Las emociones se contagian
C ONOCER LA naturaleza y la funci¨®n de las reacciones emocionales y el comportamiento social es un interesante objeto de estudio. Saber si, como defend¨ªa la antrop¨®loga Margaret Mead, la emoci¨®n es un producto de la cultura, o bien si se trata de una reacci¨®n innata y universal, como sostiene Paul Ekman: ¡°La emoci¨®n es expresada mediante un sistema de se?as universales e involuntarias¡±. No sonre¨ªmos diferente a como lo hacen los esquimales ni son est¨ªmulos distintos los que nos hacen sonre¨ªr.
La Real Academia define la emoci¨®n como una alteraci¨®n del ¨¢nimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompa?ada de cierta conmoci¨®n som¨¢tica. Tambi¨¦n como el inter¨¦s, generalmente expectante, con que se participa en algo que est¨¢ ocurriendo.
El miedo, la alegr¨ªa, la tristeza, el asco, la ira, la sorpresa son consideradas ¡°emociones b¨¢sicas¡±, individuales y claramente innatas. Pero tambi¨¦n existen las ¡°emociones colectivas¡±, necesarias para la supervivencia del grupo. Son la compasi¨®n, la solidaridad, la culpa, la l¨¢stima, la verg¨¹enza, el orgullo, la admiraci¨®n, la envidia, el desprecio¡ Y se definen como sociales porque se sienten en funci¨®n del otro.
Para que se desencadene una emoci¨®n es necesario un est¨ªmulo concreto y su aparici¨®n se ve favorecida por determinadas circunstancias. No es solo la persona la que se emociona en y para s¨ª misma; tambi¨¦n el grupo lo hace y, sobre todo, la persona en funci¨®n del grupo, y aqu¨ª suele aparecer el efecto contagio, dif¨ªcil de evitar.
Cuando escuchamos una determinada pieza musical se producen reacciones f¨ªsicas. Sonre¨ªmos y se nos acelera el coraz¨®n, a veces lloramos. Si escuchamos esta misma pieza en presencia de un grupo de amigos o durante una fiesta, la emoci¨®n se socializar¨¢ invitando a bailar o a golpear con los dedos al son de la m¨²sica. Es dif¨ªcil imaginarnos cantando a solas y a voz en grito ¡°esta noche es Nochebuena, y ma?ana, Navidad; saca la bota, Mar¨ªa, que me voy a emborrachar¡±, tocando la zambomba, dando botes y ri¨¦ndonos en un estado de euforia. Sin embargo, muchos nos hemos visto entonando y festejando el villancico hace escasos d¨ªas, si bien este recuerdo puede provocar, descontextualizado, otra emoci¨®n: la verg¨¹enza, seguida de su reacci¨®n m¨¢s t¨ªpica: el rubor. El contagio de una emoci¨®n es esencial para el estrechamiento de las relaciones entre los miembros de un colectivo.
EL CONTAGIO DE UNA EMOCI?N ES ESENCIAL PARA EL ESTRECHAMIENTO DE LAS RELACIONES EN UN COLECTIVO.
El mecanismo biol¨®gico de la reacci¨®n emocional se activa cuando el est¨ªmulo que lo provoca es percibido por los ¨®rganos de los sentidos, que recogen esta informaci¨®n y la env¨ªan a los centros cerebrales encargados de darles un significado: el sistema l¨ªmbico. Esta encrucijada de caminos que se encuentra en la profundidad del cerebro contiene estructuras decisivas para el control emocional: son el hipocampo, la ¨ªnsula, la am¨ªgdala y el c¨ªngulo. Las dos sustancias m¨¢s estudiadas, implicadas en estas reacciones, son la oxitocina y la dopamina, vitales para crear y reforzar los v¨ªnculos y para sentir bienestar.
