Maylis de Kerangal: ¡°Francia vive un periodo sombr¨ªo¡±
UN TRANSPLANTE de coraz¨®n es una de las operaciones m¨¢s complejas que se pueden llevar a cabo no solo en un quir¨®fano, sino en una sociedad. Empieza con una tragedia y termina con el mayor regalo que se puede conceder a una persona: la muerte de un joven surfista de 19 a?os en un accidente de tr¨¢fico desemboca en la vida de una mujer de 51 a?os. En medio, todo debe funcionar de forma perfecta y r¨¢pida: m¨¦dicos, expertos en trasplantes, transportistas¡ Sobre este proceso, que describe con minuciosidad, construy¨® Maylis de Kerangal (Tol¨®n, 1967) Reparar a los vivos (Anagrama), la novela que le ha convertido en una de las escritoras m¨¢s famosas de Francia. Desde su publicaci¨®n en 2014, ha ganado siete premios literarios de primera fila y ha sido adaptada al teatro y al cine (esta ¨²ltima, dirigida por Katell Quill¨¦v¨¦r¨¦ y protagonizada por Tahar Rahim y Emmanuelle Seigner, lleg¨® a las pantallas francesas en noviembre).
Tras una s¨®lida carrera como editora y haber publicado varias novelas como Corniche Kennedy o Nacimiento de un puente, que alcanzaron el reconocimiento de la cr¨ªtica, Reparar a los vivos supuso un cambio ?radical en su vida como escritora. Y los atentados ?yihadistas del 13 de noviembre de 2015 en Par¨ªs, que afectaron al mismo barrio en el que vive con su familia (es madre de cuatro hijos), trastocaron su forma de ver el mundo y tambi¨¦n la novela en la que estaba trabajando, ?centrada en la reproducci¨®n de la cueva prehist¨®rica de Chauvet. Entre los dos acontecimientos, los atentados y un trasplante, existe una conexi¨®n muy fuerte: el azar y la tragedia, y tambi¨¦n el hecho de que ambos recorren el coraz¨®n de la sociedad, unen a personas de todo tipo.
De forma global, la atm¨®sfera de Par¨ªs ha sido muy sombr¨ªa y todav¨ªa no se ha recuperado. Todo el pa¨ªs ha quedado herido.
De Kerangal acaba de publicar en castellano Lampedusa (tambi¨¦n en Anagrama), un peque?o libro de no ficci¨®n que es a la vez un homenaje a El Gatopardo, la pel¨ªcula de Visconti y la novela del escritor Giu?seppe Tomasi di Lampedusa sobre los ¨²ltimos d¨ªas de la nobleza siciliana ¨C¡°Todo debe cambiar para que todo siga igual¡±¨C y una reflexi¨®n sobre lo que el nombre de Lampedusa significa ahora: una isla a la que llegan miles de inmigrantes que se juegan la vida en el Mediterr¨¢neo. La conversaci¨®n con la autora tuvo lugar en el Instituto Franc¨¦s de Madrid.
?En qu¨¦ medida cambi¨® Par¨ªs tras los atentados de noviem?bre? Fue traum¨¢tico, sobre todo en el distrito en el que tuvieron lugar los ataques. Ocurri¨® en nuestros espacios cotidianos, que comparten cada d¨ªa miles de personas. Se trata de barrios muy festivos, en los que vive mucha gente joven. De forma global, la atm¨®sfera de Par¨ªs ha sido muy sombr¨ªa y todav¨ªa no se ha recuperado. Todo el pa¨ªs ha quedado herido. Vivo muy cerca del lugar donde se produjo uno de los ataques. Nos afect¨® much¨ªsimo. Los altares espont¨¢neos, las fotos, los recuerdos, las flores siguieron all¨ª durante meses y la ciudad nunca recuper¨® su ligereza. El invierno de este a?o ha sido muy oscuro. No solo por los atentados, especialmente violentos y terribles, sino tambi¨¦n porque se produjeron tensiones pol¨ªticas muy fuertes. Adem¨¢s de la crisis econ¨®mica, brutal en Francia, hemos tenido que enfrentarnos con el miedo y la tentaci¨®n de encerrarse, junto a los populismos en alza. Un a?o despu¨¦s, las llagas est¨¢n todav¨ªa abiertas, no se han reparado y contin¨²a el estado de emergencia.
