El derecho y el rev¨¦s
SI LA VISTA no nos enga?a, la mesa sobre la que escribe Hemingway obstruye la puerta de un armario, quiz¨¢ para que los fantasmas salgan de su cabeza y no del ropero. En realidad, los fantasmas salen de todas partes, pero conviene que circulen en orden. Hay novelistas que no pueden trabajar en espacios demasiado angostos, o demasiado amplios, o con una puerta a sus espaldas. La calidad de un cuento de terror, seg¨²n Stephen King, depende de c¨®mo manejes la apertura de la puerta (siempre hay una). Ignoramos qu¨¦ rayos escribe Hemingway, pero lo que nos llama la atenci¨®n de la foto no es su imagen, ni la de la m¨¢quina de escribir, ni la de las cuartillas que se amontonan a la derecha. Lo que nos preocupa es lo que hay dentro del armario. Tambi¨¦n lo que no hay, pues podr¨ªa estar desocupado. ¡°Triste estoy como un caj¨®n vac¨ªo¡±, dec¨ªa Carlos Edmundo de Ory.
Si me preguntaran qu¨¦ hay o qui¨¦n se encuentra dentro de esa oquedad, dir¨ªa que el propio escritor. Eso es lo que sugiere al menos la imagen del espejo. Al otro lado de Hemingway est¨¢ Hemingway, mordi¨¦ndose la u?a del pulgar de la mano derecha que en el reflejo resulta ser la izquierda. En el lado de ac¨¢ escribe una novela del derecho, y en el de all¨¢, la misma novela, pero del rev¨¦s. Si tuviera que salvar una de las dos de un incendio, ?cu¨¢l elegir¨ªa? Es m¨¢s, si tuviera que salvarse a s¨ª mismo de un incendio, ?escoger¨ªa al Hemingway del interior del armario o al de afuera? ?Al claro o al oscuro? ?Al de la cara o la cruz? He ah¨ª una decisi¨®n que cada autor toma l¨ªnea a l¨ªnea y de la que esta imagen es una buena met¨¢fora.
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