Donantes de leche materna: las amas de cr¨ªa del siglo XXI

Existen en Espa?a 1.466 madres que en el a?o 2015 donaron generosamente m¨¢s de 7.000 litros de leche materna para alimentar a otros beb¨¦s que no eran suyos, concretamente a 1.916 neonatos. Son las amas de cr¨ªa del siglo XXI: madres an¨®nimas y lactantes que ayudan a otras madres que no pueden amamantar a sus beb¨¦s hospitalizados en las unidades de cuidado intensivo neonatal. Los ni?os que reciben la leche donada tienen menos de 32 semanas de gestaci¨®n, menos de 1.500 gramos de peso, alg¨²n tipo de cardiopat¨ªa cong¨¦nita, inmunodeficiencias o han sido sometidos a operaciones quir¨²rgicas o multitrasplante. En definitiva, aquellos m¨¢s vulnerables que necesitan las propiedades de la leche humana para fortalecerse. A los beneficios que ya se conoc¨ªan se a?ade ahora una reciente investigaci¨®n brit¨¢nica, que acaba de demostrar que los az¨²cares de la leche materna (oligosac¨¢ridos de leche humana) protegen al beb¨¦ de infecciones mortales y meningitis provocadas por el estreptococo del grupo B. Algo que ninguna leche artificial podr¨ªa conseguir.

B¨¢rbara Santamar¨ªa es una de esas madres donantes que con el nacimiento de su segunda hija, hace dos a?os, comenz¨® a colaborar con el Banco Regional de Leche Materna Aladina-MGU, del Hospital 12 de Octubre de Madrid. ¡°Si no lo hice con mi primera hija fue por desconocimiento, porque no sab¨ªa que era tan f¨¢cil y que solo ten¨ªa que acudir una vez en persona para abrir mi ficha de donante y hacerme los an¨¢lisis que confirmasen que mi salud permit¨ªa donar. Despu¨¦s solo he tenido que incorporar la extracci¨®n de leche a mi rutina. Al principio durante la excedencia ten¨ªa mucho tiempo; ahora lo hago por las tardes cuando salgo del trabajo y antes de recoger a la ni?a de la guarder¨ªa: saco leche, la envaso y meto en el congelador. No s¨¦ cu¨¢nto tiempo podr¨¦ seguir donando porque la ni?a ya tiene dos a?os y dentro de poco dejar¨¢ de tomar el pecho¡±, explica. A su alrededor juegan sus hijas que, sin saberlo, han tenido ¡®hermanos de leche¡¯ ingresados en un hospital. ¡°Se podr¨ªa decir que este a?o y medio de donaci¨®n ha sido un trabajo en equipo y el 50% gracias a mi marido, que muchas veces ha cogido el coche desde donde vivimos, a 40 kil¨®metros del centro de Madrid, para llevar los biberones al 12 de Octubre. Es verdad que supone un peque?o esfuerzo de tiempo y traslado, pero cuando ves en el hospital las fotos de los ni?os que fueron en su d¨ªa prematuros o estuvieron ingresados y ahora crecen sanos sabes que merece la pena. Ya que mis hijas nacieron a t¨¦rmino y no tuvieron problemas de salud, una forma de agradecer eso es donando mi leche para que otros ni?os que no han tenido tanta suerte puedan recuperarse mejor¡±, afirma Santamar¨ªa. Su historia tendr¨ªa la contrapartida del testimonio de familias que han visto a sus hijos salir adelante en la UCI gracias al esfuerzo de donantes como ella y su marido.

Discriminaci¨®n geogr¨¢fica de bancos

El sistema de donaci¨®n en Espa?a funciona a trav¨¦s de los Bancos de Leche, que solo operan en 9 comunidades (Baleares, Catalu?a, Arag¨®n, Valencia, Madrid, Castilla-Le¨®n, Andaluc¨ªa, Extremadura), que a su vez asisten a otros 35 hospitales receptores, seg¨²n la Asociaci¨®n Espa?ola de Bancos de Leche Humana (AEBH). Galicia ha inaugurado este a?o sus primeros bancos en dos hospitales -que atender¨¢n a unos 200 ni?os anuales, seg¨²n las previsiones. En el Pa¨ªs Vasco, a pesar de la campa?a de recogida de firmas de la supervisora cl¨ªnica del Hospital Universitario Cruces de Barakaldo, todav¨ªa no hay respuesta pol¨ªtica. El resto de las comunidades se debaten entre las iniciativas ciudadanas y m¨¦dicas que reclaman el acceso a la leche donada y el desinter¨¦s de las administraciones.

