos a los espectadores, a los cuidadores, a visitantes y contemplar¨ªamos a N¨¦nette detr¨¢s del cristal. Filmar al animal solo tiene sentido en la medida en que se dirija, en que pregunte a los seres humanos¡±, explic¨® Philibert en una entrevista con Le Monde.
N¨¦nette nos interroga con su presencia. Por un lado es un espejo, y muchos comentarios que se pronuncian a su alrededor van en ese sentido: es imposible contemplarla y no sentir que detr¨¢s de esa mirada reposa una visi¨®n del mundo y de s¨ª misma, como ocurre con el resto de los primates. El t¨ªtulo del ¨²ltimo libro del naturalista Frans de Waal explica muy bien el problema: ?Tenemos suficiente inteligencia para entender la inteligencia de los animales? (Tusquets), esto es, que no lo comprendamos no quiere decir que no tengan un pensamiento complejo. Pero N¨¦nette encarna tambi¨¦n otro sentimiento, la indudable sensaci¨®n de que esa criatura tranquila, dedicada a sus cosas, que nos ignora a trav¨¦s del cristal, no deber¨ªa estar ah¨ª.
El debate sobre la cautividad de los grandes simios, sobre todo los gorilas y orangutanes, se intensifica cada a?o, aunque curiosamente los especialistas m¨¢s prestigiosos en estos animales, como De Waal, Jane Goodall o George Schaller, no se muestran especialmente beligerantes, m¨¢s bien todo lo contrario. Contemplar a N¨¦nette nos muestra con toda su crudeza lo cerca que estamos de estos animales, pero tambi¨¦n nos ense?a lo que les estamos haciendo no solo al mantenerlos en cautividad, sino al perpetuar una situaci¨®n que puede convertirse en su ¨²ltimo refugio ante la destrucci¨®n acelerada de su h¨¢bitat. Ahora ser¨ªa inconcebible capturar a orangutanes en la selva de forma legal. Los tiempos han cambiado mucho, tanto que tal vez llegue el d¨ªa en el que no haya m¨¢s orangutanes en ninguna selva. N¨¦nette tambi¨¦n nos pregunta sobre eso con su mirada.
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