Adem¨¢s de recibir informaci¨®n del exterior, las estructuras del sistema l¨ªmbico reciben notificaciones del estado de nuestro propio cuerpo, de nuestros ¨®rganos vitales. Todos estos datos viajan desde all¨ª hacia los centros de decisi¨®n racional del cerebro situados en el l¨®bulo prefrontal, donde se hace consciente y se conecta con los sistemas responsables de la empat¨ªa y de la imitaci¨®n de las conductas: las neuronas en espejo.
Es, de este modo, como el l¨®bulo prefrontal consigue la sincron¨ªa perfecta, ejerciendo una labor de coordinaci¨®n y direcci¨®n para que todo este desmadre, inicialmente inconsciente y aparentemente irracional, cobre sentido.
La cascada de efectos que tienen lugar tras percibir el objeto de la emoci¨®n se puede clasificar en tres dimensiones: por una parte, existe una dimensi¨®n cognitiva ¨Cla valoraci¨®n subjetiva de lo que se est¨¢ viviendo¨C, una dimensi¨®n fisiol¨®gica ¨Clos cambios org¨¢nicos que se producen¨C y una dimensi¨®n conductual. La cognitiva avisa, la fisiol¨®gica prepara y la conductual ejecuta una acci¨®n adaptativa en respuesta a un est¨ªmu??lo. Nuestro comportamiento ser¨¢ observado por cada persona del grupo, que sentir¨¢ una emoci¨®n y pondr¨¢ en marcha estos mismos mecanismos, retroalimentando el bucle de la emoci¨®n conjunta.
El efecto contagio depende de diferentes factores, como la predisposici¨®n a emocionarse ¨Ctanto del individuo como del grupo¨C, y del contexto. A mayor predisposici¨®n, m¨¢s f¨¢cil y r¨¢pido ser¨¢ el contagio. Situaciones como un mitin pol¨ªtico o un campo de f¨²tbol, olores, sonidos¡ invitan a la cohesi¨®n social.
Nuestra propia emoci¨®n con su conducta subsecuente provoca una emoci¨®n en el colectivo, de modo que debemos estar alerta: en un grupo, el comportamiento individual puede ejercer tanto un efecto de freno como de acelerador.
Neuronas en el espejo
¡ª Se trata de un grupo de neuronas que, adem¨¢s de activarse mientras un individuo ejecuta una acci¨®n, lo hace cuando observa a otra persona efectuando una actividad e incluso cuando se imagina a s¨ª mismo ejecut¨¢ndola ¨Cal hacerse una representaci¨®n mental¨C como si la estuviera realizando.
¡ª Fueron descubiertas hace poco m¨¢s de dos d¨¦cadas por el grupo de Giacomo Rizzolatti, en la Universidad de Parma, Italia.
¡ª En el ¨¢mbito individual sirven para aprender ¨Cpor imitaci¨®n, sobre todo en la ni?ez¨C, para planificar una acci¨®n, para simularlas antes de llevarlas a cabo y predecir las consecuencias. Las del l¨®bulo frontal se encargan de procesar el objetivo de la acci¨®n, y las del parietal, de decodificar todo lo vinculado con la secuenciaci¨®n del movimiento.
¡ª En el ¨¢mbito social valen para sentir y comprender lo que sienten otros, de modo que podamos ponernos en su lugar, imaginar en qu¨¦ est¨¢ pensando e inferir su estado de ¨¢nimo y sus intenciones: son las neuronas de la empat¨ªa, imprescindibles en el comportamiento social.
¡ª Este grupo de neuronas se considera actualmente la base biol¨®gica de enfermedades que afectan a la socializaci¨®n, como el trastorno de espectro autista, y podr¨ªan ser clave en el tratamiento de estos procesos, as¨ª como en la rehabilitaci¨®n de enfermedades que afectan al sistema motor.
¡ª La imitaci¨®n es la base de la civilizaci¨®n y de la evoluci¨®n. Sin imitaci¨®n no ser¨ªamos capaces de transmitir lo aprendido de una generaci¨®n a otra. Como dice el neurocient¨ªfico Vilayanur S. Ramachandran: las neuronas espejo son el ladrillo sobre el que se edifica la cultura.
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