Colau y el credo nacionalista
Hablar de que el pueblo catal¨¢n ¡°recupere¡± su soberan¨ªa no tiene ning¨²n sentido desde el punto de vista hist¨®rico
En su art¨ªculo La Diada y el d¨ªa despu¨¦s, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, insist¨ªa en que es urgente el reconocimiento de la plurinacionalidad de Espa?a y del derecho a decidir. Colau culminaba as¨ª una semana en la que, previamente, hab¨ªa dicho que ¡°Catalu?a es un pueblo que quiere recuperar el derecho a la soberan¨ªa¡± y se hab¨ªa mostrado partidaria de una ¡°rep¨²blica catalana confederada con Espa?a¡±. Pas mal.
Otros art¨ªculos del autor
A pesar de haber dicho muchas veces que ella nunca ha sido nacionalista ni independentista, Colau demuestra que asume a pie juntillas el relato de los nacionalistas catalanes cuando habla de ¡°recuperar¡± el derecho a la soberan¨ªa, como si el pueblo catal¨¢n hubiera sido en alg¨²n momento de la historia sujeto de soberan¨ªa. Est¨¢ claro que Colau piensa en la Catalu?a anterior a 1714, pese a que en aquella ¨¦poca ning¨²n pueblo del mundo pod¨ªa considerarse ni por asomo soberano, pues el concepto de soberan¨ªa radicada en el pueblo, es decir el concepto de soberan¨ªa nacional opuesto al de soberan¨ªa del Rey, no se empieza a desplegar en la pr¨¢ctica ¡ªpor lo menos en la Europa continental¡ª hasta la Revoluci¨®n Francesa (1789), y concretamente en Espa?a no se concretiza hasta las Cortes de C¨¢diz de 1812. De ah¨ª proviene el concepto moderno de naci¨®n, el de naci¨®n pol¨ªtica como conjunto de hombres libres y sujetos de derechos y obligaciones, que se desarrolla en Europa y en todo Occidente hasta nuestros d¨ªas como sin¨®nimo de ciudadan¨ªa. Esa naci¨®n pol¨ªtica, el Estado-naci¨®n, la comunidad pol¨ªtica que es Espa?a es el ¨²nico sujeto colectivo de soberan¨ªa que ha conocido nuestro pa¨ªs a lo largo de su historia. Desde que reside en el pueblo, la soberan¨ªa en Espa?a ha residido siempre en el conjunto del pueblo espa?ol. As¨ª pues, hablar de que el pueblo catal¨¢n ¡°recupere¡± su soberan¨ªa no tiene ning¨²n sentido desde el punto de vista hist¨®rico, a no ser que nuestra alcaldesa se refiera a rescatar el feudalismo con sus se?or¨ªos y dem¨¢s privilegios del Antiguo R¨¦gimen.
Si en alg¨²n lugar de Espa?a se da con intensidad el fen¨®meno de la plurinacionalidad, es en Catalu?a
Asimismo, Colau demuestra su asunci¨®n acr¨ªtica del credo nacionalista cuando habla de la plurinacionalidad de Espa?a al mismo tiempo que, al igual que otros l¨ªderes de Podemos y sus confluencias, niega impl¨ªcitamente la plurinacionalidad interna de la propia Catalu?a al presentarla como una naci¨®n ¨²nica con un ¨²nico sentimiento de pertenencia nacional. N¨®tese que no digo que Colau no reconozca que en Catalu?a hay pluralidad de opiniones con respecto a la opci¨®n de la secesi¨®n, sino que me parece evidente que menosprecia a los catalanes ¡ªpor no hablar de los espa?oles no catalanes¡ª que no tienen tan claro como ella la idea de que los catalanes decidamos de espaladas y en contra del resto de los espa?oles.
