Los peces sin sangre (roja) en las venas
Los peces-hielo perdieron el rojo sangu¨ªneo pero sobrevivieron con corazones m¨¢s grandes
A 1.600 kil¨®metros al norte de la Ant¨¢rtida y 2.500 al suroeste del cabo de Buena Esperanza se encuentra el punto de tierra firme m¨¢s aislado del planeta. La remota Isla Bouvet yace azotada por el g¨¦lido viento y un invierno eterno. No viven humanos, s¨®lo seres adaptados a un fr¨ªo extremo. En el 1928, el zo¨®logo Ditlef Rustad que formaba parte de una expedici¨®n noruega para proclamar Bouvet como un base para la caza de ballenas captur¨® un pez asombroso: no ten¨ªa escamas, era muy p¨¢lido (incluso transl¨²cido en algunas partes) y con una mand¨ªbula prominente como la de un cocodrilo. Pero sobretodo, lo m¨¢s ins¨®lito fueron sus branquias. En vez de ser rojas como el vino, eran blanquecinas como la vainilla. Cuando Rustad diseccion¨® el pez, vio que su sangre era transparente. "Farvel?st Blood", escribi¨® en su libro de notas. "Sangre incolora."
Cuando la Ant¨¢rtida comenz¨® a separarse del resto del mundo y a moverse hacia el sur, el agua circundante se enfri¨® notablemente
Los peces-hielo son los ¨²nicos vertebrados sin gl¨®bulos rojos ni hemoglobina, la prote¨ªna que da a la sangre su color y transporta el ox¨ªgeno por todo el cuerpo. A¨²n as¨ª, bajo esta anemia total no padecen consecuencias, ya que el ox¨ªgeno se disuelve directamente en el plasma. El secreto de su evoluci¨®n est¨¢ ligado a la historia del Oc¨¦ano Ant¨¢rtico. Cuando la Ant¨¢rtida comenz¨® a separarse del resto del mundo y a moverse hacia el sur, el agua circundante se enfri¨® notablemente. A medida que desciende la temperatura del agua, aumenta la solubilidad del ox¨ªgeno y, por lo tanto, la demanda de hemoglobina es inferior. Adem¨¢s, un n¨²mero menor de eritrocitos disminuye la viscosidad de la sangre y, en consecuencia, el gasto de energ¨ªa. Esta es la tendencia general en aguas g¨¦lidas, pero el caso de los peces-hielo es, sin duda, excepcional y extremo.
Recientemente, los bi¨®logos descubrieron que su genoma a¨²n conserva formas reminiscentes de los genes de la hemoglobina. A lo largo de la evoluci¨®n, al ser relativamente prescindibles para la supervivencia en un ambiente glacial rico en ox¨ªgeno, fueron acumulando mutaciones que desvirtuaron la prote¨ªna. En ¨²ltima instancia, no supuso precisamente un cambio beneficioso: la sangre de los peces-hielo s¨®lo puede transportar el 10 por ciento del ox¨ªgeno de la mayor¨ªa de los peces. Algunos cient¨ªficos han propuesto que la p¨¦rdida de la hemoglobina, aunque no es letal, es una mala adaptaci¨®n. Por suerte, tienen trucos para contrarrestar esta deficiencia: corazones y vasos sangu¨ªneos muy grandes (y densos), altos vol¨²menes de sangre circulante y un elevado gasto card¨ªaco para el bombeo. Su sangre menos viscosa, gracias a la ausencia de gl¨®bulos rojos, fluye a toda velocidad a bajas presiones.
Algunos cient¨ªficos han propuesto que la p¨¦rdida de la hemoglobina, aunque no es letal, es una mala adaptaci¨®n
Los cambios neutros (o neutralizados) pueden permanecer, pero los que realmente son favorecidos por la selecci¨®n natural son aquellos con alguna ventaja adaptativa. A pesar de que las aguas donde habitan se acercan a temperaturas de -2 ¡ãC, los peces-hielo son capaces de sobrevivir y nadar sin congelarse. Mientras el mar empieza a petrificarse, su sangre sigue corriendo. Muchas especies de peces en el Oc¨¦ano Ant¨¢rtico, incluyendo los peces-hielo, producen prote¨ªnas anticongelantes cuando las temperaturas caen por debajo del punto de congelaci¨®n del agua dulce. Estas prote¨ªnas se juntan a los cristales de hielo e impiden su crecimiento. As¨ª no se rompen las c¨¦lulas ni se hiela la sangre. La aparici¨®n de los anticongelantes fue un pr¨¦stamo de un gen ancestral que se duplic¨® accidentalmente. Una copia permaneci¨® estable, pero la otra acumul¨® una cantidad de mutaciones que eventualmente le proporcion¨® la funci¨®n anticongelante. En la historia de la evoluci¨®n, el surgimiento de algo nuevo a partir de algo viejo es una constante.
La aparici¨®n de los anticongelantes fue un pr¨¦stamo de un gen ancestral que se duplic¨® accidentalmente
El cambio clim¨¢tico no augura un buen futuro para los peces ant¨¢rticos y, menos a¨²n, para los peces-hielo. Son m¨¢s sensibles a los cambios de temperatura que los peces de sangre roja. No pueden soportar el calor. Adem¨¢s un aumento de las temperaturas conlleva un aumento de la acidez del oc¨¦ano y, como resultado, un desequilibrio en los ecosistemas y las redes tr¨®ficas. Su base alimenticia quedar¨ªa totalmente afectada y su muerte m¨¢s pr¨®xima. Los peces-hielo se han adaptado a uno de los ambientes m¨¢s duros de la Tierra, durante el camino perdieron el rojo de la sangre pero sobrevivieron con corazones m¨¢s grandes. Ante las adversidades, nunca se les hel¨® la sangre. Son supervivientes de la vida extrema, expertos en vivir bajo el hielo. Su historia natural cuenta la adaptaci¨®n al fr¨ªo glacial¡ esperemos que el gui¨®n no cambie.
Oscar Cus¨® (@oscarcuso) es bi¨®logo, director y guionista de documentales de naturaleza, ciencia e historia. Ha trabajado en diferentes series y largometrajes para cadenas como la BBC, National Geographic o TVE.
Historias Naturales es una secci¨®n dedicada a las curiosidades cient¨ªficas de los seres vivos. Una serie de reportajes donde se narran las historias que rodean a la flora y la fauna, desde sus leyendas y lun¨¢ticas concepciones hasta los descubrimientos m¨¢s recientes. Un viaje del mito a la ciencia para descubrir las maravillas del mundo salvaje. El t¨ªtulo de la secci¨®n juega con el plural para convertir la Historia Natural - concepci¨®n cl¨¢sica de Biolog¨ªa - en cuentos, en relatos, en narraciones¡ en Historias Naturales.
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