Las anfetaminas alteran la base de la vida de los r¨ªos
Las aguas residuales llevan narc¨®ticos que afectan a las algas, bacterias e insectos fluviales
Un alto porcentaje de las drogas que usan los humanos para divertirse o para curarse llega a las aguas residuales y de ah¨ª a los r¨ªos. Sin embargo, apenas se conocen sus efectos sobre los ecosistemas fluviales. Ahora, un experimento con torrentes artificiales muestra que una baja concentraci¨®n de anfetaminas basta para alterar el microcosmos de algas y bacterias que son la base de los ecosistemas fluviales.
Desde hace al menos una d¨¦cada, los cient¨ªficos y las autoridades de salud p¨²blica usan los an¨¢lisis de las aguas residuales para saber cu¨¢nta droga se consume en una ciudad. Como una parte (m¨¢s o menos fija) de la sustancia que entra en el cuerpo acaba siendo excretada, solo hace falta saber cu¨¢nta poblaci¨®n vierte sus aguas para estimar el consumo global y per c¨¢pita de drogas, si unas se estancan o aparecen nuevas o las zonas de mayor incidencia. La Uni¨®n Europea, por ejemplo, mantiene un seguimiento de las aguas residuales de 67 ciudades para su programa de control de estupefacientes.
Las modernas depuradoras, con sus tratamientos primarios (sistemas de filtrado mec¨¢nico) y secundario (basados en microorganismos), filtran buena parte de los f¨¢rmacos y drogas que entran en sus tanques, pero su eficacia no es completa y un porcentaje de los principios activos de estas sustancias termina por llegar a los r¨ªos. Lo ha vuelto a confirmar un grupo de investigadores de EE UU que tomaron muestras durante un a?o de seis corrientes de agua que discurr¨ªan por o cerca de la ciudad de Baltimore.
En todos los r¨ªos analizados encontraron restos de paracetamol, antihistam¨ªnicos o diversas drogas
En los seis r¨ªos o arroyos, todos dentro de la cuenca del Gwynns Falls, encontraron componentes de medicamentos y sustancias ilegales. El paracetamol y la cafe¨ªna eran los m¨¢s destacados. La morfina, como metabolito de la hero¨ªna, solo la detectaron en la porci¨®n del r¨ªo Gwynns Run que pasa por un parque urbano. En cuanto a la anfetamina, hallaron concentraciones significativas en cinco de las seis corrientes analizadas.
Los investigadores se centraron en las anfetaminas por varios motivos. Por un lado, es la droga psicoactiva m¨¢s consumida, seg¨²n los informes de la ONU. Adem¨¢s, llega a los r¨ªos tanto la legal, los f¨¢rmacos anfetam¨ªnicos, como la ilegal, el speed, el ¨¦xtasis, la meta, el MDA y otras anfetas. Por ¨²ltimo, seg¨²n aseguran, no hay estudios sobre el impacto ecol¨®gico de este compuesto sobre la vida de los r¨ªos.
En una segunda parte de su investigaci¨®n, publicada en la revista Environmental Science & Technology, los cient¨ªficos recrearon las condiciones del r¨ªo en el laboratorio. Montaron ocho corrientes de agua con sus piedras, su limo, sus diatomeas (algas microsc¨®picas), sus bacterias, larvas de insectos y biopel¨ªculas, unos conglomerados celulares que se adhieren al lecho rocoso y que son completos microcosmos de vida.
En cuatro de los arroyos vertieron anfetaminas en concentraciones de 1 microgramo (la millon¨¦sima parte de un gramo, cuyo s¨ªmbolo es ?g) por litro de agua al inicio del experimento. Despu¨¦s de tres semanas, tras comprobar que la concentraci¨®n de la droga hab¨ªa bajado hasta los 0,11 ?g/L, vieron que la vida de los torrentes dopados era muy diferente de los no contaminados.
"Las biopel¨ªculas est¨¢n formadas de una completa comunidad de microorganismos que desempe?an un papel esencial suministrando energ¨ªa y materia org¨¢nica a la cadena alimenticia acu¨¢tica", explica la investigadora del Instituto Cary para el Estudio de los Ecosistemas y coautora de la investigaci¨®n, la doctora Emma Rosi-Marshall. "Al exponerlas a las anfetaminas, vimos que la producci¨®n de las algas se deten¨ªa. Las productoras primarias de la biopel¨ªcula hac¨ªa peor la fotos¨ªntesis, por lo que crec¨ªan menos, lo que es una mala noticia para los organismos que dependen de las biopel¨ªculas para alimentarse", a?ade.
Rosi-Marshall y sus colegas tambi¨¦n comprobaron otro efecto perturbador de las anfetaminas, esta vez sobre las bacterias acu¨¢ticas. En ambos grupos de corrientes encontraron un n¨²mero similar de especies, pero en los torrentes con la droga, las especies eran diferentes. Los investigadores a¨²n investigan porqu¨¦. En cuanto a las diatomeas, el efecto es aparentemente positivo: los r¨ªos con la sustancia activa mostraron mayor abundancia y diversidad de estas algas.
Por ¨²ltimo, en cuanto a los insectos, estudiaron d¨ªpteros (moscas, mosquitos, t¨¢banos...) "La exposici¨®n a las anfetaminas parece que estimular la emergencia de los insectos acu¨¢ticos en las corrientes artificiales", comenta la investigadora estadounidense. Pero, como en el caso de de las diatomeas, no saben qu¨¦ hace que los insectos aceleren su ciclo biol¨®gico, aunque podr¨ªa estar relacionado con la alteraci¨®n del resto del ecosistema.
Las anfetaminas estimulan la emergencia de los insectos acu¨¢ticos
El estudio tampoco despeja una duda esencial. Si liberaron 1 ?g/L y la concentraci¨®n final baj¨® hasta los 0,11 ?g/L, ?d¨®nde fue a parar el resto de la anfetamina? Para los investigadores debi¨® ir apalanc¨¢ndose en los diversos procesos biol¨®gicos que han observado. Otro problema es que el estudio se basa en mediciones en r¨ªos artificiales de laboratorio. "Lo ideal habr¨ªa sido hacerlas en un entorno real", comenta el catedr¨¢tico de la Universidad de Almer¨ªa y experto en qu¨ªmica anal¨ªtica, Amadeo Rodr¨ªguez.
En 2011, Rodr¨ªguez y un grupo de colegas analizaron las aguas del r¨ªo Henares, cercano a Madrid y afluente indirecto del Tajo. All¨ª encontraron anfetaminas, adem¨¢s de otra decena m¨¢s de drogas. Aunque es algo normal en todo r¨ªo cercano a una gran ciudad, la concentraci¨®n que hallaron, 0,309 ?g/L, es la m¨¢s alta documentada hasta ahora en la literatura cient¨ªfica. Y como dice Rodr¨ªguez: "el del agua es un ciclo global y no podemos olvidar que siempre habr¨¢ algo aguas abajo".
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