La apuesta m¨¢s revolucionaria en la RD Congo: la no violencia
Fred Bauma, activista por la participaci¨®n ciudadana, busca la movilizaci¨®n tras 18 meses en prisi¨®n
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Cuando fueron detenidos, las autoridades congole?as llegaron a considerarlos terroristas. Su liberaci¨®n, sin embargo, fue una de las medidas de ¡°descrispaci¨®n¡± impulsadas por el propio Joseph Kabila, presidente de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo. Algunos vieron en esa decisi¨®n un reconocimiento de que eran presos de conciencia. Entre tanto hab¨ªan pasado 18 meses de c¨¢rcel en unas dur¨ªsimas condiciones de detenci¨®n. Fred Bauma ha sido uno de los militantes que ha pasado por semejante trance. Este joven congole?o se ha convertido en el s¨ªmbolo del movimiento Lucha (Lutte pour le Changement), un colectivo que en los ¨²ltimos a?os se ha convertido en el referente de una nueva forma de entender la participaci¨®n pol¨ªtica en el pa¨ªs, completamente al margen de la pol¨ªtica institucional, pero con un f¨¦rreo compromiso.
Bauma fue detenido el 15 de marzo de 2015, junto a una treintena de personas, que participaban en un taller sobre movilizaci¨®n juvenil y en la presentaci¨®n de Filimbi, un nuevo movimiento social que pretend¨ªa recoger las inquietudes de los j¨®venes de la capital congole?a, Kinshasa. La conferencia pretend¨ªa ser una muestra de unidad en la resistencia y por eso participaban en ella militantes de colectivos de Senegal y Burkina Faso, adem¨¢s del propio Fred Bauma, como rostro de Lucha, un movimiento radicado en la ciudad de Goma, en la regi¨®n de Kivu Norte. Los casi 1.600 kil¨®metros que separan Goma de Kinshasa hab¨ªa sido hasta el momento una distancia insalvable. La presencia de Bauma en la presentaci¨®n de Goma, mostraba que los activistas de los dos extremos del pa¨ªs hab¨ªan encontrado puntos en com¨²n y herramientas que les un¨ªan en la contestaci¨®n a la deriva del presidente Kabila y su resistencia a convocar elecciones.
Cuando polic¨ªas y militares irrumpieron en la sala en la que se celebraba la presentaci¨®n, el mensaje parec¨ªa claro: las alianzas de movimientos sociales no eran bien recibidas por las autoridades. La divisi¨®n y la distancia hab¨ªa debilitado a la sociedad civil hasta ese momento y as¨ª deb¨ªa continuar la situaci¨®n. El arresto de Fred Bauma y de Yves Makwambala era un signo inequ¨ªvoco. Ambos se convirtieron en su s¨ªmbolo. Para las autoridades, de la respuesta que recibir¨ªan los disidentes, acusados de participar en un complot contra el Estado y con la amenaza de la pena de muerte sobre sus cabezas. Para los suyos, de la represi¨®n del gobierno y de la determinaci¨®n de los militantes. Mientras, Bauma y Makwambala, pasaron un a?o y medio encarcelados. En agosto, el gobierno orden¨® su libertad provisional.
El expreso Fred Bauma se ha convertido en un s¨ªmbolo de la nueva pol¨ªtica congole?a
El resultado de ese cautiverio es contradictorio. Por un lado, el gobierno de Kabila contin¨²a posponiendo las elecciones y consigue la connivencia de algunos partidos de la oposici¨®n institucional. Por otro, Lucha ha crecido considerablemente durante este tiempo, en militantes, en actividades y en ciudades en las que ha conseguido presencia. Su prestigio y popularidad han aumentado exponencialmente, en el interior y el exterior del pa¨ªs. ¡°Hemos pagado un precio alto¡±, comenta con tono cansado Fred Bauma, que a pesar de la experiencia que ha vivido habla con serenidad.
A sus 26 a?os, el joven congole?o parece tener toda una vida a sus espaldas y es que convertirse en la bandera de todo un movimiento popular lleno de esperanza y de ilusi¨®n resulta cansado, pero hacerlo desde el interior de una prisi¨®n como la de Makala desgasta todav¨ªa m¨¢s. La sencillez con la que se conduce este convencido militante de Lucha, desprende el magnetismo de los que huyen de los t¨®picos y los lugares comunes. Esquiva incluso aquel mantra que le llevar¨ªa a afirmar con gravedad que la detenci¨®n s¨®lo le ha reafirmado en sus convicciones y prefiere afirmar que le ha ayudado a ¡°precisar sus ideas¡±. ¡°He visto la pobreza m¨¢s extrema en prisi¨®n. He conocido a mucha gente que no ha tenido la misma atenci¨®n que yo, pero que sigue necesitando que se hable de ellos¡±, asegura. Y dice que en su paso por la c¨¢rcel se ha enfrentado ¡°a un s¨ªmbolo de represi¨®n que est¨¢n sufriendo miles de personas¡±. Fred Bauma no tiene empacho en confesar la parte m¨¢s dolorosa de su detenci¨®n: ¡°Han sido momentos muy duros, para mi familia y para mis amigos que han tenido que enfrentarse a esta injusticia. Pero afortunadamente lo hemos superado¡±.
