La peligrosa obsesi¨®n por los kilos de m¨¢s
Los padres deben centrar sus esfuerzos en que sus hijos adolescentes coman sano y hagan ejercicio y no solo en el peso
Vivimos en una sociedad en la que la imagen es algo fundamental o, por lo menos, muchos adolescentes lo creen. Rodeados de comida basura; de modelos a los que imitar o envidiar, y la preocupaci¨®n excesiva por gustar a los dem¨¢s pone en riesgo a muchos j¨®venes, llev¨¢ndolos muchas veces, a padecer obesidad o un trastorno alimenticio, como bulimia o anorexia. Los datos de obesidad en el mundo, declarada ya como epidemia por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), son patentes. Esta enfermedad se define como la acumulaci¨®n anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. ¡°En 2014, 41 millones de ni?os menores de cinco a?os ten¨ªan sobrepeso o eran obesos¡±, seg¨²n explica el mismo organismo internacional.
La mayor¨ªa de los estudios han encontrado que los ni?os y adolescentes que son obesos, tienen m¨¢s probabilidades de serlo de adultos. Esto provoca que tengan un mayor riesgo a sufrir problemas de salud como son las enfermedades coronarias; la diabetes tipo 2; la hipertensi¨®n; la apnea obstructiva del sue?o; el asma o los problemas de huesos y articulaciones, entre otros. Adem¨¢s, tambi¨¦n pueden aparecer problemas psicol¨®gicos asociados a la obesidad infantil, como son la depresi¨®n, la baja autoestima y la mala calidad de vida. Pero se puede prevenir.
El papel de los padres y pediatrias
¡°Los adolescentes cuyos padres se centran en comer sano y en la realizaci¨®n de ejercicio m¨¢s que en el peso son menos propensos a padecer obesidad o alg¨²n trastorno alimenticio¡±, as¨ª lo sentencia, en su ¨²ltimo informe, la Academia Americana de Pediatr¨ªa. El estudio, denominado Preventing Obesity and Eating Disorders in Adolescents, va dirigido a expertos y a su relaci¨®n con pacientes potenciales.
El pediatra suele ser el primer especialista que se da cuenta del problema y el que tiene la llave para guiar al adolescente. ¡°La actuaci¨®n en este momento es primordial para una resoluci¨®n positiva de un posible problema alimenticio¡±, aseguran los expertos. Los especialistas estadounidenses han creado una gu¨ªa para los pediatrias y as¨ª mejorar el pron¨®stico de los trastornos alimenticios. "Seis pasos para una calidad de vida mejor", contin¨²an. ¡°A pesar de que somos conscientes de que el tiempo de los especialistas es reducido, aplicar estas recomendaciones puede ser un muy buen primer paso para educar a la familia y al adolescente en h¨¢bitos saludables¡±, concluyen. Y as¨ª evitar males mayores.
Gu¨ªa
El especialista no debe recomendar una dieta restrictiva ni que el adolescente se salte comidas o fomentar el uso de medicamentos. Debe recomendar el seguimiento de una alimentaci¨®n sana y ejercicio f¨ªsico continuado, que se mantenga en el tiempo. La terapia debe estar centrada en h¨¢bitos sanos m¨¢s que en focalizar la atenci¨®n, exclusivamente, en el peso. "Si un ni?o est¨¢ en tratamiento para adelgazar no es positivo que los padres o su doctor le llamen gordo o que se enfaden cuando no consigue el objetivo", explica la doctora Cristina Mae Wood, del Centro de Psicolog¨ªa ?rea Humana. "La familia es fundamental para este tipo de problemas en los que el adolescente usa la comida para superar su tristeza. Por ejemplo, los padres no pueden seguir comiendo lo mismo y que el ni?o coma br¨®coli o pescado hervido. Tiene que haber coherencia. Y el apoyo de los suyos es esencial. El refuerzo positivo es una buena t¨¦cnica. Cada avance que d¨¦, se le premia con ir al cine o con alguna otra actividad que le guste", a?ade.
Promover la imagen positiva de su cuerpo. Con ayuda psicol¨®gica, si fuera necesario. Los problemas de la comida empiezan por una frustraci¨®n, seg¨²n relata Wood. "Por ejemplo, los chicos con bulimia o anorexia se eval¨²an constantemente, llegando a tener una percepci¨®n err¨®nea de s¨ª mismos", contin¨²a. "Son personas que est¨¢n sufriendo, que se sienten solos y que usan la comida para sentirse mejor, y esto se da tanto en chicos que comen como en aquellos que no lo hacen. Ambos est¨¢n controlando la comida y eso mantiene el comportamiento patol¨®gico, esa idea err¨®nea sobre el mundo y ellos mismos¡±.
Comer en familia y en casa. "Es algo fundamental, muchos chavales cenan solos, delante de la tele o en sus cuartos. Hay que apagar el televisor, conversar con ellos, conocerles, que se sientan importantes", explica la experta.
Recomendar que la familia evite hablar constantemente del peso y fomentar que s¨ª lo hagan sobre h¨¢bitos saludables. "No es bueno hablar excesivamente del peso, pero tampoco se puede obviar el problema. Es necesario que el chaval sepa lo que le ocurre y c¨®mo solucionarlo", argumenta Wood.
Averiguar si existe una historia previa de acoso en adolescentes con sobrepeso u obesos y poner remedio con especialistas. Sobre esto hay evidencia cient¨ªfica, "siempre que ha habido un maltrato o una vejaci¨®n por el peso, al chaval le afecta. Lo que disminuye su autoestima y en muchos casos le lleva a comer m¨¢s".
Hacer seguimiento de p¨¦rdida de peso en los adolescentes que lo necesiten, asegur¨¢ndose de que dicha p¨¦rdida no deriva en otro problema m¨¢s serio, como puede ser un trastorno alimenticio. ?Puede una persona obesa llegar a padecer una bulimia o anorexia? "S¨ª", dice Wood. "Todo lo que tiene que ver con la comida procede del control. No controla su vida y lo ¨²nico que le calma su desaz¨®n es la comida. Cuando el chico ve que est¨¢ adelgazando y se siente bien, y siente que lo controla puede llevarle a padecer alguno de estos trastornos".
T¨² no eres solo tu cuerpo
Para Wood que los especialistas cuenten con una gu¨ªa est¨¢ bien, pero no es suficiente. Los problemas de alimentaci¨®n se tratan mejor de forma conjunta. "Adem¨¢s, es necesario contar con un nutricionista que le explique c¨®mo comer, qu¨¦ tipos de alimentos hay, los que son necesarios y los que no. Y con un psic¨®logo que le ayude a plantar cara a sus emociones, a desmitificar todas las im¨¢genes err¨®neas, a ense?arle t¨¦cnicas cognitivas y conductuales para que pueda afrontar la nueva situaci¨®n. Y, por ¨²ltimo, la colaboraci¨®n de la familia, de su entorno, es imprescindible. El chaval debe llegar a concebir que ¨¦l no es solo su cuerpo". Y hay que reconocer la realidad: "En los ¨²ltimos a?os, ha subido much¨ªsimo el consumo de az¨²car. Y no es un problema de los chicos, sino de los padres, de la sociedad. Es necesario educar, ense?ar h¨¢bitos saludables. La psicoeducaci¨®n es prioritaria".
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