El Greco era estr¨¢bico y sufri¨® varios ictus, seg¨²n un estudio
Uno de los mayores especialistas en el pintor pide revisar la autor¨ªa de sus ¨²ltimas obras
El pintor Dom¨¦nikos Theotok¨®poulos, m¨¢s conocido como El Greco, sufri¨® en los ¨²ltimos a?os de su vida varios ataques cerebrales que dejaron huellas en su rostro y en sus capacidades f¨ªsicas, seg¨²n un nuevo estudio que ha analizado documentos hist¨®ricos y su ¨²ltimo autorretrato. El trabajo, firmado por Fernando Mar¨ªas, catedr¨¢tico de Historia del Arte de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, podr¨ªa obligar a revisar la autor¨ªa de los ¨²ltimos cuadros atribuidos al pintor espa?ol de origen griego. Hay millones de euros en juego, si se confirman sus conclusiones.
El nuevo estudio examina el ¨®leo Retrato de un viejo, expuesto en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y considerado un autorretrato del pintor. El cuadro, realizado entre 1595 y 1600, muestra a un hombre con un ojo m¨¢s hundido que el otro, con estrabismo, con un probable ojo vago y con el lado izquierdo de la cara m¨¢s descolgado, seg¨²n los autores del an¨¢lisis. Los investigadores tambi¨¦n apuntan que el m¨²sculo izquierdo de la masticaci¨®n est¨¢ atrofiado y el lado izquierdo de la frente est¨¢ menos arrugado. El Greco, nacido en Creta en 1541 y fallecido en Toledo en 1614, rozaba por entonces los 60 a?os.
Los investigadores conjeturan que el pintor sufri¨® un infarto cerebral alrededor de 1600 y otro ictus en 1608
Para los autores, estos indicios son compatibles con un ictus previo. ¡°Conjeturamos que, a finales del siglo XVI, El Greco sufri¨® un infarto cerebral del que pudo recuperarse satisfactoriamente y volver al retrato con una evidente negligencia [hemiplejia] del lado izquierdo de la cara¡±, escriben los investigadores en su art¨ªculo, publicado en la revista especializada Journal of the Neurological Sciences. El equipo de Mar¨ªas incluye a la antrop¨®loga Raffaella Bianucci, de la Universidad de Tur¨ªn (Italia), y al neurocient¨ªfico Otto Appenzeller, de la Universidad de Nuevo M¨¦xico (EE UU).
¡°En torno a 1600, El Greco sufri¨® un ictus. Y, alrededor de 1608, otro. Eso es lo que deducimos a partir del an¨¢lisis del autorretrato y de los documentos¡±, explica Mar¨ªas, uno de los mayores expertos mundiales en la obra del artista. El profesor es autor de varios libros sobre la vida del virtuoso toledano, como El Greco, biograf¨ªa de un pintor extravagante y El Greco en Toledo. Mar¨ªas aclara que estos presuntos problemas neurol¨®gicos y oculares no tienen nada que ver con la llamada ¡°falacia de El Greco¡±: la teor¨ªa descartada hace d¨¦cadas de que el singular estilo del artista se deb¨ªa a un supuesto astigmatismo.
El catedr¨¢tico cita los trabajos previos de Juan Carlos Galende, un historiador de la Universidad Complutense de Madrid que ha inspeccionado los escritos de El Greco. El examen de Galende incluye una petici¨®n del pintor, fechada el 16 de enero de 1608, en la que solicitaba 400 escudos al corregidor de Toledo para la ejecuci¨®n del retablo de la capilla de Isabel de Oballe. ¡°Respecto a la firma, en nada se parece a otras estampadas por el griego, con una r¨²brica muy peculiar, en forma aspada¡±, alert¨® el investigador, en la revista Archivo Secreto, del Ayuntamiento de Toledo. La firma, ¡°presumiblemente¡±, fue falsificada.
¡°A partir de 1608, El Greco deja de firmar y su hijo le falsifica la firma¡±, explica Mar¨ªas. Su estudio afirma que aquel a?o el pintor sufr¨ªa agrafia, la p¨¦rdida de la destreza en la escritura a causa de un da?o cerebral, del que se recuperar¨ªa parcialmente dos a?os m¨¢s tarde. La agrafia, sostienen los investigadores, se asocia a lesiones en el lado izquierdo del cerebro. El ictus de 1600, asociado a una hemiplejia izquierda, habr¨ªa sido provocado en cambio por una lesi¨®n en el lado contrario: en el l¨®bulo parietal derecho del cerebro.
¡°Ahora hay que preguntarse hasta qu¨¦ punto los ¨²ltimos cuadros atribuidos a El Greco, los de su ¨²ltima d¨¦cada, son suyos o fueron m¨¢s bien ejecutados por su taller, dirigido por su hijo, Jorge Manuel¡±, reflexiona Mar¨ªas. Una de esas obras puestas en entredicho ser¨ªa precisamente el retablo de la capilla de Isabel de Oballe, hoy repartido por el monasterio de El Escorial, la mansi¨®n Dumbarton Oaks (Washington, EE UU) y el Museo de Santa Cruz, en Toledo, que custodia una de las partes m¨¢s c¨¦lebres: La Inmaculada. ¡°Este estudio no va a gustar al mercado del arte ni a la historiograf¨ªa que es indulgente con las atribuciones¡±, opina el catedr¨¢tico.
El oftalm¨®logo Enrique Santos Bueso, del Hospital Cl¨ªnico San Carlos, en Madrid, es esc¨¦ptico con las conclusiones del nuevo estudio de Mar¨ªas y sus colegas. Santos Bueso present¨® el a?o pasado el libro Oftalmolog¨ªa en el Museo del Prado, sobre las enfermedades oculares identificables en los cuadros de la pinacoteca madrile?a. Por tel¨¦fono, en el descanso entre dos operaciones de cataratas, el especialista afirma que el autorretrato de El Greco ¡°no presenta signos ni de estrabismo ni de ictus¡±.
"El diagn¨®stico que realizan en el art¨ªculo es un diagn¨®stico de presunci¨®n, sin base cient¨ªfica. Se deber¨ªa conocer la historia cl¨ªnica del paciente, algo que evidentemente no es posible", a?ade el oftalm¨®logo. En su opini¨®n, lo que se aprecia "objetivamente" en El Greco es un s¨ªndrome del sulcus: un hundimiento de la zona del p¨¢rpado superior debajo de la ceja, debido a la atrofia de grasa orbitaria, un hecho frecuente con esa edad.
Para Santos Bueso, el rostro de El Greco ¡°tiene una asimetr¨ªa facial que puede tener cualquier persona¡± y su aparente estrabismo se debe al "leve giro de la cabeza hacia la izquierda". A su juicio, el nuevo estudio se reduce a ¡°elucubraciones¡±. De qui¨¦n tenga raz¨®n depender¨¢ la autor¨ªa del retablo de la capilla de Isabel de Oballe, hoy una pieza de El Greco considerada ¡°la obra maestra de sus ¨²ltimos a?os¡±, seg¨²n Miguel Zugaza, director del Museo del Prado.
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