La educaci¨®n: con o sin pactos
Hay que invertir m¨¢s y mejor en aquellos aspectos que hacen que los centros educativos sean m¨¢s eficaces y eficientes. La autonom¨ªa de gesti¨®n, la evaluaci¨®n externa y la innovaci¨®n pedag¨®gica son elementos esenciales de mejora
Cuando se produce una inundaci¨®n, lo primero que falta es agua potable. Esta paradoja ilustra la situaci¨®n vivida durante a?os por la educaci¨®n espa?ola. Mientras se produc¨ªa una inundaci¨®n de declaraciones de principios, casi siempre excluyentes, y disquisiciones de similar calibre, la escuela y sus grandes protagonistas, profesores y alumnos, han sobrellevado su actividad cotidiana sin recibir la atenci¨®n que se merecen.
Pas¨® el tiempo y se han perpetuado graves situaciones, tan conocidas como nunca resueltas: nuestra inversi¨®n en educaci¨®n, el 4,3% del PIB, sigue estando lejos de la media de los pa¨ªses de la OCDE, que es de un 5,2%. Junto a ello, la distribuci¨®n de la inversi¨®n nos enfrenta a una inercia reacia al cambio, que despierta otra preocupaci¨®n cualitativa: tan importante es invertir m¨¢s, como hacerlo mejor.
Hoy sabemos que hay que invertir m¨¢s en aquellos aspectos que hacen que los centros educativos sean m¨¢s eficaces y eficientes, y sabemos, aunque no lo parezca, que eso solo se consigue si se trabaja a favor de la equidad, el desarrollo intelectual temprano, con la mejora de la formaci¨®n, selecci¨®n y evaluaci¨®n del profesorado, fortaleciendo el liderazgo y la mejora de la direcci¨®n y gesti¨®n escolar, promocionando la ense?anza del ingl¨¦s, mediante el desarrollo de nuevas competencias o apoyando la inversi¨®n en nuevas metodolog¨ªas did¨¢cticas y en sistemas educativos digitales.
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Hablando de inversi¨®n, es obligado referirnos a un factor de inequidad que, quiz¨¢s por crear incomodidad pol¨ªtica, suele soslayarse por parte de algunos autoproclamados expertos. Al nacer un ni?o o ni?a en algunas de nuestras comunidades aut¨®nomas puede sentir helado su coraz¨®n, y no en el sentido machadiano sino en el educativo, si lo hace en aquellas que invierten por alumno casi la mitad de lo que hacen otras, en ocasiones vecinas. Pocas lideran ese esfuerzo inversor y son, en consecuencia, las que obtienen mejores resultados y menores tasas de desempleo juvenil, por hacerlo en lo que realmente importa y en la formaci¨®n profesional.
La loter¨ªa que siempre ha supuesto nacer en uno u otro lugar de Espa?a, hoy tiene importantes efectos educativos y de bienestar futuro para las personas: en algunas comunidades es una ventaja, en otras es un h¨¢ndicap, agravio que no solo tiene una dimensi¨®n presupuestaria, sino que representa un importante desaf¨ªo pol¨ªtico que apela por igual a la justicia, la igualdad y la cohesi¨®n interna.
El problema fundamental sigue siendo lo que saben nuestros alumnos y lo que saben hacer con lo que saben. De nuevo la realidad es terca: no obstante algunos avances, somos un pa¨ªs l¨ªder en Europa en abandono escolar temprano y en el maldito fen¨®meno de los ¡°ninis¡±: j¨®venes con edades entre 15 y 29 a?os que ni estudian ni trabajan, categor¨ªa en la que destacamos con un 22,8% sobre el total de ese tramo de edad, lo que equivale a 1,6 millones de j¨®venes en esa situaci¨®n. Y seg¨²n nos dice la OCDE, la insuficiencia u obsolescencia de las competencias de nuestros conciudadanos mayores de 16 a?os en relaci¨®n con las necesidades del sistema productivo se encuentra entre los peores niveles de occidente.
