No tenga piedad con su hijo cuando juegue al parch¨ªs
Dejarles ganar parece el camino m¨¢s f¨¢cil para hacerles felices, pero a largo plazo puede ser un error. As¨ª les afecta psicol¨®gicamente una falsa victoria
Es seguramente una de las frases m¨¢s lapidarias de nuestra infancia: ¡°Hay que saber perder¡±. Cuando somos adultos ya lo sabemos e intentamos asumirlo con mayor o menor elegancia, pero c¨®mo nos escoc¨ªa cuando, siendo ni?os, comenzamos a escucharla de un d¨ªa para otro, tras estar acostumbrados a saborear siempre las mieles de la victoria. La man¨ªa de muchos padres, t¨ªos y abuelos de dejar ganar al ni?o resulta no ser una buena idea y puede pasar factura despu¨¦s, seg¨²n explican los expertos.
Muchas veces, cuando jugamos contra un ni?o nos da no s¨¦ qu¨¦ que pierdan y fingimos una derrota. Esto, que quiz¨¢ se utiliza para levantarle el ¨¢nimo o para evitar rabietas o partidas interminables, puede resultar perjudicial, ya que arrebata al ni?o la posibilidad de desarrollar estrategias psicol¨®gicas y de comportamiento que son necesarias para competir de forma real y minimizar el disgusto de haber perdido.
?Por qu¨¦ nos empe?amos los padres en edulcorar la realidad? ?Tan grave es perder que evitamos que los m¨¢s peque?os se enfrenten a esa experiencia? ¡°Muchas veces los adultos pierden de vista cu¨¢l es la intenci¨®n de las decisiones que se toman a la hora de educar a un ni?o. Estamos viviendo la ¨¦poca de facilit¨¦mosles todo sin pensar en las consecuencias¡±, explica Nano L¨®pez Romero, coach especializado en preadolescentes, adolescentes y padres.
Con los m¨¢s peque?os
Pero ante la pregunta de si deber¨ªamos o no dejar ganar a un ni?o, Joe Taravella, supervisor de la unidad de psicolog¨ªa pedi¨¢trica del centro m¨¦dico y de investigaci¨®n NYU Langone (EE UU), no responder¨ªa con una negativa tajante: ¡°A veces. Todo depende de la edad del ni?o". En edades muy tempranas, seg¨²n explica este investigador, la victoria y la derrota son conceptos irrelevantes para ¨¦l, ya que no ve competidores en sus compa?eros. El juego en estas etapas consiste en ¡°participar por turnos y compartir¡±, explica el doctor, quien asegura que, antes de competir, hay que aprender a jugar ¡°siguiendo las reglas¡±. Respecto a dejarle ganar, lo mejor ser¨¢ hacerlo de una forma legal y estructurada, como pueda ser d¨¢ndole alg¨²n tipo de ventaja para ¡°ajustar un poco las cosas¡± en t¨¦rminos de edad y tama?o: si hacemos una carrera, por ejemplo, le dejaremos salir unos metros antes. Eso s¨ª, que el ni?o sepa que le damos ventaja y por qu¨¦ lo hacemos.
Otro truco para mantener la motivaci¨®n en el ni?o y no hundirlo en lo que pretende ser una actividad divertida podr¨ªa ser emplearse en juegos que tengan m¨¢s que ver con el azar y menos con la habilidad, aconseja Tarvella. Lo m¨¢s importante ser¨¢ manejar la empat¨ªa en los casos en los que el ni?o pierda para ayudarle a resolver la situaci¨®n. Para lograrlo, el doctor aconseja poner sus emociones en palabras, pero ¡°sin emitir juicios ni resultar condescendiente¡±. De este modo conseguiremos generar una conversaci¨®n con ¨¦l en lugar de una crisis emocional. Por su parte, L¨®pez Romero considera la empat¨ªa en este contexto ¡°una buena herramienta para sostener la emoci¨®n por haber perdido¡±. A nadie nos gusta ver sufrir a un ni?o, pero la compasi¨®n puede tener algunas connotaciones negativas, como que el ni?o no piense que le tomamos en serio, por lo que aconseja simplemente empatizar. ¡°Mediante una recepci¨®n emp¨¢tica podemos prestar atenci¨®n a lo que ellos observan y necesitan. Esto les puede ayudar a sacar de s¨ª mismos lo que sienten en un espacio seguro y de reflexi¨®n, ideal para crear nuevas acciones y poder hacer cosas nuevas¡±, asegura el coach.
A partir de los cuatro a?os
Cuando crecen un poco, la cosa cambia y los padres deben emplearse a fondo en lo de ense?arles a saber perder, sin trucos ni enga?os. Una reciente investigaci¨®n de la Universidad de Massachussets (EE UU) evidencia que los ni?os a los que se les lleva a una victoria no merecida, distorsionan la percepci¨®n que tiene sobre sus propias habilidades. Seg¨²n explica la autora del estudio, ¡°si los ni?os experimentan mucho ¨¦xito en una tarea - mam¨¢ o pap¨¢ siempre permiti¨¦ndoles ganar en un juego, por ejemplo - pueden llegar a ser menos conscientes de la informaci¨®n importante que podr¨ªan utilizar para aprender sobre el mundo, porque lo ven como menos relevante para su futuro ¨¦xito".
Aunque nos d¨¦ mucha pena que los ni?os pierdan, dejarles ganar gratuitamente a partir de los 4 o 5 a?os no les hace ning¨²n favor, seg¨²n asegura Mattew Biel, doctor de la unidad de psiquiatr¨ªa pedi¨¢trica del Centro m¨¦dico de la Universidad de Georgetow. Este investigador explicaba en The Wall Street Journal que ¡°perder les ayuda a aprender la importancia de recobrarse despu¨¦s de la derrota¡±. Instruirles en las habilidades para aceptar haber perdido es tan importante como inculcarles el respeto por las normas. Ser naturales, felicitarles si ganan y no mostrar decepci¨®n cuando pierdan ser¨¢ lo mejor para evitarles rabietas y numeritos frente a sus rivales. Al fin y al cabo, es s¨®lo un juego, y debemos centrarnos en la parte divertida y positiva. Sobre todo, porque no queremos que nuestro hijo se convierta ¡°ese ni?o del que todos nos acordamos, que cuando perd¨ªa, lanzaba el bal¨®n al bosque¡±.
En esta misma l¨ªnea, L¨®pez Romero nos recuerda las palabras de Einstein en relaci¨®n al papel de los errores en el aprendizaje. El genio afirmaba que ¡°la persona que nunca se equivoca nunca prueba algo nuevo¡±. Aunque el coach no ve problema (e incluso le parece positivo) dejarles ganar de vez en cuando, matiza que ¡°ser¨ªa interesante que lo hici¨¦ramos despu¨¦s de haberles ganado, para as¨ª analizar qu¨¦ es lo que lleva al ¨¦xito o a la derrota". De este modo mantendr¨ªamos a salvo su motivaci¨®n.
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