?Atenci¨®n! Nos leen millones de personas
La edici¨®n digital de EL PA?S super¨® en noviembre del a?o pasado los 14 millones de usuarios ¨²nicos. Todo un r¨¦cord por el que hay que felicitarse pero que plantea tambi¨¦n nuevas exigencias y aumenta nuestra responsabilidad a la hora de escribir. A diario recibo mensajes de lectores que consultan elpais.com en tel¨¦fonos m¨®viles, tabletas u ordenadores, y tropiezan en sus informaciones con numerosos errores y erratas. ?Por qu¨¦ no somos capaces de escribir correctamente?, es la pregunta que dejan traslucir estos correos.
Uno de estos lectores, Manuel Cosmen Garc¨ªa, me envi¨® ayer el siguiente mensaje:
He convertido en costumbre entretener el largo trayecto en transporte p¨²blico que cada ma?ana tengo que hacer hasta mi trabajo leyendo en el m¨®vil la edici¨®n digital de EL PA?S. Y eso me permite comprobar que est¨¢ escrito como con prisas y sin cuidado. Los errores de todo tipo se multiplican. Evidentemente, el trabajo de corrector de pruebas ha debido pasar a la historia. El resultado es un peri¨®dico mal escrito. Y un p¨¦simo ejemplo para los lectores. Algunos errores son de tal calibre que no pueden pasar desapercibidos. Pero otros pueden ser tomados como construcciones correctas y pasar a formar parte del lenguaje de algunos de esos lectores. Los medios de comunicaci¨®n tienen muchas responsabilidades. Varias de ellas tienen que ver con la cultura de sus lectores. Y el cuidado del lenguaje deber¨ªa ser una preocupaci¨®n principal¨ªsima para todos, desde el director hasta el ¨²ltimo becario incorporado a la redacci¨®n.
No son meras palabras. El correo iba acompa?ado de un detallado resumen con sus im¨¢genes correspondientes de los errores detectados por el se?or Cosmen en su lectura diaria de elpais.com.
Textos en los que se ha escrito recipiente queriendo decir receptor (La Fundaci¨®n Trump asegur¨® en su declaraci¨®n de impuestos que hab¨ªa hecho donaciones que despu¨¦s no fueron registradas por sus supuestos ¡®recipientes). O espetar por decir, (¡¯Es pronto todav¨ªa para saber si funcionar¨¢¡¯, espeta el vecino de Bad¨ªa) cuando, como el mismo lector se?ala, la RAE distingue claramente entre ambos conceptos Espetar: 3. tr. coloq. Decir a alguien de palabra o por escrito algo, caus¨¢ndole sorpresa o molestia. Me espet¨® una arenga, un cuento, una carta.
En su lista de fallos encontrados el mismo lector incluye el uso del verbo rebosar por rebasar (Y ello, ampliando una factura de 300.000 muertos que se ha cobrado una guerra que rebosa ya su quinto a?o); Casting por selecci¨®n (Malpartida de C¨¢ceres acoge el ¡®casting¡¯ de la nueva temporada de la serie de HBO), y alg¨²n anglicismo m¨¢s. Adem¨¢s de ello, hace constar en su correo algunos ejemplos de frases mal escritas que, como se?ala: "significan lo contrario de lo que se quiere decir¡ o nada.
Y esta es una de las que inclye: Va a ser muy dif¨ªcil que los pr¨®ximos tel¨¦fonos de gama alta salgan sin resistencia a agua y polvo, sin un almacenamiento inferior a 32 gigas, el nuevo m¨ªnimo en el universo de la manzana. ?A partir de ahora todos los tel¨¦fonos van a estar obligados a tener menos de 32 Gb de memoria interna?, se pregunta el lector. Parece claro que todo lo contrario. Ese ser¨¢ el m¨ªnimo almacenamiento requerido para que un tel¨¦fono de alta gama tenga opciones de competir en el mercado.
S¨®lo he reproducido aqu¨ª los errores m¨¢s llamativos que me cita este lector en su mensaje, y que se suman a los que se detallan en otros muchos mensajes que recibo.
Es cierto, como me ha explicado en numerosas ocasiones Bernardo Mar¨ªn, subdirector y responsable del ¨¢rea digital, que el flujo de trabajo es intens¨ªsimo para una redacci¨®n que no ha crecido al ritmo de sus lectores. Es cierto que se cuelgan una media de 300 noticias diariamente en nuestra web, y que la velocidad con la que ¡®se alimenta¡¯ este particular monstruo es endiablada. Nada de eso justifica los errores, pero explica la tensi¨®n en la que se trabaja. Tengo que a?adir, por otra parte, que muchos de los fallos se?alados por los lectores se corrigen tambi¨¦n a toda prisa. Otra cuesti¨®n es el recurso a anglicismos o a p¨¦simas traducciones de t¨¦rminos ingleses. Creo que en este apartado se peca con frecuencia de cierta pereza.
No hace mucho, otro lector me escrib¨ªa lo siguiente desde M¨¦xico: En ocasiones me pregunto si el idioma que se usa en el diario es verdaderamente el espa?ol. Solamente en los ¨²ltimos d¨ªas he le¨ªdo barbaridades como que Corea del Norte ha "testado" una bomba, o que Stan Wawrinka usa "liftados" en su juego. Acaso no cuentan con diccionarios Espa?ol-Ingl¨¦s que les ayuden a traducir test o lift? Es penoso ver a una publicaci¨®n tan influyente como EL PA?S, recurrir a palabras inexistentes en nuestro idioma, por la simple pereza de no buscar el equivalente adecuado. Y m¨¢s penoso que alguien que se llame a s¨ª mismo periodista tenga tal pobreza de lenguaje.
La terminolog¨ªa deportiva hace estragos y no es f¨¢cil encontrar sustitutos en espa?ol a t¨¦rminos ingleses muy usados en la jerga deportiva. Otra cosa es el t¨¦rmino "testado" que debe ser sustitutido por probado sin la menor duda.
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