Reyes Magos: ?reciben los ni?os demasiados regalos?
El d¨ªa de reyes los m¨¢s peque?os, y no tan peque?os, abren los presentes que les han tra¨ªdo sus majestades de Oriente pero ?hay demasiados paquetes bajo el ¨¢rbol?
En estas fiestas navide?as, cada uno de mis hijos recibir¨¢, entre Pap¨¢ Noel y Reyes, cuatro regalos, m¨¢s dos compartidos para los tres. En Navidad son m¨¢s bien detalles, mientras que los juguetes importantes llegan desde Oriente a bordo de camellos, repartidos entre nuestra casa y la de los abuelos. Esto, que a nosotros ya nos parece mucho, en realidad es incluso comedido por lo que cuentan amigos, primos y compa?eros de clase. Y es que a veces, aunque los padres no quieran, abuelos y t¨ªos tambi¨¦n se empe?an en regalar, y adem¨¢s, por separado. El resultado: ni?os que se juntan con tantos juguetes que, despu¨¦s de abrirlos, se olvidan de que los tienen, y habitaciones con m¨¢s stock que el Toys¡¯ R Us.
?Record¨¢is los tebeos de Zipi y Zape de nuestra infancia? Esos en los que la bicicleta era el Santo Grial, un regalo tan inalcanzable que ten¨ªan que intentar ganarlo en vales, ahora un manillar, ahora el sill¨ªn. Un ni?o de la generaci¨®n actual no entiende tanto empe?o, porque tiene bici desde los 3 a?os, y cada vez que se le queda peque?a, le regalan una nueva. Cualquier ocasi¨®n es buena: Navidad, el cumplea?os, las buenas notas, la visita de los abuelos...
Parece que los ni?os de esta generaci¨®n tienen que tenerlo todo incluso antes de desearlo. No es culpa suya, claro, sino nuestra. Queremos verlos felices y algunos, tal vez, compensar de alguna forma el poco tiempo que pueden pasar con sus hijos. Tambi¨¦n, por qu¨¦ no reconocerlo, somos consumistas. ?Para qu¨¦ hacerles esperar por una bici, cuando tenemos dinero para compr¨¢rsela y Amazon para servirla el d¨ªa siguiente?
Por eso mismo, para que se acostumbren a desear y a esperar. Una avalancha de regalos en poco tiempo provoca sobreestimulaci¨®n, p¨¦rdida de ilusi¨®n e incluso incapacidad para experimentar placer en casi todas las actividades, alerta la psic¨®loga Olga Carmona. Ense?arles a esperar activa la corteza prefrontal, la regi¨®n del l¨®bulo del cerebro que controla las dem¨¢s partes, y ayuda a desarrollar capacidades como la tolerancia a la frustraci¨®n y el autocontrol, decisivas en la vida adulta, explica el neuropsic¨®logo ?lvaro Bilbao. As¨ª que, cuando limitamos los regalos o no les traemos inmediatamente lo que nos piden, en realidad estamos haci¨¦ndoles un obsequio para toda la vida.
Hay distintos m¨¦todos. Algunos proponen la ley de los cuatro-cinco regalos como m¨¢ximo. Otros aconsejan traer algo que deseen, algo que necesiten y un libro. Nosotros limitamos el n¨²mero a un regalo grande en casa y otro entre los abuelos y el t¨ªo, adem¨¢s de pedir a los compa?eros de clase que se organicen para recibir un solo regalo en los cumplea?os.
No se trata de volver a la infancia de nuestros abuelos, cuando una mu?eca de trapo o unas nueces eran unos regalos memorables. Pero quiz¨¢s s¨ª a la nuestra, cuando recib¨ªamos un par de juguetes que estaban bien, incluso alguno que hab¨ªamos pedido en la carta, pero siempre se nos quedaba alguna espinita que los Reyes no quer¨ªan traer.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.