Parte de esa oscuridad est¨¢ presente en su ¨²ltimo libro, Lampedusa. No es una novela, es un texto muy particular porque lo escrib¨ª partiendo de un encargo sobre la noci¨®n de paisaje y escritura. Quise llevar a cabo un experimento en torno a un nombre propio y reflejar todo lo que sugiere. Pero tambi¨¦n fue un gesto pol¨ªtico: lo escuch¨¦ por primera vez como un nombre que evocaba la ficci¨®n y el cine por la novela escrita por Lampedusa, pero que ahora solo evoca los naufragios. Quise relatar la migraci¨®n de un nombre propio en la lengua; es un nombre que se ha vaciado de la ficci¨®n, solo queda lo real. Cuando escuchamos en la radio que se han producido otros 500 muertos, es una cifra enorme. Y es un libro que escrib¨ª antes de la gran crisis de la inmigraci¨®n. Fue publicado en franc¨¦s hace dos a?os. Cuando lo escrib¨ª, los naufragios llevaban 20 a?os provocando v¨ªctimas. Ahora vienen de otros lugares. Mi objetivo era escuchar todo lo que sugiere una palabra.
Sus dos ¨²ltimas novelas, Nacimiento de un puente y Reparar a los vivos, re¨²nen a personas totalmente diferentes en torno a una misma historia. Es lo mismo que ha ocurrido en los atentados de Par¨ªs, donde una tragedia de repente cruza las historias de personas muy diferentes. Sin duda. Ese tipo de atentados son terror¨ªficos porque pueden afectar a cualquiera en cualquier lugar a cualquier hora: es el destino el que te golpea. Vas a un concierto y mueren decenas de personas. Es como un corte longitudinal de la sociedad, gente que viene de lugares totalmente diferentes y lo que les une es ese acto atroz, es lo que acaban por tener en com¨²n, ser v¨ªctimas o testigos. Todos hemos sido testigos en cierta medida. En Par¨ªs, durante semanas, no habl¨¢bamos de otra cosa y es algo que nos un¨ªa. Esos atentados crearon una comunidad. Fue algo muy fuerte y muy ¨ªntimo.
?Transform¨® el enorme ¨¦xito que ha logrado su ¨²ltima novela su forma de escribir? Creo que no ha cambiado. La relaci¨®n que tengo con mi trabajo no cambia. Pero desde que la novela sali¨®, en enero de 2014, he escrito tres textos que no son de ficci¨®n, uno de ellos es Lampedusa. El segundo se llama Un chemin de tables y es un ensayo cercano al documental sobre la vida de un joven cocinero, y adem¨¢s una reflexi¨®n sobre lo que significa ser un chef un poco pobre en el pa¨ªs de la gastronom¨ªa. Tambi¨¦n quise narrar la salida de la juventud. Tienen algo de ficci¨®n, pero ambos est¨¢n basados en entrevistas. Son libros muy documentales. Y escrib¨ª un tercer texto sobre un reportaje en una mina en Laponia, al norte del c¨ªrculo polar. Ninguno de los tres son realmente ficciones. He hecho muchos viajes, mi obra ha sido adaptada al cine, a la televisi¨®n. Y durante todo este periodo no he podido abrir un espacio mental para comenzar una ficci¨®n.
Pero sus libros de ficci¨®n tienen tambi¨¦n mucho de realidad, de investigaci¨®n. Se basan en un trabajo intenso de investigaci¨®n y documentaci¨®n, pero est¨¢n filtrados por personajes, por situaciones totalmente inventadas. La ficci¨®n es otro planeta, otra realidad distinta. Mi pr¨®ximo libro quiero que sea diferente a los anteriores, porque tratar¨¢ de dos epopeyas colectivas. No quiero tener la impresi¨®n de que vuelvo a escribir la misma novela. Creo que evocar¨¦ lo ocurrido en Francia. Ha sido algo tan incre¨ªblemente fuerte que no veo c¨®mo no pod¨ªa estar presente. Escribir es poner una distancia con los hechos, pero tambi¨¦n enfrentarme a ellos.
No cambia mi forma de escribir, creo que ser¨¢ la misma, pero tengo ganas de escribir un libro acerc¨¢ndome m¨¢s a ciertos personajes e incluir ciertos elementos de la actualidad.
Una de las historias m¨¢s terribles de los atentados fue la del conductor portugu¨¦s que llev¨® a un grupo de turistas al estadio. Se qued¨® fuera esperando y all¨ª le mat¨® uno de los suicidas. Un c¨²mulo de casualidades tr¨¢gicas. ?Refleja lo ocurrido en Par¨ªs aquel viernes por la noche? Es la idea del fatum griego, del destino que te golpea. Cuando piensas en ello impresiona mucho: gente que lleg¨® tarde y muri¨® y otros que se escaparon por las mismas casualidades. No cambia mi forma de escribir, creo que ser¨¢ la misma, pero tengo ganas de escribir un libro acerc¨¢ndome m¨¢s a ciertos personajes e incluir ciertos elementos de la actualidad. En principio ser¨¢ un libro sobre la prehistoria, sobre la reproducci¨®n de la cueva de Chauvet y los facs¨ªmiles. Tengo ganas de volver a una ficci¨®n que invente un mundo paralelo en el que la gente vive historias.