La ense?anza definitiva de la reclusi¨®n ha sido ¡°ver hasta qu¨¦ punto el sistema ha ca¨ªdo en la violencia institucional ciega contra sus ciudadanos¡±. Sin embargo y, a pesar de que para muchos militantes la ola de represi¨®n que sigui¨® a la presentaci¨®n de Filimbi ha supuesto el exilio, Fred Bauma cree que la acci¨®n se ha girado contra el gobierno. El crecimiento de Lucha es un ejemplo. ¡°Es cierto, nuestro sacrificio no ha sido en vano y nuestro mensaje, ahora, se escucha m¨¢s¡±, se?ala el joven activista sin asomo de hero¨ªsmo en su voz.
Un s¨ªmbolo, pero un militante m¨¢s
Y es que, a pesar de ese sacrificio, Bauma no es m¨¢s que un militante m¨¢s, de un movimiento que tiene alergia a los cargos y a otras rutinas de las organizaciones convencionales. No es su portavoz, ni su secretario general, ni nada por el estilo, porque los miembros de Lucha saben que as¨ª es m¨¢s seguro, que no haya l¨ªderes a los que silenciar, y porque sus convicciones de un colectivo radicalmente democr¨¢tico les vacuna contra la idolatr¨ªa. Sin embargo, nadie puede negar, que Bauma se ha convertido en la cara m¨¢s visible de este colectivo al que hace dos a?os muy poca gente conoc¨ªa y ahora recibe premios de Amnist¨ªa Internacional y es reconocido por el Parlamento Europeo. Y lo es porque ha sido el protagonista de una intens¨ªsima campa?a nacional e internacional, el #FreeFred que, a trav¨¦s de las redes sociales ha suscitado apoyos en todo el mundo y, sobre todo, en el continente africano.
Bauma fue detenido el 15 de marzo de 2015, junto a una treintena de personas, que participaban en un taller sobre movilizaci¨®n juvenil
Bauma asegura que aquel 15 de marzo sab¨ªa que participar en la presentaci¨®n de Filimbi era ¡°un riesgo, pero no que se fuese a producir una situaci¨®n tan extrema¡±. ¡°Era s¨®lo un taller¡±, insiste el joven. Pero se impon¨ªa un castigo ejemplar, teniendo en cuenta la amenaza desencadenada por Lucha. El movimiento ha hecho la apuesta m¨¢s revolucionaria que pod¨ªan aceptar las autoridades congole?as: la no violencia. Los militantes la han abrazado con convicci¨®n. ¡°S¨ª, nosotros hemos aplicado siempre la no violencia y nos han tratado como a terroristas, mientras que el gobierno ha negociado con grupos que han aterrorizado a la poblaci¨®n y ha acabado d¨¢ndoles puestos de poder o meti¨¦ndoles en la armada¡±, denuncia Bauma.
La no violencia revolucionaria
Lucha ha aplicado la no violencia en su actividad de manera radical y sus propuestas son las acciones c¨ªvicas. Se les puede ver en marchas silenciosas, en sentadas y en jornadas de trabajo colectivo de limpieza de las calles, por ejemplo, y a pesar de eso frecuentan comisar¨ªas y centros de detenci¨®n. La experiencia hist¨®rica de la sociedad congole?a les ha llevado a aferrarse a esa posici¨®n. ¡°Hemos visto mucha violencia en el pa¨ªs y nosotros estamos convencidos de que un ciudadano comprometido con la no violencia es m¨¢s revolucionario y m¨¢s transformador, es el protagonista de un cambio sostenible. Lo sabemos, a trav¨¦s de las armas los cambios son m¨¢s r¨¢pidos, pero no duran, porque despu¨¦s llegan m¨¢s armas y m¨¢s cambios, no pueden construir nada estable, ni profundo. Ese no es nuestro objetivo¡±, explica el joven miembro de Lucha.
