C¨®mo descubr¨ª que mi pareja me enga?¨® y c¨®mo reaccion¨¦. 20 confesiones
El 30 % de los espa?oles confiesa ser infiel. Al resto le toca averiguarlo y, lo m¨¢s duro, asimilarlo
¡°?C¨®mo pudiste hacerme esto a m¨ª? Yo que te hubiera querido hasta el fin. S¨¦ que te arrepentir¨¢s¡±. La celeb¨¦rrima canci¨®n de Alaska y Dinarama caricaturiza muy bien la furia y la sed de venganza que embargan a una persona cuando descubre que su pareja le ha sido infiel. Algo cada vez m¨¢s com¨²n si atendemos al reciente estudio realizado por el instituto IPSOS, seg¨²n el cual un 30 % de la poblaci¨®n espa?ola es infiel, cosa que nos otorga el dudoso honor de estar a la cabeza de Europa en esta materia.
Seg¨²n datos facilitados por la web de contactos Ashley Madison, el retrato robot del hombre infiel corresponde a alguien de 43 a?os, casado, con poder adquisitivo medio-alto y, de profesi¨®n, empresario, directivo, m¨¦dico o abogado. En cuanto a la mujer, tiene una edad media de 34 a?os, en el 67 % de los casos est¨¢ casada y trabaja como administrativa, maestra, directiva o ama de casa. Los porcentajes de infidelidad entre ambos sexos son los siguientes: un 35 % de ellos y un 26 % de ellas reconocen haber echado, al menos, una cana al aire.
El 72 % de los hombres considera que la infidelidad sexual es peor que la infidelidad emocional, mientras que el 69 % de las mujeres encuentra la emocional m¨¢s grave
Se trata, el de la infidelidad, de un tema espinoso donde existe una doble moral. Seg¨²n el citado estudio de IPSOS, la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n (83 %) cree que es posible serle fiel a la misma persona toda la vida, mientras que un 65 % considera que es factible estar enamorado de dos personas al mismo tiempo. ?C¨®mo puede darse tama?a contradicci¨®n?
Esteban Ca?amares, psic¨®logo cl¨ªnico y autor del libro ?Por qu¨¦ le es infiel? (Editorial Amat), nos cuenta c¨®mo la contradicci¨®n atiende a profundas razones antropol¨®gicas: ¡°Por un lado somos seres curiosos que buscamos aventuras y nuevas formas de amar, pero como primates necesitamos estabilidad emocional. Son dos tendencias contrapuestas que habitan en nuestro interior. Esto se soluciona con la ley del embudo: buscamos ser atractivos y seducir a nuevas personas, pero al mismo tiempo queremos que nuestra pareja nos sea fiel. Una de las consecuencias de esto es que alrededor de un 13 % de los hijos no son de sus padres oficiales¡±.
Est¨¢ claro que todo es muy divertido mientras uno mantiene sus infidelidades en secreto. Pero los problemas crecen cuando nuestra pareja nos descubre. El doctor Ca?amares asegura que al infiel se le suele pillar ¡°por un descuido o una incongruencia que provoca que la pareja enga?ada tire del hilo¡±.
"Una infidelidad es un buen momento para revisar a fondo a la pareja: el estado de las relaciones sexuales, la relaci¨®n con las amistades y con la familia pol¨ªtica¡"
En cuanto a las reacciones, el psic¨®logo se lamenta de que, por regla general, sean desproporcionadas: ¡°La mayor¨ªa explota en ira, aborda al infiel en caliente y monta una historia de buenos y malos. En realidad se debe hacer lo contrario: templarse, reflexionar y preguntarse si la infidelidad es puntual o sistem¨¢tica, para dilucidar si se va a repetir o no¡±. Sobre este punto, un estudio de la red de encuentros extraconyugales Gleeden demuestra que un 16 % de los ad¨²lteros repiti¨® su experiencia antes de pasar dos meses del primer enga?o y un 21 % antes de los 6 meses de empezar su vida de infiel.
La reacci¨®n de la persona enga?ada ser¨¢ m¨¢s o menos col¨¦rica en funci¨®n de diferentes factores, como pueden ser el car¨¢cter o el g¨¦nero, y del m¨®vil de la infidelidad: no es lo mismo ser infiel por amor que hacerlo por placer. Seg¨²n una encuesta de la web de aventuras extramaritales Victoria Milan, el 72 % de los hombres considera que la infidelidad sexual es peor que la infidelidad emocional, mientras que el 69 % de las mujeres encuentra la infidelidad emocional como algo mucho m¨¢s grave y dif¨ªcil de olvidar.
Una vez asimilada la realidad, llega el gran dilema: ?perdonar o no perdonar? Esteban Ca?amares: ¡°Esa pregunta hay que responderla seg¨²n lo que nos diga nuestro cerebro y, sobre todo, nuestro coraz¨®n. Pero es un buen momento para revisar a fondo todos los aspectos de la pareja: el estado de las relaciones sexuales, la relaci¨®n con las amistades y con la familia pol¨ªtica¡ Para ello, la ayuda profesional puede resultar muy positiva, sobre todo para analizar el problema desde fuera¡±.
