Antioxidantes: nutrientes clave para el sistema inmunitario

Cambios de estaci¨®n, estr¨¦s, radiaci¨®n ultravioleta y contaminaci¨®n son algunos de los agentes externos que atacan nuestro sistema inmune y que se acusan a¨²n m¨¢s con el paso de los a?os. Un factor clave en la funci¨®n inmunol¨®gica de nuestras c¨¦lulas es encontrar el equilibrio entre el proceso de oxidaci¨®n y la disponibilidad de los antioxidantes, que son los nutrientes necesarios para mantener en forma las membranas de las c¨¦lulas, l¨ªpidos, prote¨ªnas y otras funciones relacionadas con el sistema inmune. O lo que es lo mismo: las abuelas han aconsejado toda la vida comer naranjas para resfriarse menos. Algo de raz¨®n ten¨ªan. Aunque la vitamina C, un poderoso antioxidante, no previene el catarro, s¨ª es verdad que refuerza las defensas.

En todas las etapas de la vida necesitamos cubrir las cantidades adecuadas de antioxidantes para conservar una buena respuesta inmune, pero esta necesidad aumenta a medida que envejecemos, porque el sistema inmunitario tiene menos recursos para protegerse, seg¨²n recogen estudios orientados a la poblaci¨®n madura. Esto ocurre, entre otros procesos, por la acumulaci¨®n de la absorci¨®n de radicales libres, sustancias nocivas para nuestro organismo, que contribuyen al envejecimiento celular, problemas cardiovasculares y disminuci¨®n de la memoria y la capacidad cognitiva.

Bacterias contra defensas

Los radicales libres, destacan los investigadores, pueden ser de dos tipos: end¨®genos ¨Ccomo etapas de estr¨¦s, desgaste f¨ªsico o mental¨C y ex¨®genos, derivados de la contaminaci¨®n, la radiaci¨®n ultravioleta, el exceso del consumo de alcohol o tabaco y una dieta desequilibrada. Alimentos como el t¨¦ verde, las uvas rojas ¨Cy por extensi¨®n el vino tinto, debido a su alto contenido en polifenoles¨C, el aceite de oliva, especias, frutas y verduras contribuyen a mejorar la nutrici¨®n gracias a sus propiedades antioxidantes, que se convierten as¨ª en la primera l¨ªnea defensiva contra los radicales libres. Nutrientes como la vitamina B2, la vitamina C, el zinc, el selenio y los carotenoides, entre otros, tienen un elevado poder antioxidante y ayudan a minimizar los efectos negativos de la oxidaci¨®n celular y en consecuencia, ayudan a mantener un adecuado funcionamiento del sistema inmune.

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) punt¨²a la Capacidad de Absorci¨®n de Radicales de Ox¨ªgeno (ORAC, por sus siglas en ingl¨¦s) de cada alimento, es decir, las propiedades antioxidantes que contienen los ingredientes de nuestra dieta. Y recomienda una ingesta diaria de entre 3.000 y 5.000 ¡°unidades ORAC¡± de esa escala de puntuaci¨®n. Una manzana cruda con piel tendr¨ªa 3.049 ORAC mientras una banana s¨®lo tiene 795 ORAC y un kiwi 862 ORAC, por ejemplo. Ya de cada uno depende si quiere empezar a hacer cuentas sobre cu¨¢ntos antioxidantes incluye en su dieta o si prefiere comer tranquilamente de forma equilibrada. Adem¨¢s, hay que tener en cuenta que estas mediciones se hacen ¡°in vitro¡± a los alimentos y no se puede experimentar ¡°in vivo¡± la asimilaci¨®n de esos antioxidantes en el ser humano.

El consumo abusivo de aceite de pescado reduce la actividad del sistema inmune. Algo que con el aceite de oliva no pasa.?

Una investigaci¨®n desarrollada por el departamento de Microbiolog¨ªa de la Universidad de Ja¨¦n, concluye que ¡°La defensa antimicrobiana depende en gran medida del estr¨¦s oxidativo, inducido por los microorganismos responsables de infecciones¡±. Es decir: si tenemos una alimentaci¨®n insuficiente en propiedades antioxidantes vamos a ser caldo de cultivo para los microbios y podemos enfermar m¨¢s.

?Cu¨¢ntas cucharadas soperas de aceite de oliva al d¨ªa, por ejemplo, ser¨ªan necesarias para que tengan alg¨²n efecto beneficioso? Seg¨²n el catedr¨¢tico de la Universidad de Ja¨¦n, Gerardo ?lvarez de Cienfuegos, experto en inmunonutrici¨®n y participante en ese estudio, una cucharada sopera de aceite de oliva en crudo ¨Cya sea en ensaladas, potajes o tostadas de pan con aceite¨C eleva las defensas naturales del organismo. ¡°Cuando se ha investigado las propiedades antioxidantes del aceite de oliva frente al aceite de pescado, con mayor contenido en Omega3, ¨¢cidos grasos poliinstaurados, se ha comprobado que a nivel de propiedades cardiovasculares eran equivalentes, pero el consumo abusivo del aceite de pescado reduc¨ªa negativamente la capacidad natural de defensa frente a infecciones bacterianas, cosa que no ocurre con el aceite de oliva¡±, explica el investigador. Y a?ade: ¡°Existe un trabajo famoso con esquimales, donde se ve¨ªa que no sufr¨ªan arteriosclerosis, pero la tasa de muerte por tuberculosis pulmonar era muy importante, precisamente porque el consumo abusivo de un ¨²nico nutriente no es beneficioso para la salud. Todo en su justa medida es sano, abusar no¡±.

La recomendaci¨®n de los investigadores es volver a la esencia de la dieta mediterr¨¢nea, sin obsesionarse ni excederse en la cantidad diaria recomendada de antioxidantes, porque podr¨ªa llegar un momento en que nuestras defensas naturales disminuyeran. Varios ensayos aleatorios, recogidos en la conclusi¨®n del estudio, sugieren que la suplementaci¨®n de nutrientes puede reducir la posibilidad de sufrir infecciones a partir de los 50 a?os, cuando el organismo no tiene tantos recursos para defenderse como un cuerpo joven. Es por todo ello, que llevar una alimentaci¨®n rica en estos nutrientes con capacidad antioxidante nos ayudar¨¢ a mantener un correcto funcionamiento de nuestro sistema inmunitario.

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