Este tipo de bancos no son algo nuevo: el primero del que se tiene constancia abri¨® en Viena en 1909 y el siguiente en Boston en 1910, pioneros a los que siguieron nuevas aperturas en otros pa¨ªses que alcanzaron su m¨¢ximo apogeo en los a?os 60 y 70, hasta que la epidemia de sida gener¨® reticencias, el cierre de algunos bancos y la oportuna presi¨®n de la industria de la leche de f¨®rmula en detrimento de la lactancia natural. Viena, 1909; Espa?a, 2001. Solo tardamos casi un siglo en inaugurar el primer Banco de Leche Materna en Palma de Mallorca, dependiente de la Fundaci¨®n Banco de Sangre y Tejidos de islas Baleares.

¡°Este primer centro de donaci¨®n surgi¨® por la iniciativa de un pediatra que estuvo trabajando en Inglaterra en un banco de leche y sol¨ªa utilizarlo para sus prematuros. Cuando lleg¨® a Palma y comprob¨® que no exist¨ªa en Espa?a nos pregunt¨® si se podr¨ªa tratar y conservar leche como ya conserv¨¢bamos sangre y tejidos. Se pod¨ªa hacer. No ten¨ªamos referentes cercanos y nos llev¨® tiempo la formaci¨®n y el equipamiento necesario, pero en 2001 empezamos a trabajar y desde entonces asistimos a hospitales que nos demandan leche humana por prescripci¨®n m¨¦dica para sus prematuros y asesoramos a otros hospitales interesados en abrir su propio centro¡±, explica el doctor Antoni Gay¨¤, responsable del Banco de Palma y expresidente de la AEBH.

?C¨®mo es posible que existan provincias e incluso comunidades aut¨®nomas enteras sin un banco de leche? ?Por qu¨¦ los ni?os prematuros y enfermos pueden acceder o no a leche donada dependiendo de d¨®nde hayan nacido? Hasta ahora, no existe un compromiso real estatal ni auton¨®mico para fomentar la creaci¨®n de nuevos centros. El Consejo Interterritorial del Ministerio de Sanidad recogi¨® en 2013 el acuerdo de creaci¨®n de Bancos de Leche Materna en los servicios de neonatolog¨ªa de los principales centros hospitalarios. Sin noticias desde entonces.

Gay¨¤ recuerda que equipar un banco es mucho m¨¢s barato que tratar las enfermedades que pueden desarrollar los neonatos sin acceso a la leche materna. ¡°La enterocolitis necrotizante es una necrosis del intestino muy com¨²n en prematuros de bajo peso. Es una enfermedad grave, principal causante de muerte o resecci¨®n intestinal: afecta a un 10% de los prematuros y tiene una tasa de mortalidad del 30%. Varios estudios han demostrado que los ni?os que toman leche humana tienen una incidencia mucho menor de esta enfermedad que los que se han alimentado con leche de f¨®rmula. El Banco de Leche de Arag¨®n public¨® tambi¨¦n un informe sobre el descenso de los casos de esta enfermedad desde que entr¨® en funcionamiento la donaci¨®n. ?Qu¨¦ saldr¨¢ m¨¢s caro? ?Abrir un banco de leche que vas a amortizar durante a?os y mejorar las defensas y el sistema inmunol¨®gico de los prematuros, o asumir los gastos que tiene el ingreso del beb¨¦ durante meses, las operaciones quir¨²rgicas, material m¨¦dico, atenci¨®n posoperatoria y en ocasiones nueva intervenci¨®n?¡±, pregunta el experto.

Los norteamericanos han hecho las cuentas: un caso de enterocolitis necrotizante a?ade 22 d¨ªas de ingreso hospitalario si se trata solo m¨¦dicamente, lo que implica un coste a la Sanidad de 73.700 d¨®lares (65.800 euros). Ser¨ªan 60 d¨ªas de ingreso si requiere cirug¨ªa, con un coste de 186.000 d¨®lares (166.000 euros). El efecto inmunizador de la leche donada que evitar¨ªa esta enfermedad har¨ªa que por cada euro invertido en un banco de leche, la UCI ahorrar¨ªa entre 10 y 33 euros. En una UCI neonatal con 140 ingresos y una tasa de lactancia materna del 85%, administrar leche donada al 15% restante significar¨ªa un ahorro de 200.000 d¨®lares (178.600 euros). Y ahora vamos con lo que costar¨ªa instalar un banco de leche en un hospital, seg¨²n la experiencia del Banco de Palma de Mallorca: todo el equipamiento (un congelador de -20 grados, otro de -80 grados, un pasteurizador, una campana de flujo laminar, extractores de leche para dar a las donantes y envases para conservar la leche) podr¨ªa costar en torno a 60.000 euros inventariables m¨¢s el sueldo anual de un t¨¦cnico especializado y una enfermera, a jornada completa o media jornada seg¨²n las necesidades y dimensiones del banco. En resumen, en Espa?a por 60.000 euros y dos sueldos todav¨ªa tenemos comunidades aut¨®nomas sin un banco de leche y beb¨¦s prematuros con riesgo de sufrir enfermedades evitables.