La familia no es lo m¨¢s importante
EL 30 de noviembre, el Giornale di Sicilia public¨® una esquela de Francesco Messina Denaro, capo mafioso fallecido en 1998. Era de esperar, sucede en cada aniversario. Lo firman ¡°tus seres queridos¡± y se supone que la paga su hijo, Matteo Messina Denaro, 54 a?os, n¨²mero uno de Cosa Nostra. Lleva en b¨²squeda y captura desde 1993, y sus primeros a?os de fuga los pas¨® con su padre, hasta que este falleci¨® de muerte natural. Un privilegio en la Mafia, oficio con alta siniestralidad laboral. Su hijo le puso elegante y le dej¨® abandonado en el campo, cerca de su pueblo, Castelvetrano, para el funeral. Desde entonces no se olvida nunca de poner la esquela, est¨¦ donde est¨¦, que no se sabe d¨®nde es. Al principio eran vistosas, hasta con citas del Eclesiast¨¦s: ¡°Es tiempo de nacer y es tiempo de morir, pero solo vuela aquel que quiere y tu vuelo ha sido por siempre sublime¡±. ?ltimamente son parcas, y este a?o hab¨ªa cierta expectaci¨®n a ver si se publicaba, porque se dice que tambi¨¦n su hijo puede estar muerto.
Lo anunci¨® en verano un abogado de la familia en un juicio, uno de los p¨²lpitos donde a veces los clanes lanzan sus mensajes. Procesaban a un sobrino del capo por integrar la red de apoyo del famoso fugitivo: ¡°Hay informes que indican que Messina Denaro est¨¢ muerto desde hace a?os y otros lo sit¨²an en Caracas¡±. Luego aclar¨® a la prensa: ¡°Solo he hecho un razonamiento. Dadme la prueba de que est¨¢ vivo, porque condenar al sobrino por ayudar a su t¨ªo, sin saber si est¨¢ vivo, me parece absurdo¡±. Al tribunal no se lo pareci¨® y confirm¨® la condena de 16 a?os de c¨¢rcel.
Acercarse a la ley es un deshonor en la mafia. Su sentido del honor es otro y la familia tiene obligaciones.
Obviamente, trat¨¢ndose de cosas de la Mafia, no queda nada claro lo que quiere decir que est¨¢ muerto. Si va en serio o es un despiste, si es literal o figurado. Como referencia, la ¨²ltima vez que un abogado de un capo dijo eso fue el de Bernardo Provenzano en 2006, que llevaba 43 a?os fugado. Anunci¨® su muerte y lo arrestaron a la semana. Al escribir estas l¨ªneas no han detenido a Messina Denaro, pero se sigue hablando mucho de ¨¦l en Italia. Hay 160 agentes dedicados a pillarle, algo inminente desde hace a?os.
Las explicaciones del letrado apuntan a una posible motivaci¨®n: a la familia le conviene hacer creer que el capo est¨¢ muerto. O quiz¨¢ es al rev¨¦s: a la Cosa Nostra le interesa mantenerlo vivo, aunque est¨¦ muerto. Hay m¨¢s lecturas: puede querer decir que ya no manda, o que en su familia no quieren que mande, o que otros mafiosos han decidido que no lo haga, o que precisamente a todos ellos les interesa hacer creer que no manda. O que, como insinu¨® el abogado, no est¨¢ ni en Italia y ha abandonado su territorio, una se?al de debilidad. En algunas escuchas se han o¨ªdo cr¨ªticas de mafiosos hacia Messina Denaro, dentro de un cuadro de autoridad inestable en la Mafia siciliana.
Los rumores sobre su muerte no son nuevos, surgen de vez en cuando, pero no desde la familia. Y precisamente en ella est¨¢n ocurriendo cosas nunca vistas: algunos parientes se han opuesto a ¨¦l p¨²blicamente y, lo que es in¨¦dito, luego no han salido corriendo. Hasta hoy lo primero que hace la familia de un arrepentido es abandonar su hogar, de noche y a toda prisa, y desaparecer en el programa de protecci¨®n de testigos. Es la se?al de que un mafioso se ha pasado al otro lado. Pero los parientes de Lorenzo Cimarosa, condenado a cinco a?os por ayudar en la fuga de Messina Denaro y que ahora colabora con la justicia, no lo han hecho. Sigue en Castelvetrano.
