4- Luis Barrag¨¢n y el faro de la belleza
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Luis Barrag¨¢n y el faro de la belleza
¡°No hay mejor expresi¨®n de la vulgaridad que un jard¨ªn vulgar¡±. Para Luis Barrag¨¢n un jard¨ªn logrado deb¨ªa contener ¡°nada menos que el universo entero¡±. Cuando el ¨²nico arquitecto mexicano galardonado con el premio Pritzker recogi¨® su galard¨®n en 1980 ten¨ªa 78 a?os. Justo entonces desvel¨® sin pudor su faro arquitect¨®nico: ¡°En proporci¨®n alarmante han desaparecido de las publicaciones dedicadas a la arquitectura las palabras belleza, inspiraci¨®n, embrujo, magia, sortilegio, encantamiento y tambi¨¦n serenidad, silencio, intimidad y asombro¡±
Asegur¨® que sin la espiritualidad religiosa y el trasfondo m¨ªstico que conduce hasta las ra¨ªces del arte no habr¨ªa pir¨¢mides ni templos griegos ni catedrales g¨®ticas. Ni tampoco danzas rituales ¡°de los mal llamados pueblos primitivos¡±. ¡°Sin el af¨¢n de Dios, nuestro planeta ser¨ªa un yermo de fealdad¡±. ¡°En el arte de todos los tiempos y de todos los pueblos impera la l¨®gica irracional del mito¡±, dijo citando a Edmundo O¡¯Gorman.
Para Barrag¨¢n la dificultad invencible de los fil¨®sofos para definir la belleza demostraba su inefable misterio: ¡°La belleza habla como un or¨¢culo, y el hombre, desde siempre, le ha rendido culto, ya en el tatuaje, ya en la humilde herramienta, ya en los templos y palacios. La vida privada de belleza no merece llamarse humana¡±.
El Pritzker mexicano dec¨ªa que en sus fuentes cantaba el silencio ¡°el pl¨¢cido murmullo del silencio¡±. Tambi¨¦n que al arquitecto le tocaba anunciar en su obra el evangelio de la serenidad. Escribi¨® incluso que la certeza de la muerte es fuente de vida.
En el discurso de aceptaci¨®n del Premio Pritzker adem¨¢s de admitir que su obra era autobiogr¨¢fica ¡°en mi trabajo subyacen los recuerdos del rancho de mi padre donde pas¨¦ a?os de mi ni?ez y adolescencia¡± dijo que un jard¨ªn era naturaleza puesta al servicio del hombre ¡°el m¨¢s eficaz refugio contra la agresividad del mundo contempor¨¢neo¡±.
Como permanente inspiraci¨®n, Barrag¨¢n reconoci¨® la lecci¨®n de la arquitectura popular de paredes blanqueadas, la tranquilidad de los patios y las huertas, el humilde se?or¨ªo do las plazas rodeadas de portales sombreados.
Pidi¨® que se reconociera en su obra el bienestar y la paz de los claustros y las celdas religiosos. Y se?al¨® que para el arquitecto es esencial saber ver m¨¢s all¨¢ del an¨¢lisis puramente racional. ¡°Para el artista su personal pasado es la fuente de donde manan sus posibilidades creadoras. La nostalgia es el camino para que ese pasado rinda los frutos de que est¨¢ pre?ado. Para Barrag¨¢n esa nostalgia serv¨ªa ¡°para llenar el vac¨ªo que le queda a toda obra arquitect¨®nica una vez atendidas las exigencias utilitarias del programa¡±. ¡°Dignificar la vida humana por los senderos de la belleza y levantar un dique contra el oleaje de la deshumanizaci¨®n y la vulgaridad¡± es un objetivo que muchos arquitectos compartieron durante siglos y que hoy, con el ¨¢nimo de extender la arquitectura a ¨¢mbitos que por falta de negocio quedaban alejados de ella no debemos olvidar.
Procedencia de las citas: Premios Pritzker Discursos de aceptaci¨®n, 1979-2015. Colecci¨®n La Cimbra, Fundaci¨®n Arquia, 2016.
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