En efecto, Espa?a es, como la mayor¨ªa de los Estados, plurinacional en el sentido de que en ella conviven diferentes sentimientos de pertenencia nacional, y esa plurinacionalidad es y debe ser reconocida por la Constituci¨®n de acuerdo con su art¨ªculo 2, que habla de las nacionalidades que integran Espa?a en impl¨ªcita alusi¨®n a Catalu?a, el Pa¨ªs Vasco y Galicia. Pero si en alg¨²n lugar de Espa?a se da con especial intensidad el fen¨®meno de la plurinacionalidad ese es, precisamente, Catalu?a, donde existen tambi¨¦n diferentes sentimientos de pertenencia, siendo mayoritario el grupo de los catalanes que tenemos un sentimiento de pertenencia dual, los que nos sentimos sin mayor problema tanto catalanes como espa?oles en diferentes grados, pertenecientes si se quiere a la naci¨®n catalana y a la espa?ola. Se trata de dos sentimientos a nuestro entender perfectamente compatibles entre s¨ª mientras no se nos quiera obligar a elegir o a priorizar entre uno y otro, que es precisamente lo que pretenden los partidarios del llamado ¡°derecho a decidir¡±.
No hay ning¨²n Estado democr¨¢tico digno de tal nombre que reconozca el derecho a la autodeterminaci¨®n
Ese, el del reconocimiento de la existencia de diversos sentimientos de pertenencia nacional reconocidos constitucional e institucionalmente, es el ¨²nico sentido en el que cabe defender la plurinacionalidad de Espa?a, o de cualquier otro Estado con voluntad de permanencia. Ahora bien, pretender derivar de ese reconocimiento la existencia de diferentes sujetos de soberan¨ªa dentro de un mismo Estado es tanto como propugnar su autodisoluci¨®n. Es por ello por lo que no hay ning¨²n Estado democr¨¢tico digno de tal nombre que reconozca el derecho a la autodeterminaci¨®n de sus partes integrantes en los t¨¦rminos en los que lo plantean los nacionalistas y Podemos, esto es, como un derecho absoluto a la secesi¨®n territorial que implique la divisibilidad del todo y al mismo tiempo blinde la indivisibilidad de las partes. El reconocimiento del derecho a la autodeterminaci¨®n es incompatible con la existencia de un marco de convivencia y solidaridad entre ciudadanos estable y duradero, porque supone abrir la puerta a la separaci¨®n de un territorio por motivos tan coyunturales como la discrepancia ideol¨®gica entre un Gobierno auton¨®mico y el Gobierno central. Queda claro que para Colau y compa?¨ªa Espa?a solo vale la pena si gobierna Podemos. Mientras gobierne el PP, la suerte del pueblo espa?ol les trae sin cuidado. Afortunadamente, para muchos de nosotros Espa?a y el pueblo espa?ol seguir¨ªan valiendo la pena incluso en el caso de que gobernara Podemos, de la misma manera que Catalu?a y el pueblo catal¨¢n seguir¨¢n valiendo la pena aunque contin¨²en gobernando los nacionalistas.
En cualquier caso, para ser completo y respetuoso con la realidad positiva, ese reconocimiento de la plurinacionalidad que con tanto ¨ªmpetu exige Colau tiene que ser bidireccional, del todo y de las partes. De lo contrario, se convierte en mero seguidismo de las tesis nacionalistas. Curiosamente, la propia Colau lo reconoce inconscientemente cuando se refiere al caso de Galicia para justificar su defensa de la plurinacionalidad de Espa?a. Seg¨²n ella, ¡°las elecciones vascas y gallegas volver¨¢n a recordarnos que la Espa?a uniforme de Rajoy es tan s¨®lo un constructo mental¡±. Lo m¨¢s probable es que en Galicia el popular N¨²nez Feij¨®o revalide su mayor¨ªa absoluta el pr¨®ximo 25 de septiembre, lo que m¨¢s bien apunta que la mayor¨ªa de los gallegos no comparte la oposici¨®n entre el pueblo gallego y el pueblo espa?ol que tan alegremente defienden los autodenominados soberanistas.
Ignacio Mart¨ªn Blanco es periodista y polit¨®logo.
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