Otro CIE es posible
Inmigrantes amotinados en la azotea del CIE.ATLAS
De lo sucedido el 18 de octubre pasado en el barrio madrile?o de Aluche, siempre nos quedaremos con la imagen de unos ciudadanos subidos en una terraza para pedir la cancelaci¨®n de las ¨®rdenes de expulsi¨®n de Espa?a que reca¨ªan sobre ellos. Y, sobre todo, para que el mundo se enterase de las nefastas condiciones en que malviven los detenidos en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE).
Como de un encuentro de f¨²tbol se tratase -de hecho coincidi¨® con el partido entre el Real Madrid y el Legia, un equipo polaco- seguimos lo acontecido minuto a minuto, desde el comienzo hasta el desenlace final. Cuando los 39 internos que hab¨ªan pasado la noche en la azotea del CIE, situado en la avenida de los Poblados, volvieron a sus celdas despu¨¦s de casi 12 horas de pac¨ªfica protesta.
Esta actitud llev¨® al director general de la Polic¨ªa, Ignacio Cosid¨® a considerar equivocadamente que no se trataba de un mot¨ªn. Pero s¨ª, fue un mot¨ªn en toda regla, aunque los reclusos no agredieron a ning¨²n polic¨ªa, pues fue la expresi¨®n de un hartazgo. Es m¨¢s, en el ¡°posmot¨ªn¡±, perm¨ªtanme este s¨ªmil con pospartido, nos enteramos de que exist¨ªa un informe previo de la Polic¨ªa alertando de la posibilidad de producirse una revuelta, como as¨ª ha ocurrido.
Y lo que no es nada nuevo; que varias ONG hab¨ªan denunciado lo que consideran como la vulneraci¨®n de derechos que sufren los extranjeros detenidos en este centro y otros del pa¨ªs. En declaraci¨®n a El Pa¨ªs, tanto SOS Racismo Madrid como la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR) denunciaron las malas condiciones de las instalaciones y el uso desproporcionado del internamiento de personas migrantes.
No sin pedir la aplicaci¨®n del car¨¢cter excepcional de la reclusi¨®n establecido por la ley o el cierre del centro por no respetar los derechos humanos, ya que en este centro con escasos espacios comunes se juntan suciedad, delincuentes e inmigrantes en situaci¨®n irregular, muchos de los cuales suelen dormir en tirados por el suelo. Aunque no son presos, est¨¢n privados de libertad y en condiciones peores que las modernas c¨¢rceles espa?olas.
Sin caer en ninguna demagogia, me permito sugerir a las autoridades replantear las cosas. Pues los CIE representan la inmovilizaci¨®n de personas m¨®viles, que seguir¨¢n llegando porque los medios y las razones de la inmigraci¨®n no se han agotado. Por esto hay que buscar alternativas que entiendan y separen el principio humanitario ¡ªel rescate, la asistencia¡ª de su eterno corolario, la cuesti¨®n de seguridad, ¡ªel aislamiento, el internamiento en un centro.
Las autoridades deben llevar a cabo una reflexi¨®n sobre la funci¨®n de los CIE as¨ª como una verdadera pol¨ªtica de acogida y acompa?amiento de los inmigrantes. Considerar los CIE un asunto exclusivo de la Polic¨ªa es tratar indistintamente la seguridad y la preocupaci¨®n humanitaria, y denota la incapacidad de las autoridadesde entender la movilidad, que para muchos de los que protestaron en Aluchese hace en una sucesi¨®n de violencia. Hay violencia en el punto de partida en contextos que vimos en el programa Salvados, de la Sexta. Hay una sucesi¨®n etapas violentas en las rutas y pasos fronterizos que la obstinaci¨®n de seguridad de la mayor¨ªa de los Estados hace que sean m¨¢s peligrosos o fatales.
Por esto creo que la alternativa, que puede ser defendida en lugar de los centros, es la hospitalidad. Sea privada (acogida de los inmigrantes por familias) o p¨²blica (programas oficiales de acogida propios o en colaboraci¨®n con las ONG). Al fin y al cabo, cada uno de nosotros lleva en s¨ª una parte de la humanidad y el inmigrante es un hermano cuya dignidad es inalienable. Seguro que lo entienden quienes toman las decisiones. Aunque por ahora, no lo parezca, dado el enfrentamiento entre Ayuntamiento, Comunidad y Delegaci¨®n del Gobierno a ra¨ªz del mot¨ªn de Aluche.
El consistorio dirigido por Manuela Carmena se sinti¨® excluido de la gesti¨®n de la crisis, mientras la delegaci¨®n que encabeza Concepci¨®n Dancausa aseguraba que el CIE era asunto exclusivo de la Polic¨ªa. Por su parte, Cristina Cifuentes, al frente de la comunidad, mandaba a Carmena centrarse en la limpieza y el tr¨¢fico de la capital, en vez de meterse en asuntos del CIE. Un rifirrafe en el que cada una gana, pero que pierden los internados. Por esto deber¨ªanponerse de acuerdo, porque otro CIE es posible.
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