S¨ª, puedes meter tu abrigo en la lavadora, pero con el truco de las pelotas de tenis

En Espa?a, seg¨²n una encuesta de la OCU (Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios), se ponen una media de tres lavadoras a la semana. Con la llegada del invierno las coladas semanales se complican porque empiezan a aparecer prendas de lana o de tejidos que nos hacen dudar antes de lanzarlos al tambor de la lavadora, especialmente si tenemos en cuenta que, seg¨²n ese mismo estudio, un 37 % jam¨¢s lava sus prendas a mano. As¨ª que nos encontramos con chaquetas, abrigos, jers¨¦is e incluso mantas y n¨®rdicos que nos miran impert¨¦rritos mientras nos preguntamos c¨®mo lavarlos y cada cu¨¢nto tiempo. Aqu¨ª tienes todas las respuestas.

S¨ª, los abrigos no se limpian solos: hay que lavarlos

Recon¨®celo: hace cu¨¢nto no lavas ese abrigo que te pones en cuanto bajan las temperaturas. ?Dos a?os? ?Tres? ??Desde que te lo compraste, hace cinco a?os!? Aunque est¨¦s convencido de ello, no, los abrigos no se limpian solos. ¡°Un abrigo conviene limpiarlo una vez al a?o. Incluso aunque aparentemente no tenga machas visibles. Hay que quitar los olores y las manchas que tapa el color oscuro del tejido", apunta Juan Carlos Mas, presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de Tintorer¨ªas y Lavander¨ªas (FETYL)

Voy a lavarlo ahora, que empieza el fr¨ªo. ERROR

Y ahora viene lo bueno: hay que lavarlo al terminar la temporada de invierno, en marzo o abril. "Es un error dejar la limpieza para cuando empieza el fr¨ªo con la idea de utilizar el abrigo reci¨¦n limpio. Los olores y las manchas que pueda tener, cuanto m¨¢s tiempo pasen en un tejido, m¨¢s complicado ser¨¢ sacarlos despu¨¦s. Si dejamos un abrigo todo el verano sin lavar solo conseguiremos que el olor y la suciedad se extiendan, persistan y sea m¨¢s dif¨ªcil eliminarlos¡±, explica tajante Juan Carlos Mas. Pero ?c¨®mo se lava un abrigo?

"Es un error dejar la limpieza para cuando empieza el fr¨ªo. Los olores y las manchas que pueda tener, cuanto m¨¢s tiempo pasen en un tejido, m¨¢s complicado ser¨¢ sacarlos"

Abrigos de lana

?Puedo meter mi abrigo de lana en la lavadora, as¨ª, a lo bestia? La respuesta es s¨ª, pero no a lo bestia. Hay que tomar alguna precauci¨®n. Antes de meter el abrigo en la lavadora es aconsejable quitar las pelusas. C¨®mo. Enrolla en tu mano un poco de papel de celo o de papel adherente de embalar y presiona por todo el abrigo. ?A que ten¨ªa mucha porquer¨ªa?

Ya lo tenemos listo para meterlo en la lavadora. Lo primero que hay que tener en cuenta es que vamos a lavar una prenda delicada, as¨ª que hay que olvidarse las rutinas del lavado normal. Importante poner el programa adecuado. La mayor¨ªa de las lavadoras tienen un programa espec¨ªfico para la lana. En el detergente, igual procedimiento: comprar el adecuado para este material. La temperatura, m¨¢ximo 30 grados. No conviene utilizar suavizante, ya que puede deteriorar el abrigo.

Isabel Romo, directora de operaciones de las tintorer¨ªas 5¨¤Sec, nos da algunos consejos: ¡°No llenar la lavadora m¨¢s de la mitad. As¨ª se evita el roce y que se formen las temidas bolas de lana. Adem¨¢s, es importante saber que la lana conserva la forma al secarse por lo que debemos extender la prenda manteniendo su aspecto original y sin arrugas". ?Y despu¨¦s? ¡°Se debe guardar con una funda, a ser posible de tela (las venden entre 4 y 10 euros), y que nunca est¨¦ cerrada para evitar que coja humedad. Conviene que transpire, a menos que se guarde al vac¨ªo¡±, sostiene Juan Carlos Mas.

Con mis propias manos

Si se quiere una soluci¨®n m¨¢s profesional (y cara) que la lavadora, est¨¢n los centros especializados donde se lavan en seco. Otra alternativa (eso s¨ª, m¨¢s laboriosa) es lavarlo a mano, siempre en agua fr¨ªa o tibia y con un detergente recomendado para el tejido de la prenda. ?Otro m¨¦todo para lavarlo a mano? Toma nota. Colocar el abrigo extendido, por ejemplo sobre una mesa. Poner en un cazo agua caliente con un chorrito de amoniaco. Despu¨¦s, mojar una bayeta limpia en el agua caliente con amoniaco, escurrirla y pasarla por todo el abrigo. ?Y el olor al amoniaco? No hay que preocuparse, ya que desaparecer¨¢ cuando se seque.

Abrigos de plumas o n¨®rdicos: el truco de la pelota de tenis

Cuando nos enfrentamos a un plum¨ªfero (o un n¨®rdico) el proceso de lavado incorpora un elemento sorpresa: pelotas de tenis. Lo explica Jolie Kerr, la autora del blog Ask A Clean Person. "Se trata de introducir en la lavadora, junto al plum¨ªfero, un par de pelotas de tenis. Por qu¨¦. Las pelotas golpean el abrigo y hacen que se mueva e impiden que se hagan pliegues, arrugas y que se apelmace la prenda. Con este golpeo las plumas queden m¨¢s esponjosas". "Adem¨¢s, los centrifugados deben ser muy cortos para que las plumas no se queden duras¡±, asegura Romo.

Bien, ya se ha lavado y hemos conseguido que no se arrugue gracias a las pelotas de tenis. Ahora hay que secarlo. ¡°La pluma, si no queda bien seca, huele. Se puede secar al aire, pero es dif¨ªcil que vuelva a su volumen original¡±, explican los especialistas. ?Entonces? "Lo mejor es hacer uso de una secadora", concreta.

Y con las mantas, qu¨¦

Los inviernos no ser¨ªan lo mismo sin ese planazo tan de domingo de pel¨ªcula, sof¨¢ y manta. Pero ?c¨®mo las lavamos? Si son de lana, las tratar¨ªamos igual que los abrigos de este tejido. Si, como es m¨¢s habitual actualmente, son sint¨¦ticas, nos encontramos de nuevo ante las dos opciones; dejar a los profesionales, algo recomendable especialmente si son mantas de gran tama?o, o lavarlas en casa. Si escogemos esta ¨²ltima opci¨®n y lo hacemos en la lavadora es preferible hacerlo con agua tibia -como m¨¢ximo a 30?- y, sobre todo, hay que tener cuidado con el centrifugado: no debe ponerse a demasiadas revoluciones por minuto. Lo normal es 800 rpm; si la manta es peque?a y sint¨¦tica podr¨¢ ponerse a 600 u 800; pero si es grande tendr¨¢ que ser a menos, dependiendo del tama?o.

Como ¨²ltimo paso, lo mejor es dejar secar al aire. Una vez seca, lo ideal ser¨ªa guardarla envasada al vac¨ªo (venden unas bolsas especiales: 10 unidades, 20 euros), lo que reducir¨¢ considerablemente su espacio y asegurar¨¢ que el pr¨®ximo invierno est¨¦ perfecta justo el mismo d¨ªa en que, despu¨¦s de una feroz resistencia, nos demos cuenta de que el fr¨ªo ha llegado para quedarse.