El t¨®xico, el tard¨®n, el despistado y dem¨¢s fauna viajera
Viajar en grupo es como comprar un mel¨®n. Nunca sabes lo que hay dentro hasta que lo abres. Aunque al final en todos los grupos se repiten determinados perfiles. Desde el despistado al pedante
Si algo que he descubierto acompa?ando grupos de viajeros en estos ¨²ltimos a?os es que la inmensa mayor¨ªa est¨¢n formados por buena gente, de la que he aprendido mucho y con la que he compartido ratos memorables. Por eso sigo haci¨¦ndolo. Pero tambi¨¦n, tras varios a?os, terminas por hacer callo y aprendiendo que siempre, siempre, hay tipolog¨ªas de viajeros que se repiten con pasmosa coincidencia en todos los grupos. Si hab¨¦is viajado en compa?¨ªa, os sonar¨¢ alguno de estos perfiles.
El/la transparente: de tan callado y t¨ªmido pasa desapercibido. Puedes estar con ¨¦l/ella una semana y no darte cuenta de que existe. Lo mejor: no dan problemas.
El/la despite: entra?able personaje que vive en su mundo. Puedes avisar cien veces que el desayuno es a las 8 y que salimos con las maletas que da igual: al final preguntar¨¢, ?a qu¨¦ hora es el desayuno? Y llegar¨¢ a las nueve¡ y sin maletas.
El/la buenrollito: tipo de viajero/a muy apreciado. Gente enrollada y positiva que disfruta con todo y que ante las adversidades, pone buena cara. Entiende que en un viaje siempre surgen imprevistos y que eso forma parte de la experiencia. Suelen ser el n¨²cleo mayoritario en todos los grupos¡ ?por fortuna!
El/la tardona: t¨ªpica persona de la que hay como poco una en todo grupo y que siempre llega tarde. Hagas lo que hagas, le digas lo que le digas, siempre aparece la ¨²ltima y hace esperar a los dem¨¢s. Lo bueno: si falta uno, ya sabes qui¨¦n es.
El/la l¨ªder: se sabe todos los chistes de Lepe y de Chiquito, le das una guitarra y monta un concierto, tiene carisma y rebosa personalidad. Aglutina en torno a s¨ª a los ¡°buenrollito¡± y dinamiza el grupo. Escasean as¨ª que¡?reza porque te toque uno en el grupo!
La parejita: llegan por separado, como viajeros individuales o acompa?ados por alg¨²n amigo/a. Notas como poco a poco empiezan a ponerse cerca en las comidas, cambian de sitio en el autob¨²s. Pasan los d¨ªas y el sentido de la relaci¨®n cambia: ellos van siempre juntos y el que lleg¨® como amigo/a acompa?ante se transforma en carabina. Hasta que casi al final, los ves cogidos de la mano y, ?zas!, lo confirmas: ¡°?Estos han ligado!¡± Y te pides ser padrino de la boda si la cosa cuaja.
El/la independiente: curioso personaje que se apunta a un viaje en grupo pero que en realidad lo que quiere demostrar es que es un viajero muy independiente y no necesita grupos ni gu¨ªas (?por qu¨¦ se ha apuntado entonces?, te preguntas t¨²). No se siente c¨®modo con el programa, fuerza situaciones y en general, toca mucho las narices.
El/la gangas: comprador/a compulsivo que se pasa el viaje de shopping. Adem¨¢s, tiene la rara habilidad de comprarlo todo mejor y m¨¢s barato que t¨². Da igual lo que hayas regateado, ¨¦l/ella lo consigui¨® a mejor precio. In¨²til ense?arle tus adquisiciones: te entrar¨¢n ganas de devolverlo todo.
El/la pedante: da igual de lo que hables o la an¨¦cdota que cuentes. ?l/ella sabe m¨¢s y tiene una an¨¦cdota mejor. Versa sobre todo, no deja hablar a nadie y da doctrina sin importar la tem¨¢tica, ya sea de filosof¨ªa hind¨² o de entomolog¨ªa de la Micronesia.
El/la t¨®xico: el m¨¢s nocivo de todos los espec¨ªmenes. Y siempre, como poco, aparece uno en cada grupo. La persona t¨®xica viaja para confirmar sus prejuicios. En vez de dejarse la bilis en casa para disfrutar de unas vacaciones, carga raci¨®n doble en la maleta. Cada ma?ana repasa el programa para ver qu¨¦ puntos y comas encuentra que no se hayan cumplido a rajatabla. Se queja de todo y en todo ve un problema o un intento de timarle. Al t¨®xico se le detecta desde el principio, desde que gestiona la compra del viaje, porque es tiquismiquis desde el minuto uno. Puede ser cualquiera, los hay en todos los estratos econ¨®micos y sociales: puede ser catedr¨¢tico o dentista, ama de casa o funcionario, viajar solo o en pareja, hombre o mujer. Les unifica que pese a ser tocanarices, no tienen un pelo de tontos. Ante el gu¨ªa o los responsables de grupo el t¨®xico pone buena cara, pero mantiene una labor de zapa a sus espaldas desde que amanece hasta que se acuesta. Hace corrillos, va critic¨¢ndolo todo por los rincones y procura ir ganando adeptos para su causa. Si se sienta en una mesa, antes del segundo plato le ha puesto la cabeza como un bombo al resto de comensales sobre la cantidad de cosas mal hechas que ha detectado. Solo cuando cree que por fin tiene pandilla suficiente te monta la rebeli¨®n al grito de ¡°la gente piensa que¡ ¡± (aunque en realidad sea ¨¦l/ella y cuatro m¨¢s) y se carga la convivencia y de paso, el viaje.
En los aeropuertos deber¨ªa de haber un segundo detector, pero en vez de metales de viajeros t¨®xicos. Y no dejarles subir al avi¨®n.
La salud mental del resto del grupo lo agradecer¨ªa.
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