Otro de los principios del movimiento ha sido no implicarse en la pol¨ªtica institucional. Han construido propuestas y espacios de transformaci¨®n, pero siguen resisti¨¦ndose a los cargos y a los partidos. Una posici¨®n que no siempre ha sido comprendida por otros sectores de la sociedad. ¡°Es un error aceptar esas premisas. Entrar en la pol¨ªtica institucional no es la ¨²nica opci¨®n. No es un deber de todo el mundo formar parte de un partido. Los ciudadanos tienen un rol fundamental como centinelas de la democracia¡±, defiende Fred Bauma. Tiene claro, desde Lucha que en su propuesta de cambio es fundamental una sociedad civil fuerte y que para desarrollar ese papel de transformaci¨®n es importante ¡°mantenerse limpio¡±. ¡°Nosotros defendemos el punto de vista de la poblaci¨®n y no el de ciertos actores sociales. Hay que poder criticar a todas las partes y para eso tenemos que mantenernos en una posici¨®n orientada¡±, explica.
Durante su detenci¨®n, sus compa?eros han llevado a la pr¨¢ctica estas premisas hasta el punto de llegar a reunirse con Joseph Kabila. El presidente estaba en Goma y propuso un encuentro con militantes de Lucha. Tuvieron que establecer algunas condiciones porque no es f¨¢cil que los que est¨¢n acostumbrados a las l¨®gicas de los partidos pol¨ªticos entiendan estructuras diferentes, sin portavoces, sin cargos directivos y con delegaciones masivas. Al final, medio centenar de miembros de Lucha se reunieron con Kabila. Despu¨¦s se enfrentaron a todo tipo de cr¨ªticas, algunos pusieron el grito en el cielo, se interpret¨® como una rendici¨®n, como la capitulaci¨®n de un movimiento que ha puesto en evidencia a las organizaciones convencionales de la oposici¨®n.
Hablando hasta con Kabila
El propio Bauma decodifica semejante encuentro: ¡°Es curioso, pero nadie nos ha criticado cuando nos hemos reunido con la oposici¨®n institucional. No hubo ninguna negociaci¨®n secreta con el gobierno. Fuimos los primeros en explicarlo. Los compa?eros se pusieron delante del presidente para poder decirle directamente lo mismo que hemos dicho siempre p¨²blicamente. Nos reunimos con ¨¦l para poder decirle que queremos que deje el poder. No somos extremistas y siempre estamos dispuestos a hablar con todos los actores¡±. A partir de esa reuni¨®n se activaron las medidas de ¡°descrispaci¨®n¡± que llevaron a la liberaci¨®n de algunos de los militantes presos, aunque Lucha siempre ha rechazado cualquier tipo de condici¨®n y algunos de esos detenidos, incluso, se han negado a ser liberados sin el reconocimiento de su condici¨®n de presos de conciencia.
Nosotros hemos aplicado siempre la no violencia y nos han tratado como a terroristas, mientras que el gobierno ha negociado con grupos que han aterrorizado a la poblaci¨®n
La gran reivindicaci¨®n de Lucha ha sido la celebraci¨®n de elecciones en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo. Kabila contin¨²a demorando la celebraci¨®n de unas elecciones a las que no podr¨ªa comparecer por la limitaci¨®n de mandatos. Los militantes de Lucha, sin embargo, plantean sus reivindicaciones de una manera descarnadamente sencilla: exigen el cumplimiento de la Constituci¨®n. Simplemente. ¡°Nuestra exigencia es que Kabila deje el poder antes de final de a?o, para dejar el sitio a un presidente electo¡±, reclama Bauma despu¨¦s de haber recuperado una precaria libertad condicional.
¡°Hay que evitar al m¨¢ximo las situaciones en las que el pa¨ªs puede resbalar hacia la violencia y la represi¨®n. Los actores pol¨ªticos tienen que evitarlo. Est¨¢ en su mano¡±, advierte Bauma. Ahora las autoridades descartan celebrar estas elecciones inmediatamente y cuentan con el benepl¨¢cito de una parte de la oposici¨®n. Lucha, sin embargo, se mantiene firme y Bauma lanza un aviso preocupante: ¡°Lo que pase depende de todos los actores, incluida la comunidad internacional. La RDC se puede deslizar hacia una inestabilidad diez veces peor que la que se ha visto en Burundi. Si no hay elecciones, los ciudadanos saldr¨¢n a la calle a manifestarse. Eso es inevitable¡±.
A pesar de la aciaga experiencia de los 18 meses de detenci¨®n y las perspectivas pesimistas que aparecen en el futuro inmediato, este joven militante por la democracia afirma que su ¡°sue?o es una sociedad con todos los derechos y en la que no seas reprimido por defenderlos¡±. ¡°Sue?o con la posibilidad de tener un futuro y no con una situaci¨®n de bloqueo, una sociedad igualitaria, con una justicia que funcione y donde los derechos humanos sean respetados¡±, concluye Fred Bauma.
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