As¨ª se gest¨® la primera terapia con c¨¦lulas madre del mundo
Dami¨¢n Garc¨ªa Olmo, l¨ªder del grupo que consigui¨® la aprobaci¨®n del primer tratamiento comercial de este tipo en el mundo, cuenta c¨®mo lo descubrieron y los retos de esta t¨¦cnica
Hace algo menos de 10 a?os, H¨¦ctor Guadalajara tom¨® una decisi¨®n que pudo cambiar el rumbo mundial de un tratamiento m¨¦dico revolucionario. El joven doctor estaba trabajando en el equipo de Dami¨¢n Garc¨ªa Olmo empleando c¨¦lulas madre para mejorar los resultados de cirug¨ªas a enfermos de Crohn y justo antes de inyectar estas c¨¦lulas en un paciente tuvo dudas. El aspecto de su ano, la regi¨®n que requer¨ªa la cirug¨ªa, le parec¨ªa sospechoso y pens¨® que deb¨ªa realizarle una biopsia en busca de un posible c¨¢ncer. Cuando le plante¨® su opini¨®n, Garc¨ªa Olmo, mayor y m¨¢s experimentado, despach¨® sus vacilaciones record¨¢ndole que la enfermedad de Crohn puede parecerse al c¨¢ncer, pero no lo es. Seg¨²n recuerda ¨¦l mismo, Guadalajara se puso pesado y realiz¨® la biopsia. ¡°Result¨® ser un adenocarcinoma¡±, cuenta. ¡°Si hubiera puesto las c¨¦lulas y en el seguimiento hubi¨¦ramos descrito un adenocarcinoma hubi¨¦ramos parado inmediatamente todos los ensayos cl¨ªnicos internacionales¡±, a?ade.
Guadalajara record¨® esta historia en el Congreso Nacional de la Asociaci¨®n Espa?ola de Cirujanos (AEC), celebrado recientemente en Madrid. Gracias a su tozudez, la investigaci¨®n esquiv¨® este problema y el a?o que viene se comenzar¨¢ a utilizar por primera vez de forma rutinaria un tratamiento con c¨¦lulas madre que no son del paciente. En este caso, para ayudar a la cicatrizaci¨®n de f¨ªstulas anales en enfermos de Crohn. El doctor Garc¨ªa Olmo, l¨ªder en este ¨¦xito, recordaba a Materia aquel momento cr¨ªtico que no fue el ¨²nico. ¡°En algunos casos tuvimos suerte, pero dicen que la fortuna ayuda a los audaces¡±, dice sonriendo.
Hace alrededor de 15 a?os, muchos pensaban que las c¨¦lulas estaban a punto de hacer realidad la medicina regenerativa. Una excitaci¨®n prematura y las prisas por la gloria produjeron una decepci¨®n inicial que adem¨¢s puso en peligro el trabajo de los que no quisieron tomar atajos. Ahora, d¨¦cada y media despu¨¦s, cuando ha pasado el tiempo habitual entre un descubrimiento fundamental y su aplicaci¨®n a la cl¨ªnica, la promesa de las c¨¦lulas madre comienza a cumplirse.
La detecci¨®n en el ¨²ltimo momento de un caso de c¨¢ncer permiti¨® que no se pararan los ensayos cl¨ªnicos en todo el mundo
¡°Es un cambio conceptual enorme. Hasta ahora, el ser humano ha curado con medicamentos inertes y ahora vamos a curar con medicamentos vivos. Es como si fuesen nanorrobots. Vamos a poner elementos vivos que sabemos lo que hacen y les vamos a llevar al sitio donde queremos que trabajen d¨¢ndoles instrucciones precisas para que hagan lo que queremos que hagan¡±, explica Garc¨ªa Olmo.
Aunque el tratamiento que han ayudado a desarrollar se ha aprobado para enfermedad de Crohn, su aplicaci¨®n puede ampliarse a muchos otros tipos de cirug¨ªa. ¡°Nuestro problema central en cirug¨ªa es la cicatrizaci¨®n. Tenemos capacidad para controlar el dolor, controlamos la infecci¨®n, la hemorragia, el rechazo, pero no somos capaces de controlar la cicatrizaci¨®n¡±, apunta el jefe del Departamento de Cirug¨ªa del Hospital Universitario Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz. Las c¨¦lulas madre le echan una mano al cuerpo cuando trata de recuperarse de las heridas de una intervenci¨®n quir¨²rgica. ¡°Esto va a funcionar para muchas cosas, pero hoy por hoy solo lo hemos demostrado en la f¨ªstula perianal de la enfermedad de Crohn. En lo dem¨¢s, lo hacemos por uso compasivo, tenemos nuevos ensayos cl¨ªnicos, investigaci¨®n, pero en el 2017 se podr¨¢ emplear, sin hacer experimentaci¨®n, como rutina cl¨ªnica, tratar las f¨ªstulas perianales¡±.
Por ahora, el tratamiento, que comercializar¨¢ la farmac¨¦utica Takeda, solo logra curar a la mitad de los pacientes, pero lo hace sin lesiones asociadas, un salto inmenso si se compara con las opciones actuales. ¡°Cuando un paciente es intervenido de Crohn de f¨ªstula perianal, a la segunda o tercera intervenci¨®n, pr¨¢cticamente todos quedan incontinentes¡±, indica Garc¨ªa-Olmo. ¡°Esto es un drama, para un chico joven con una enfermedad as¨ª, es algo dram¨¢tico. Por eso no se quieren operar y adem¨¢s hacen muy bien¡±, contin¨²a. La ventaja de utilizar c¨¦lulas es que no es necesario cortar nada y hay un 0% de incontinencia. ¡°As¨ª, si curo a la mitad con una inyecci¨®n, a la otra mitad la volver¨¦ a curar y con dos inyecciones llegamos al 75% y as¨ª sucesivamente¡±.