Y eso es lo que vamos a hacer a continuaci¨®n. Analizar flagrantes infidelidades. Daremos voz a veinte individuos, tanto hombres como mujeres, para que nos cuenten c¨®mo descubrieron que los estaban enga?ando y cu¨¢l fue su reacci¨®n al enterarse. Ser¨¢ una catarsis para ellos, una interesante lecci¨®n sobre la condici¨®n humana en general y sobre las relaciones de pareja en particular. Los apellidos no se desvelan por deseo de los participantes.
1. Esteban (fot¨®grafo, 32 a?os): ¡°Mi novia llevaba meses si¨¦ndome infiel con su jefe. Lo descubr¨ª porque un amigo los vio en un restaurante. Al enterarme, mont¨¦ en c¨®lera y a punto estuve de cometer un disparate, pero por suerte el amigo que me lo cont¨® me par¨® los pies y me hizo entrar en raz¨®n. Lo mejor que pod¨ªa hacer era olvidarme¡±.
2. Carolina (secretaria de direcci¨®n, 29 a?os): ¡°Me envi¨® por guasap un mensaje: ¡®En un rato te veo en el hotel'. El mensaje no era para m¨ª, que estaba en casa con fiebre, sino para otra chica. Lo primero que hice fue estrellar el m¨®vil contra la pared y gritar. Al volver a casa me encar¨¦ con ¨¦l y me cont¨® todo. Dijo que esa chica no era importante para ¨¦l, que me quer¨ªa a m¨ª. Me enfad¨¦ mucho. Pero reflexion¨¦ y le perdon¨¦. Han pasado unos a?os y creo que aquel episodio incluso nos ha reforzado como pareja¡±.
3. Raquel (ama de casa, 45 a?os): ¡°No lo descubr¨ª de repente. Fueron un mont¨®n de peque?as cosas, porque mi marido nunca ha sido un t¨ªo cuidadoso. Lo mismo me llegaba a casa oliendo a un perfume femenino que no era el m¨ªo, que encontraba pelos rubios en su ropa interior, cuando yo soy morena¡ Durante a?os hice la vista gorda y me tragu¨¦ la bilis, porque por lo dem¨¢s ¨¦l es buen marido y buen padre. Pero la venganza es un plato que se sirve fr¨ªo, y ahora soy yo la que tiene un amante¡±.
4. Jorge (electricista, 38 a?os): ¡°Me dijo que estaba en un viaje de trabajo en Cuenca. Como pens¨¦ que se aburrir¨ªa en el hotel, le ped¨ª que hici¨¦ramos un poco de sexting, intercambiando fotos er¨®ticas. Me envi¨® una en la que sal¨ªa medio desnuda. Al fondo, sobre la cama, se ve¨ªa claramente un calzoncillo. El shock fue tremendo. Le escrib¨ª: 'No hace falta que vuelvas. Qu¨¦date en Cuenca con tu amigo y su calzoncillo'. Acto seguido, me fui al cine a ver una pel¨ªcula cualquiera: necesitaba estar a oscuras y desfogarme¡±.
5. Marta (galerista, 41 a?os): ¡°Hac¨ªa tiempo que mi marido y yo no hac¨ªamos el amor. Primero lo achaqu¨¦ a que se hab¨ªa quedado en paro y estaba deprimido. Pero luego empec¨¦ a notar, al llegar a casa de trabajar, como un olor a sexo o a perfumes extra?os. Muy mosqueada, escond¨ª una peque?a c¨¢mara en la l¨¢mpara y vi con mis propios ojos que, efectivamente, mi marido me estaba enga?ando¡ ?con otro hombre! Mi venganza fue ponerle el v¨ªdeo y obligarlo a enfrentarse a su infidelidad. ?l se enfad¨® mucho y amenaz¨® con denunciarme por haberlo espiado. En fin...¡±.
6. Rafael (administrativo, 50 a?os): ¡°Mi mujer es mucho m¨¢s joven que yo, y siempre tuve la paranoia de que antes o despu¨¦s me enga?ar¨ªa. Mis sospechas aumentaron cuando empez¨® a ir de compras casi a diario. Para saber lo que pasaba, me instal¨¦ una aplicaci¨®n para entrar en su WhatsApp. As¨ª pude comprobar que un tal Carlos le escrib¨ªa todo el rato: le dec¨ªa 'lo bien que lo pasamos esta noche', ella contestaba que 'a ver si me puedo escapar ma?ana'. Cuando me calm¨¦, la llam¨¦ y le dije que ten¨ªa 24 horas para recoger sus cosas o las tirar¨ªa por la ventana¡±.
