17.000 psiquiatras para 100 millones de enfermos mentales en China
La salvaje modernizaci¨®n en China no trae solo riqueza. Las patolog¨ªas psiquiatricas aumentan
El sol asoma por las monta?as a unas dos horas en coche al norte de Beijing. Apenas hay contaminaci¨®n y la claridad contrasta con la visi¨®n gris de la capital. Conducir por las peque?as calles del pueblo de Yongning traslada de golpe a la China rural, donde se encuentra una casa poco com¨²n llamada Villa Rosa. Villa Rosa es el nombre del primer centro de psiquiatr¨ªa comunitaria abierto en China, en el distrito de Yanqing y puesto en funcionamiento en 2009.
La entrada para nada hace intuir el infierno de a?os de encierro en instituciones mentales por el que muchos de sus pacientes han pasado. A d¨ªa de hoy conviven 16, pero ha dado servicio a 150 personas m¨¢s desde su apertura. El 40% de ellos ha encontrado un trabajo y ha podido reintegrarse en la sociedad, seg¨²n la organizaci¨®n italiana Asociaci¨®n de Amigos de Raoul Follereau (AIFO) .
La responsable del centro y directora de la organizaci¨®n china Ayuda y Servicio, Bei Wei, habla un italiano fluido, fruto de su paso por Italia durante varios a?os. Ella vive por y para los enfermos. ¡°Nos centramos en el cuidado de los enfermos basado en el respeto mutuo. Evidentemente tienen sus obligaciones, pero tambi¨¦n sus derechos. Saben cu¨¢les son las reglas¡±.
2013 fue el a?o en el que las autoridades tomaron cartas en el asunto. La puesta en marcha de la Ley Nacional de Salud Mental (NMHL en sus siglas en ingl¨¦s) es una suerte de r¨¦plica de las pol¨ªticas en materia de salud mental de los pa¨ªses occidentales. La terapia de Villa Rosa se inspira en la prestigiosa escuela italiana de psiquiatr¨ªa comunitaria, cuyo mayor hito es la conocida como Ley Basaglia de 1978 que reconoci¨® los derechos de las personas con trastornos mentales y supuso el cierre de todos los hospitales psiqui¨¢tricos del pa¨ªs. Se bas¨® en la premisa de ¡°humanizar a los enfermos y no embrutecerlos¡± (Franco Basaglia).
Sin embargo, la sociedad no va a la misma velocidad y es todav¨ªa un estigma que cuesta explicar.
En 2013 las autoridades pusieron en marcha la Ley Nacional de Salud Mental, una suerte de r¨¦plica de las pol¨ªticas de los pa¨ªses occidentales
"Hemos tenido que cambiar seis veces de localizaci¨®n, algunos vecinos tienen miedo de que haya enfermos mentales cerca, aunque jam¨¢s haya sucedido el m¨¢s m¨ªnimo percance" cuenta Bei Wei con cierta tristeza. Adem¨¢s, los enfermos siguen mal vistos en la familia, uno de los pilares fundamentales en China. ¡°La familia es una instituci¨®n central en China y muchas veces no se sabe gestionar este problema. Por una lado quieren lo mejor para ese pariente pero por otro se averg¨¹enzan y piensan que traer¨¢ deshonra a toda la familia, a?ade Bei Wei. "Cada vez que el paciente ha ido unos d¨ªas con la familia, los resultados son extraordinarios¡±.
Sin embargo, la psiquiatr¨ªa comunitaria sigue siendo un privilegio reservado a la clase urbana acomodada que puede sufragar los aproximadamente 300 euros mensuales que cuesta residir en ellos, una fortuna para la mayor¨ªa de los chinos.
Jiang Zai Yue, diagnosticado con esquizofrenia causada por su precoz alcoholismo, lo relata con cierto pesar y los ojos h¨²medos ¡°S¨¦ que he causado muchos problemas a mi familia y entiendo que no quieran saber de m¨ª, pero espero alg¨²n d¨ªa poder merecer su cari?o otra vez, es lo que m¨¢s triste me pone. Ahora estoy bien. Nunca pens¨¦ que saldr¨ªa con vida del hospital, y ahora vivo feliz en Villa Rosa. Nada es imposible¡±.
Las ONG italianas Asociaci¨®n de Amigos de Raoul Follereau (AIFO) y Solidaridad y Servicio prestan el apoyo necesario para que el proyecto siga adelante y replicar el modelo en otras provincias. ¡°Estamos todav¨ªa en fase de pruebas, hay que convencer casi a diario [al gobierno] que es la ¨²nica posibilidad para reinsertarlos en la sociedad¡± dice Alessandro Lorato, director del proyecto en China.
El 40% de los pacientes ha encontrado un trabajo y ha podido reintegrarse en la sociedad
Villa Rosa ejemplifica el cambio que la nueva Ley de Salud Mental aprobada en mayo de 2013 puede representar para la psiquiatr¨ªa en China. La nueva regulaci¨®n termin¨® con la reclusi¨®n no voluntaria del paciente, que permit¨ªa a la familia decidir por ¨¦l sin ofrecer garant¨ªas frente a cualquier tipo de abuso. Desde 2013, el interesado tiene derecho a ser o¨ªdo y el internamiento se reserva para casos de extrema gravedad, teniendo que contar con el diagn¨®stico de al menos dos psiquiatras de centros diferentes.
Sin embargo, en la realidad social no todo es tan perfecto como parece. El n¨²mero de personas que padecen enfermedades mentales se calcula en aproximadamente 100 millones, pero China tan solo cuenta con 17.000 psiquiatras seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) en un pa¨ªs de m¨¢s de 1.300 millones de habitantes, lo que representa un ratio diez veces inferior al habitual en los pa¨ªses desarrollados. Sin un cambio en la percepci¨®n social de la salud mental que permita aumentar significativamente el n¨²mero de psiquiatras, dif¨ªcilmente podr¨¢ implantarse el nuevo modelo.
El drama se ve en el rostro de los pacientes al hablar con ellos. 17 a?os pas¨® encerrada Wang Ying, de 62 a?os, en varios hospitales antes de llegar al centro. "Aqu¨ª me siento una persona, en el hospital durante a?os dej¨¦ de serlo ¡ªcuenta con la mirada perdida¡ª me pegaban, me ataban a la cama, y yo no entend¨ªa porqu¨¦¡±.
Al caer la tarde, los pacientes de Vila Rosa se re¨²nen en una sala de karaoke para cantar canciones populares. Su comportamiento es el de cualquiera que se toma en serio el karaoke y se emociona con un micr¨®fono. ¡°Las actividades en grupo son la terapia perfecta para crear un ambiente de confianza. ¡°Aqu¨ª se apoyan los unos a los otros, no hay competitividad. Ves mucha m¨¢s generosidad que en el mundo en que vivimos¡±, dice Zhang Yong Fang, voluntaria del centro.
Cantan y r¨ªen bajo la mirada de Bei Wei que no tiene dudas al respecto: "Ojal¨¢ un d¨ªa Villa Rosa deje de ser una excepci¨®n y los enfermos mentales encuentren su lugar en la sociedad china".
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