Boicotear a Trump
Aunque parezca un chiste de muy mal gusto, Donald Trump ha ganado las elecciones en los EE UU y est¨¢ a punto de sentar sus machistas, xen¨®fobas y narcisistas posaderas en el despacho oval. ?Dem¨®cratas del mundo, un¨ªos! Si no lo hac¨¦is/hacemos, a partir de ahora el mundo ser¨¢ un lugar mucho m¨¢s l¨²gubre, triste e injusto. Lo escribi¨® en Twitter la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en cuanto se enter¨® de la luctuosa noticia: ¡°Se dibuja un nuevo mundo en el que m¨¢s que nunca habr¨¢ que juntar fuerzas en la defensa literal de la vida, la democracia y los derechos humanos¡±.
Y precisamente en Barcelona, mientras los americanos y las americanas ejerc¨ªan su derecho al voto con tan p¨¦simos resultados, la fil¨®sofa Amelia Valc¨¢rcel impart¨ªa en el Palau Macaya, joya del modernismo, una conferencia sobre uno de los movimientos pol¨ªticos que m¨¢s alergia le dan al fantoche de Trump: el feminismo. La fil¨®sofa, feminista convencida y una de las voces m¨¢s claras del aqu¨ª y del ahora, adem¨¢s de vaticinar que la victoria de Hillary Clinton no estaba para nada asegurada y acertar ¡ªcomo acert¨® tambi¨¦n el cineasta cr¨ªtico Michael Moore¡ª, destil¨® su sabia iron¨ªa apuntando los nuevos retos del feminismo en un mundo todav¨ªa demasiado vacilante en materia de paridad.
Valc¨¢rcel insisti¨® en que el feminismo es un proprium de Occidente, al igual que lo es la democracia, y que ambos cuentan en la actualidad con amenazas nuevas que exigen aguzar el ingenio y articular instrumentos de lucha hasta la fecha ignotos. Que un tipo tan descaradamente antidemocr¨¢tico haya ganado unas elecciones ¡°democr¨¢ticas¡±, no deja de resultar parad¨®jico; aunque quiz¨¢s tambi¨¦n quepa recordar que otro tanto sucedi¨® con Hitler, a quien preferir¨ªa no tener que comparar nunca con Trump, a pesar de que est¨¢ claro que el susodicho apunta maneras. Convertido en una amenaza real para un sistema hoy altamente desprestigiado, el democr¨¢tico, Trump es tambi¨¦n una amenaza para las mujeres, a quienes considera ¡°objetos est¨¦ticamente agradables¡± y a quienes insulta a su antojo.
Dejando de lado que un tipo que en su libro Nunca tires la toalla admite estar ¡°en la lista de r¨¦cords Guiness por ostentar el mayor descalabro econ¨®mico de la historia¡± no parece el m¨¢s adecuado para gestionar un pa¨ªs ¡ªcomo han parecido intuir las Bolsas y algunos analistas que anuncian el derrumbe de los mercados¡ª, y de que Hillary Clinton no era tampoco la panacea de nada, queda en el aire el misterio insondable de c¨®mo han podido votarlo casi 60 millones de personas. ?Qui¨¦n vota a un ¨¦mulo de Berlusconi, primo hermano de Jes¨²s Gil y aspirante a Putin que desprecia entre otros a las mujeres, los gays y los inmigrantes? Y sobre todo, ?c¨®mo han podido votarlo mujeres, gays e inmigrantes?
Algunos art¨ªculos han dicho que ha ganado el miedo: el miedo de la gente a seguir siendo un cero a la izquierda en un sistema que se ha revelado lleno de fisuras e incapaz de dar respuestas. I?aki Gabilondo ha hablado, con cita orteguiana, de ¡°la rebeli¨®n de las masas¡± y de que las democracias tienen que mirarse de una vez en el espejo. Otros han citado a Gramsci: ¡°El viejo mundo se muere, el nuevo tarda a aparecer y en este claroscuro aparecen monstruos¡±. E incluso hay quien ha mencionado la traici¨®n de las mujeres blancas a la candidata dem¨®crata.
Mientras Marine Le Pen, envuelta en la bandera tricolor, se frota las manos augur¨¢ndose una victoria inminente que muchos quisi¨¦ramos que no llegara nunca.
Que Valc¨¢rcel hablara la noche de las elecciones norteamericanas a un auditorio barcelon¨¦s fue una venturosa coincidencia que debi¨¦ramos aprovechar. Hab¨ªa sido convocada para poner el broche de oro al ciclo de debates El feminismo y los derechos de igualdad y equidad de g¨¦nero: realidad actual y retos de futuro, organizado por la Obra Social La Caixa y la Fundaci¨®n de Amigos y Amigas de Maria Aur¨¨lia Capmany, ilustre feminista fallecida hace un cuarto de siglo y de cuyo ensayo m¨¢s emblem¨¢tico, La dona a Catalunya ¡ªconsiderado aqu¨ª an¨¢logo a El segundo sexo¡ª, se cumplen 40 a?os. ?Por qu¨¦ no colegir pues de esa coincidencia que si algo o alguien amenaza la democracia, amenaza en consecuencia el feminismo?
?Feministas del mundo, un¨ªos! Por tercera, cuarta, en¨¦sima o cent¨¦sima vez desde la ilustrada Ilustraci¨®n, un¨¢monos en nombre de la igualdad de derechos y del derecho a las diferencias. Mientras esperamos que las izquierdas se aclaren, tanto dentro de nuestras fronteras como fuera, y empiecen a demostrar altura de miras y una verdadera conciencia de a qu¨¦ clase de enemigo se enfrentan, que el feminismo empiece a boicotear a Trump cada vez que lance uno de sus exabruptos no estar¨ªa de m¨¢s. Por eso, desde aqu¨ª animo a usar en las redes sociales el hashtag #BoicotTrump. Alg¨²n d¨ªa Occidente nos lo agradecer¨¢.
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