Hasta hoy lo primero que hace la familia de un arrepentido es abandonar su hogar, de noche y a toda prisa.
El primero que dio el paso, el a?o pasado, fue su hijo, Giuseppe Cimarosa, 33 a?os. Su madre es prima del capo. Tiene un centro de equitaci¨®n en el pueblo. Una vez estuve con ¨¦l. Uno siempre se acerca a estos personajes con cautela, no sabes si son sinceros o te pueden liar en una farsa. ?l era muy consciente de que su primer obs?t¨¢culo era ese, convencer al otro de su buena fe, al margen del mayor, naturalmente: que le peguen un tiro. Es diab¨®lico, pero el hecho de que no ocurriera no le ayudaba a ser cre¨ªdo. Y tampoco el hecho de que no huyera. ¡°Hemos elegido ser libres. No somos nosotros los que tenemos que escapar, no hemos hecho nada. Es nuestro pueblo, son los mafiosos los que se tienen que ir¡±, insist¨ªa. Y ten¨ªa raz¨®n. Recibi¨® amenazas. Su mejor caballo muri¨® de repente, de un extra?o c¨®lico fulminante. Y se llamaba Lorenzo, como su padre. Muchos de sus alumnos de h¨ªpica no volvieron. De pronto dej¨® de ver a familiares, amigos, vecinos, clientes. Desaparecieron. Aunque a cambio llegaron otros que se pusieron de su parte. Y ¨¦l ha seguido dando entrevistas sin callarse. Para ¨¦l la familia ya no es lo m¨¢s importante, una famosa frase de El Padrino que, por cierto, nadie dice en la pel¨ªcula.
Hay que comprender lo que significa esto en un pueblo como Castelvetrano, 30.000 habitantes, que vive sometido por un fantasma, el de Messina Denaro. Tambi¨¦n Giuseppe Cimarosa creci¨® oyendo hablar de esa presencia que infund¨ªa temor y reverencia. Nunca lo ha visto, pero en casa era una misteriosa autoridad que condicionaba sus vidas. Su madre, Rosa Filardo, lo tuvo delante por ¨²ltima vez en su boda, hace 35 a?os. Se les ve juntos en una foto de ese d¨ªa, una de las pocas que se conocen del capo. Ahora no se sabe ni la cara que tiene. La familia, como otros parientes, ha tenido que ayudar, sufragar la huida del ilustre pariente. ¡°Ni siquiera te lo piden, es autom¨¢tico¡±, ha confesado Filardo. Es el orden natural de las cosas. Hasta que se hartaron. Esta mujer apareci¨® el pasado 23 de octubre en televisi¨®n a dar la cara y decirlo, en el canal RAI 1.
Ya fue un esc¨¢ndalo en su d¨ªa que estudiara, siendo mujer en ese ambiente, para ser enfermera. Tambi¨¦n Lorenzo, cuando era su novio, quer¨ªa ser agente de la Guardia di Finanza, pero la familia de ella se lo prohibi¨®, es una afrenta en Cosa Nostra: o eso o la chica. Eligi¨® la chica. Que ven¨ªa con todo el paquete mafioso incluido. Y ¨¦l acab¨® como acab¨®. A ella le pusieron un mote despectivo, femmina di caserma, mujer de comisar¨ªa, porque una vez se le ocurri¨® ir a poner una denuncia por un problema con un alquiler. Acercarse a la ley es un deshonor en la Mafia. Su sentido del honor es otro y la familia tiene unas obligaciones. Ah¨ª est¨¢ el t¨ªo Mimmo, Domenico Scimonelli, detenido como correo de Messina Denaro. Utilizaba un buen sistema para moverse con los papelitos del capo: iba a buscar a su sobrina, los escond¨ªa en sus bolsillos, sabiendo que no la registrar¨ªan, y se la llevaba de paseo a tomar un helado. Con cinco a?os y sin saberlo, y sus padres tampoco, ya ayudaba en casa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.