Hallada una extra?a galaxia con dos anillos
Solo una de cada mil galaxias observadas tienen una forma parecida a la del objeto reci¨¦n descubierto. Su estudio puede explicar la forma de la V¨ªa L¨¢ctea
A m¨¢s de 350 millones de a?os luz de la Tierra, hay una extra?a galaxia que puede ofrecer otra visi¨®n sobre la naturaleza del cosmos. Casi todas esas descomunales acumulaciones de materia, unidas en torno a gigantescos pozos gravitatorios presididos en muchos casos por un agujero negro, tienen dos formas. Las el¨ªpticas, m¨¢s alargadas, y las espirales, m¨¢s circulares, con una forma que se suele comparar con un molinillo. La V¨ªa L¨¢ctea, en la que vivimos, es una de estas ¨²ltimas.
La nueva galaxia, descrita por primera vez en un art¨ªculo publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, es una rareza. Es lo que se conoce como objeto de Hoag y parece un centro luminoso rodeado por un anillo exterior sin nada que los una en medio. El nombre se debe al astr¨®nomo estadounidense Arthur Hoag, que en 1950 descubri¨® una galaxia con esta peculiar distribuci¨®n.
Solo una de cada mil galaxias observadas tiene esta forma. PGC 1000714, o la Galaxia de Burcin, como la llaman sus autores en honor a Burcin Mutlu-Pakdil, la joven estudiante turca de la Universidad de Minnesota que ha liderado el estudio, solo se puede observar desde el hemisferio sur. Desde all¨ª, con el telescopio du Pont del observatorio de Las Campanas, en Chile, se tomaron las im¨¢genes que sirvieron para identificar la naturaleza del objeto.
Los astr¨®nomos observaron que la galaxia ten¨ªa un anillo exterior, azul y joven, al menos en t¨¦rminos c¨®smicos, de 130 millones de a?os. El coraz¨®n de PGC 1000714, en el interior, era mucho m¨¢s antiguo, con 5.500 millones de a?os, mil millones m¨¢s que nuestro Sistema Solar. Lo que sorprendi¨® m¨¢s a los investigadores fue un segundo anillo, m¨¢s oscuro, antiguo y cercano al centro gal¨¢ctico.
La nueva galaxia, una vez m¨¢s, muestra lo mucho que queda por conocer sobre el universo, pero puede ser el origen de algunas respuestas. Uno de los aspectos que interesan a los investigadores es c¨®mo lleg¨® a tener esa forma. Entre las distintas posibilidades analizadas, concluyeron que lo m¨¢s plausible es que se deba a un choque con una galaxia enana, aunque choque quiz¨¢ no sea la palabra exacta. Pese a lo que puede parecer en las im¨¢genes de galaxias, la separaci¨®n entre los distintos objetos que las componen es enorme, as¨ª que pese a estar compuestas de infinidad de soles o planetas, un cruce entre galaxias rara vez produce una colisi¨®n. Sin embargo, el efecto de la gravedad de los objetos al atravesarse s¨ª tendr¨ªa efectos. En estas condiciones, el paso de una galaxia enana con mucho gas habr¨ªa producido la formaci¨®n del joven anillo externo.
La forma de esta galaxia se puede deber a un choque con otra de menor tama?o
Comprender estos procesos ayudar¨ªa tambi¨¦n a entender c¨®mo acabaron adoptando su forma actual galaxias m¨¢s comunes como la nuestra. Una simulaci¨®n realizada en 2011 mostraba que la imagen que ahora consideramos propia de la V¨ªa L¨¢ctea, con sus brazos girando en torno al centro, y en uno de los se encuentra la Tierra, se deb¨ªa a un encuentro con la galaxia enana de Sagitario.
Pero para que la informaci¨®n obtenida de extra?as galaxias como la reci¨¦n presentada sea ¨²til, Mutlu-Pakdil comenta que ser¨¢ necesario encontrar m¨¢s. ¡°El peque?o n¨²mero de objetos conocidos no proporciona conclusiones definitivas sobre su naturaleza, evoluci¨®n y propiedades sistem¨¢ticas¡±, explica, as¨ª que es importante ¡°incrementar la muestra¡± realizando ¡°estudios detallados sobre posibles candidatos¡±.
Algo similar fue lo que sucedi¨® antes de este ¨²ltimo descubrimiento. Entonces, Patrick Treuthardt, investigador del Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte y supervisor del trabajo, estaba trabajando en otra galaxia y observ¨® la nueva en el fondo. Aunque sin las im¨¢genes m¨¢s precisas que se han tomado ahora no era posible conocer los detalles, Treuthardt vio potencial en aquel objeto difuso y plante¨® profundizar en su conocimiento. Ahora, los autores del estudio continuar¨¢n buscando para tener m¨¢s ejemplos de este tipo de extra?as galaxias, que tambi¨¦n ayudar¨¢ a conocer mejor el origen de galaxias?normales como la nuestra.
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