El camino de este cirujano comenz¨® en 2001 con una paciente que le quitaba el sue?o. ¡°Ten¨ªamos una paciente joven a la que hab¨ªamos operado cinco veces, con una f¨ªstula rectovaginal por enfermedad de Crohn. Ya no quedaba ninguna posibilidad salvo hacerle una colostom¨ªa, ponerle una bolsa, un ano contra natura, y ella quer¨ªa casarse, ten¨ªa novio, quer¨ªa tener hijos... Y en esa desesperaci¨®n, acud¨ª al laboratorio¡±, recuerda. All¨ª trabajaban con cultivos celulares y ¡°salt¨® la chispa¡±. Despu¨¦s de obtener todos los permisos necesarios para probar su idea, la operaron el 2 de mayo de 2002.
Entonces, cuenta, comenz¨® todo: ¡°Fue un proceso muy largo y se le pusieron c¨¦lulas. En aquel tiempo era un asunto muy debatido, porque entonces hab¨ªa mucha discusi¨®n ¨¦tica sobre el uso de las c¨¦lulas y tambi¨¦n se planteaba el problema de que pod¨ªan producir c¨¢ncer. Hubo que hacer muchos experimentos previos para comprobar que no y hubo que buscar una paciente en la que hubiera una buena relaci¨®n riesgo beneficio y que adem¨¢s la enferma entendiera muy bien el procedimiento. Cuando se dieron esas circunstancias, lo probamos. Y funcion¨®. Pod¨ªa haber sido del otro 50%, con lo cual hubi¨¦ramos terminado los experimentos, pero fue la paciente que se cur¨®. Tiene dos hijos ahora y vive feliz y eso nos anim¨® much¨ªsimo a seguir con este proceso¡±.
La cicatrizaci¨®n es el gran problema de la cirug¨ªa y las c¨¦lulas madre pueden ayudar a solucionarlo
Ahora, la tecnolog¨ªa tambi¨¦n se emplea en algunos pacientes extremos, como los que tienen isquemia de miembros inferiores, casos en los que la amputaci¨®n parece la ¨²nica salida y antes de hacerlo se prueba con las c¨¦lulas. Tambi¨¦n se est¨¢ utilizando para mejorar la incontinencia urinaria, en ¨²lceras corneales o, en general, en heridas que no curan.
En el mundo hay m¨¢s de 100 equipos que han utilizado c¨¦lulas de este tipo y no se han descrito transformaciones tumorales, as¨ª que quienes las aplican descartan que se vayan a producir. ¡°Despu¨¦s de 10 a?os de cl¨ªnica sabemos que no hay efectos indeseables. Pero f¨ªjate c¨®mo pod¨ªa haber cambiado la historia de la terapia celular en el mundo si H¨¦ctor no se hubiese puesto pesado conmigo¡±, rememora el m¨¦dico. Ahora, el problema de la aplicaci¨®n es la capacidad de producci¨®n, porque no se cuenta con sistemas lo bastante sofisticados para generar 1.200 millones de c¨¦lulas a un precio asequible.
Que el logro se alcanzase desde Espa?a fue fruto de un c¨²mulo de factores, seg¨²n recuerda el l¨ªder del proyecto. ¡°Tuvimos la idea donde tuvimos que tenerla, en el Hospital de La Paz. All¨ª cont¨¢bamos con muy buenos laboratorios, ¨¦ramos expertos cultivando c¨¦lulas, y ten¨ªamos animales para probarlas. Por eso, en muy poco tiempo fuimos capaces de desarrollar todo el procedimiento para la prueba de concepto, que sali¨® bien¡±.
A partir de entonces, gracias a sus contactos internacionales, pudieron liderar un equipo internacional con el que comenzar el desarrollo, y en 2004, tuvieron otro golpe de fortuna. ¡°Entonces, una spin off que hab¨ªa nacido del CSIC, Genetrix, se interes¨® por nuestra idea. Cristina Garmendia [exministra y bi¨®loga], que hab¨ªa fundado la empresa, vino a verme a La Paz, y dijo que nuestra idea les gustaba y quer¨ªan apoyarla¡±, recuerda Garc¨ªa Olmo. Y todav¨ªa faltaba un ¨²ltimo escollo, que para muchos hubiese resultado insalvable. ¡°Con rondas de financiaci¨®n espa?olas se consigue financiaci¨®n para un ensayo cl¨ªnico en fase II y fase III. El primer ensayo en fase III sali¨® mal y casi se hunden, pero llegaron a un acuerdo comercial con TiGenix y consiguieron dinero para hacer el gran ensayo cl¨ªnico en fase III que ha sido este. Convencerles de probar una segunda vez y que invirtiesen fue una tarea incre¨ªble¡±, concluye el cirujano.
Diez a?os despu¨¦s de las primeras pruebas con c¨¦lulas madre, tras un trabajo intenso y a veces tedioso y con cierta dosis de suerte, las promesas de la medicina regenerativa comienzan a hacerse realidad.
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