El pich¨®n

En el argot ajedrec¨ªstico se conoce como pich¨®n al jugador falto de experiencia, presa f¨¢cil de sus competidores. Parece que a Albert Rivera, el joven l¨ªder de Ciudadanos, le llaman tambi¨¦n as¨ª los suyos, imagino que por igual motivo.

La negociaci¨®n que pretende llevar a cabo con ese buitre viejo que es el incombustible Rajoy confirma ese pensamiento y le hace merecedor del apodo, por inocente y falto de toda malicia. Las seis condiciones que ha puesto para apoyar a aquel en su investidura las hubiera aceptado cualquiera, hasta un B¨¢rcenas que volviera al PP. ?Qui¨¦n no va a estar de acuerdo con que los imputados no ocupen cargos p¨²blicos, con que se termine con los aforamientos, con que se cree una comisi¨®n que investigue la financiaci¨®n ilegal del PP, con que se terminen los indultos a condenados por corrupci¨®n, con limitar los mandatos de los presidentes del Gobierno a ocho a?os o dos legislaturas y hasta con la reforma de la ley electoral? Yo digo que s¨ª ahora y ya veremos le debi¨® de decir Rajoy mir¨¢ndolo con ternura. El pich¨®n ha tragado el trigo, se felicitar¨ªan los dirigentes del PP en sus lugares de vacaciones. Son muchos cargos los que hay en juego.

Hay que decir que Rivera ya hab¨ªa demostrado su ingenuidad en su acuerdo con Pedro S¨¢nchez, el l¨ªder de los socialistas, para la investidura de este tras las primeras elecciones. Las condiciones que puso entonces eran tan intrascendentes que Pedro S¨¢nchez se las acept¨® al minuto. El acuerdo finalmente no vali¨®, pues ni el PP ni Podemos facilitaron la investidura de Pedro S¨¢nchez con su abstenci¨®n como ahora exige el primero a los socialistas, pero a Rivera le cost¨® un mont¨®n de votos en las siguientes elecciones, se supone que de exvotantes del PP que le hab¨ªan dado su apoyo asqueados de la corrupci¨®n de este partido, pero que regresaron a ¨¦l al ver que el pich¨®n se daba el pico con el enemigo. Algo que tambi¨¦n podr¨ªa sucederle ahora, s¨®lo que por el ala opuesta, si finalmente la investidura de Rajoy no prospera. Despu¨¦s de asegurar una y mil veces que jam¨¢s apoyar¨ªa un Gobierno presidido por Rajoy, el cambio de opini¨®n es muy dif¨ªcil de justificar.

Y es una pena. Si Espa?a necesita algo es un partido conservador moderno, sin rastro de autoritarismo y limpio de corrupci¨®n, y eso es lo que representa Ciudadanos. Un partido surgido de la nada y capitaneado por gente nueva cuya ingenuidad y falta de experiencia les ha llevado a conformarse con unas migajas cuando pod¨ªan haber obligado a Rajoy a lo que quisieran. Comenzando por pedirles perd¨®n por llamar pich¨®n a su l¨ªder.