¡°Solo nos queda la respiraci¨®n y el coraz¨®n¡±
La trabajadora de Unicef Espa?a relata sus primeros d¨ªas en Hait¨ª tras el paso del hurac¨¢n Matthew
En las noticias hemos visto sobre todo im¨¢genes de la costa de Hait¨ª afectadas por el hurac¨¢n Matthew, pero las zonas remotas de las monta?as est¨¢n olvidadas y sus gentes, desesperadas.
"Solo nos queda la respiraci¨®n y el coraz¨®n", nos dec¨ªa el l¨ªder comunitario de Plaine Matin, a una hora y media en coche de Les Cayes. All¨¢, el hurac¨¢n se ha llevado por delante todas las casas. Un total de 68 familias est¨¢n resguardadas en lo que queda de la escuela. Ah¨ª nos encontramos a madres desesperadas sin nada que dar de comer a sus hijos, familias tratando de levantar sus casas y muchos ojos suplicando ayuda.
"Por aqu¨ª pasan los convoys de ayuda hacia Jeremie, pero no paran. Llevamos ocho d¨ªas y solo nos han dado unos sacos de arroz". Hoy hemos venido con nuestros compa?eros de Oxfam junto con los que trabajamos en el ¨¢rea de agua, saneamiento e higiene. Con ellos hemos repartido pastillas potabilizadoras y jab¨®n. Se me ha quedado la imagen de las manos tendidas de las madres hacia las cajas, buscando tan siquiera una pastilla de jab¨®n para lavar a los ni?os.
Benedicte, una vecina de Plaine Matin, me ha conducido hacia lo que queda de su casa. El techo ha volado, las paredes est¨¢n destruidas y dentro, en el suelo embarrado, quedan los restos de lo que fue una vida: una maleta, ropa, sillas, cuadernos escolares. Benedicte habla creol y no la entiendo bien, pero me basta su mirada perdida para comprender su dolor y su desconcierto ante tanta destrucci¨®n.
Trabajo en equipo
En las emergencias la coordinaci¨®n es b¨¢sica. Hoy hemos sido testigos del buen trabajo que estamos haciendo en la respuesta r¨¢pida ante la amenaza creciente del c¨®lera. Nuestros compa?eros de Oxfam en Hait¨ª nos han explicado que es fundamental llegar a las zonas m¨¢s alejadas para llevar lo esencial. A todos nos gustar¨ªa ir m¨¢s r¨¢pido, pero Matthew ha dejado los accesos da?ados y hay nada menos que 1,2 millones de personas afectadas, de los cuales 500.000 son ni?os.
En Camp Perrin, otra de tantas zonas devastadas, 282 personas se resguardan en una escuela que UNICEF construy¨® con medidas antis¨ªsmicas tras el terremoto de 2010. Es lo ¨²nico que ha quedado en pie. Muchos nos hemos preguntado c¨®mo otro fen¨®meno natural ha podido golpear Hait¨ª de manera tan fuerte, si el terremoto no nos ense?¨® muchas lecciones. En esta ocasi¨®n comprobamos que s¨ª. En otras, cuando nos acercamos a los restos de casas como las de Benedicte, comprobamos que detr¨¢s de unos materiales muy fr¨¢giles como techos de uralita se desvela la pobreza en la que viven sumidos un 74,6% de las personas de Hait¨ª.
En Unicef nos tomamos tambi¨¦n muy en serio el trabajo contra el c¨®lera. Estamos trabajando con otras organizaciones y apoyando al Gobierno para fortalecer el sistema nacional de salud e higiene, y garantizar el suministro de agua potable para frenar la propagaci¨®n de la enfermedad, sobre todo en zonas de alto riesgo. Ayer mismo nos reunimos con el Gobierno para organizar la campa?a de vacunaci¨®n contra esta enfermedad que se desarrollar¨¢ la semana que viene.
Me resisto a pensar que Hait¨ª es un c¨²mulo de desastres
Es hora de volver a Les Cayes. Hoy me salto las normas de seguridad y voy en la parte de atr¨¢s de la pick up, al aire mientras comienza a llover. Una vez m¨¢s, disfruto de lo bello que es Hait¨ª. Sus cadenas monta?osas, sus lagos, sus campos de bananos y de mangos y sus puestas de sol. Me resisto a pensar que Hait¨ª es un c¨²mulo de desastres. En este pa¨ªs siempre hemos sido bien recibidos, con el calor y car¨¢cter que caracteriza a los haitianos.
"Gracias por venir a vernos. Solo saber que no nos olvidan es muy importante para nosotros", nos dice Bernard, el coordinador del albergue Plaine Matin. Me siento muy peque?a ante la grandeza de estas personas, que a pesar de una situaci¨®n tan desesperada son capaces de reconocer y agradecer lo poco que hemos hecho hoy. ?Arriba Hait¨ª!
Diana Valc¨¢rcel es directora de comunicaci¨®n de Unicef Comit¨¦ Espa?ol.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.