Varios cr¨ªticos han se?alado que la literatura francesa vive ahora una explosi¨®n de creatividad, despu¨¦s de unos a?os en los que estuvo demasiado marcada por la Nueva Novela. ?Est¨¢ usted de acuerdo? La Nueva Novela represent¨® un periodo muy rico, pero de formalismo. La reflexi¨®n sobre la lengua ocup¨® todo el espacio. Desde mi punto de vista, exist¨ªa una especie de hiperpresencia de la forma y el fondo se empobreci¨® un poco. Ahora vivimos un periodo en el que hay autores que trabajan mucho el lenguaje, no se trata solo de contar una historia; para m¨ª la literatura es sobre un todo una experiencia del lenguaje, tiene que tener una experiencia musical, po¨¦tica. Ahora mismo existen escritores muy buenos en la forma, pero en sus libros ocurren tambi¨¦n muchas cosas. De Patrick Modiano lees tres frases y sabes que es ¨¦l, lo que prueba la dimensi¨®n de su escritura. Pero tambi¨¦n trabaja siempre sobre los mismos temas: Par¨ªs, la ciudad, la ocupaci¨®n, la desaparici¨®n. Tiene algo de novela negra melanc¨®lica y nos describe lo que ha sido Francia.
Usted tambi¨¦n hace una apuesta fuerte por el estilo, sobre todo a trav¨¦s de la puntuaci¨®n, que es muy peculiar¡ ?Le cuesta muchas peleas con sus correctores? Pienso que la puntuaci¨®n representa la parte m¨¢s ¨ªntima del autor en el texto. Es all¨ª donde respira, donde acelera¡ Y es verdad que cambio las reglas. No debe haber varios dos puntos seguidos y yo lo hago muchas veces, porque es una forma de profundizar en la frase en vez de poner un punto. Para m¨ª la acci¨®n es muy importante: concibo la frase como un momento de la acci¨®n, y si esta se prolonga, la frase tambi¨¦n. Lo mismo ocurre con el deseo, porque tampoco se puede detener. Lo que no tiene sentido es hacer frases muy largas cuando no se corresponden con nada.
?Y c¨®mo trabaja el vocabulario t¨¦cnico tanto en el libro sobre la operaci¨®n de coraz¨®n como en el de la cocina? Lo que me interesa es sobre todo la investigaci¨®n. Es un vocabulario que la literatura ha ignorado mucho, son zonas de la lengua que no se consideran literarias, portadoras de emoci¨®n y de belleza. Las palabras t¨¦cnicas, porque est¨¢n menos vistas, menos presentes en las novelas, las encontramos raras, pero contienen una ambici¨®n po¨¦tica, creadora. Y ofrecen otro aspecto importante: la precisi¨®n.
?Usted persigue esa precisi¨®n? Soy muy dura con las novelas que se parapetan detr¨¢s de la ficci¨®n para moverse en una especie de flujo art¨ªstico, como si escribir te eximiera de ser preciso. La novela es un lugar en el que parece que tienes bula para hacer lo que quieras. Pero eso no te puede hacer olvidar la precisi¨®n. Muchas veces me choca su ausencia. Si es un texto preciso, es mucho m¨¢s fuerte. La precisi¨®n tiene que ver con la ¨¦tica y muchas veces la potencia de la narraci¨®n est¨¢ en su precisi¨®n. Para m¨ª, cuanto m¨¢s preciso sea el texto, m¨¢s se liberan las im¨¢genes, m¨¢s rico eres en las visiones. La precisi¨®n libera la imaginaci¨®n, no es algo que te pegue a la realidad, sino que desata la ficci¨®n. Las novelas tienen que captar la vida, la pregunta que nos plantea una novela es siempre la cuesti¨®n de la vida. Lo que me gusta en la ficci¨®n, cuando es realista, es que te proporciona un acceso profundo al mundo. Conoces el mundo por los libros, la ficci¨®n te da acceso a otras realidades, a otras ¨¦pocas, a otros mundos. Vivo en una gran capital europea, tengo una familia y las novelas me permiten entrar en otras realidades. Es algo muy fuerte. Por eso me gusta el realismo.
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