Espa?a dedica a educaci¨®n el 4,3% del PIB, cuando la media de la OCDE es del 5,2%
Un an¨¢lisis con perspectiva nos lleva a conclusiones a¨²n m¨¢s preocupantes: nuestro alto nivel de desempleo, junto con la elevada tasa de abandono escolar temprano, han sido factores decisivos para que la brecha de la desigualdad existente en Espa?a entre ricos y pobres no haya dejado de crecer desde 2008. De acuerdo con un reciente informe del BBVA, tenemos un pa¨ªs con dos grandes grupos poblacionales: los insiders, es decir, los que tienen trabajos o pensiones indefinidas, y los outsiders, un numeroso y creciente colectivo de desempleados, con empleos precarios o temporales, que han pasado a ser parte de ese traum¨¢tico colectivo, o pueden dejar de ser parte de ¨¦l a trav¨¦s de la educaci¨®n.
El pr¨®ximo d¨ªa 6 de diciembre se har¨¢ p¨²blico el nuevo informe PISA que actualizar¨¢ la ingente informaci¨®n que aporta esa evaluaci¨®n externa. Seguro que de nuevo se despertar¨¢n fantasmas: por un lado, quienes sobrevaloran PISA con interpretaciones interesadas, sin olvidar que solo es, y no es poco, una evaluaci¨®n de tres competencias b¨¢sicas; y, por otro, los que, con gesto at¨¢vico, querr¨¢n romper un espejo que les devuelve una imagen negativa que les interpela y cuestiona. Se intentar¨¢ matar al mensajero o utilizarlo en provecho propio, lo que no deja de ser lo mismo, aunque supongo que PISA nos dir¨¢ lo que ya sabemos: que hemos hecho avances, como venimos haciendo desde comienzos de la Transici¨®n, que tenemos un sistema inclusivo con graves desequilibrios internos, y que nos cuesta alcanzar el nivel educativo que este pa¨ªs necesita y merece.
Finalmente quiero referirme a dos cuestiones importantes para la mejora de nuestra educaci¨®n. En primer lugar, la autonom¨ªa de los centros educativos, requisito que, junto con la evaluaci¨®n externa, como demuestran Hannusek y Woskmann de la Universidad de Harvard, son decisivos para el ¨¦xito de una escuela, como la espa?ola, a veces reacia a la evaluaci¨®n y con un frecuente intervencionismo por parte de sus titulares, p¨²blicos o privados.
El alto desempleo y la elevada tasa de abandono escolar temprano han aumentado la desigualdad
En segundo lugar, la importancia de la innovaci¨®n educativa, especialmente la did¨¢ctica y metodol¨®gica: un factor cualitativo y diferenciador de mejora que hoy caracteriza a las escuelas de manera distinta a la tradicional clasificaci¨®n en p¨²blicas o privadas: las que son inclusivas e innovadoras cuentan cada vez con mayor reputaci¨®n y las que no innovan pierden reconocimiento y relevancia.
Una estrategia de mejora de la educaci¨®n necesita un impulso pol¨ªtico amplio que ayude a movilizar un sistema que durante un tiempo sufri¨® una cierta par¨¢lisis como consecuencia de los efectos de la crisis, la injustificada confianza en opciones tan excluyentes como supuestamente providenciales y, en ocasiones, distra¨ªdo en cuestiones coyunturales o particulares que solo interesan a quienes las defienden.
Stiglitz dice que el aprendizaje nunca ha sido tan importante como ahora. Exigencia propia del momento que vivimos, que llega cuando la escuela est¨¢ perdiendo su funci¨®n hist¨®rica de ser transmisora de informaci¨®n y conocimientos, para tener que asumir el reto de dotar a sus alumnos de nuevas competencias necesarias para un futuro caracterizado por la incertidumbre.
En estos momentos un primer paso, como el dado en estos d¨ªas, es muy importante: sirve por igual a objetivos a corto y largo plazo y ayuda a superar inundaciones y disponer del agua potable que realmente importa: m¨¢s y mejor educaci¨®n para todos, sin demoras.
Mariano Jabonero es director de Educaci¨®n de la Fundaci¨®n Santillana.
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