La deriva de S¨¢nchez

Despu¨¦s de varias semanas de incertidumbre, Pedro S¨¢nchez desvel¨® ayer sus planes: pedir autorizaci¨®n al Comit¨¦ Federal del PSOE para intentar formar un Gobierno. No aclar¨® con quien, pero resulta obvio que tendr¨ªa que ser con Podemos y los partidos nacionalistas, puesto que Ciudadanos ha dejado rotundamente claro que no participar¨¢ en una coalici¨®n con las decenas de fuerzas populistas y de extrema izquierda que rodean a Pablo Iglesias. En caso de que el comit¨¦ federal le impida tomar ese disparatado camino, S¨¢nchez convocar¨ªa un congreso para luchar por la secretar¨ªa general y volver a ser candidato. Una hoja de ruta poco responsable que provocar¨¢, con toda seguridad, una inmensa crisis en su partido y nos llevar¨¢ a la convocatoria de las terceras elecciones generales en un a?o.

La estrategia de S¨¢nchez parece olvidar los intereses de Espa?a ¡ªe incluso los de su propio partido¡ª para centrarse en su pura supervivencia como l¨ªder socialista. Utilizando a Mariano Rajoy como excusa (algo f¨¢cil, teniendo en cuenta la posici¨®n monol¨ªtica del presidente del Gobierno en funciones), el secretario general del PSOE ha ido cerrando todos los puentes hacia la gobernabilidad mientras insiste en buscar un pacto imposible, con la escasa autoridad de quien pretende gobernar despu¨¦s de haber sufrido dos derrotas hist¨®ricas consecutivas. Las cifras podr¨ªan salir si se suman los votos favorables de Podemos, CiU, PNV y CC, y las abstenciones de ERC y Bildu; pero el resultado ser¨ªa catastr¨®fico.

Sea como fuere, gobernar con 85 diputados (menos del 25% de la c¨¢mara) y con los apoyos de fuerzas pol¨ªticas con preferencias radicalmente incompatibles entre s¨ª, o que al d¨ªa siguiente quieran imponer sus criterios para ocupar tu espacio, es un proyecto condenado al fracaso.

En vez de plantear una deriva que conduce hacia la ingobernabilidad en Espa?a y que agudizar¨¢ la crisis de su partido, S¨¢nchez deber¨ªa abrir un tiempo de an¨¢lisis y debate interno. La supervivencia de un Partido Socialista moderado, reformista y con vocaci¨®n de gobernar y mejorar Espa?a, no de ser el primero del pelot¨®n de perdedores, deber¨ªa de ser ahora la prioridad absoluta de todo aquel que sienta lealtad a las siglas del PSOE.

Esa reflexi¨®n se va a hacer a¨²n m¨¢s necesaria y urgente a partir del pr¨®ximo domingo, cuando se prev¨¦ un nuevo desastre electoral socialista en Galicia y el Pa¨ªs Vasco. Uno m¨¢s de la era S¨¢nchez. No parece, por tanto, que sea ¨¦l la persona m¨¢s adecuada para encabezar la traves¨ªa del desierto que tendr¨¢ que abordar el PSOE tras la sangr¨ªa de votos sufrida en las ¨²ltimas citas electorales.

Solamente desde la oposici¨®n y con un nuevo proyecto pol¨ªtico s¨®lido y consensuado pueden los socialistas afrontar los enormes problemas que tienen ante s¨ª. Hay que convocar un congreso, s¨ª; pero no para apuntalar al secretario general de cara a otras elecciones. Primero hay que evitar esas terceras elecciones dejando que gobierne el partido m¨¢s votado, y luego emprender la refundaci¨®n de un PSOE capaz de volver a ilusionar a los espa?oles con el proyecto socialdem¨®crata y europe¨ªsta que le hizo grande.