7. Julia (empresaria, 38 a?os): ¡°Un d¨ªa apareci¨® en mi casa una chica y va y me dice que es la amante de mi pareja. Casi me da un telele. Lo primero que hice fue echarla de casa. Luego llor¨¦ a mares. Llam¨¦ a mi novio y le ped¨ª explicaciones. Me dijo que la chica estaba desequilibrada, que, lo reconoc¨ªa, hab¨ªan tenido un l¨ªo, pero que ya se hab¨ªa acabado y ella no lo aceptaba. Decid¨ª perdonarlo, m¨¢s que por ¨¦l, por nuestro hijo. Pas¨® hace tres meses. Todav¨ªa no s¨¦ si lo superaremos¡±.
8. Fernando (escritor, 41 a?os). ¡°No soy un hombre posesivo; de hecho, es mi novia la que siempre ha sido m¨¢s celosa. Por eso es parad¨®jico que fuera ella la que me enga?ara. Me lo confes¨® llorando una tarde de mayo. Seg¨²n me jur¨®, fue un desliz: conoci¨® a un hombre cuando yo estaba encerrado escribiendo una novela y ella se sent¨ªa sola. Aunque no es plato de gusto, no dramatic¨¦. La abrac¨¦ y le dije que la perdonaba si promet¨ªa no hacerlo m¨¢s¡±.
9. Patricia (peluquera, 33 a?os): ¡°Mi novio me fue infiel con mi hermana. Nunca se lo perdonar¨¦. Ni a ¨¦l ni a ella. Y lo peor de todo es que los pill¨¦ con las manos en la masa. Me dol¨ªa el est¨®mago, llegu¨¦ a casa varias horas antes de lo previsto y all¨ª estaban...? ?Qu¨¦ c¨®mo reaccion¨¦? Llorando y vomitando como una loca. Me tuvieron que llevar a urgencias¡±.
10. Ernesto (florista, 38 a?os): ¡°Mi chica empez¨® a trabajar con su ex y acabaron en la cama. Yo ya me lo tem¨ªa, porque esa relaci¨®n la marc¨® y creo que nunca lleg¨® a superarla. Pero fue un golpe bajo. Me enter¨¦ por ¨¦l, de una forma horrible. Me lo encontr¨¦ en un bar, borracho, y me lo dijo: llevaba meses acost¨¢ndose con mi mujer. En ese momento ella estaba de viaje. Cuando volvi¨® se encontr¨® sus cosas en la puerta, metidas en bolsas de basura¡±.
11. Laura (camarera, 32 a?os): ¡°Me enter¨¦ porque usamos el mismo port¨¢til para ver pelis y ¨¦l, que es muy despistado, se dej¨® su correo abierto. No es que yo anduviera espi¨¢ndolo, pero al ver la bandeja de entrada me dio por echar un ojo y vi un mont¨®n de mensajes de una tal M¨®nica. Cuando los le¨ª me qued¨¦ en shock. No sab¨ªa que mi novio, que conmigo era un santo var¨®n, ten¨ªa tanta imaginaci¨®n er¨®tica. Me entr¨® tal ataque de nervios que me puse a contestar los correos uno por uno, poniendo todos los insultos que sab¨ªa y hasta alguno inventado. Ella nunca contest¨®¡±.
12. Esther (traductora, 39 a?os): ¡°Me enter¨¦ de la forma m¨¢s dolorosa posible: ?los vi en plena en plena calle!??Mi reacci¨®n? Liarme a bolsazos con ellos. ?Qu¨¦ quieres? No iba a darles unas palmaditas en la espalda¡±.
13. Gerardo (pinchadiscos, 45 a?os): ¡°Mi chica empez¨® a llegar a horas intempestivas y a meterse corriendo en la ducha, supuestamente porque ven¨ªa cansada y quer¨ªa relajarse. Me son¨® tan raro que contrat¨¦ a un detective privado. No gano mucho dinero y me cost¨® un ojo de la cara, pero vali¨® la pena: me trajo unas fotos en las que aparec¨ªa con un hombre. Me fui a casa con las fotos y, como ella no estaba, colgu¨¦ todas las fotos en la pared con chinchetas. Luego cog¨ª mis cosas y me mud¨¦ a casa de un amigo¡±.
14. Sandra (abogada, 43 a?os): ¡°Mi novio, que antes era el hombre m¨¢s casero del mundo, empez¨® a salir de noche dos o tres veces por semana. Que si se iba al f¨²tbol, que si se iba al cine con unos amigos¡ Un d¨ªa le segu¨ª. Le vi entrar en un hotel. Pregunt¨¦ en recepci¨®n el n¨²mero de habitaci¨®n y comprob¨¦ que ni siquiera se hab¨ªa registrado con nombre falso. No mont¨¦ esc¨¢ndalos. S¨®lo llam¨¦ a la puerta, me abri¨® una chica en albornoz, pregunt¨¦ por mi marido y le dije que se pod¨ªa quedar en el hotel el tiempo que quisiera, pero que a casa no volviera nunca m¨¢s¡±.
15. Miguel (taxista, 48 a?os): ¡°Por mi trabajo paso mucho tiempo fuera de casa. Empec¨¦ a sospechar algo por una insinuaci¨®n que me hizo un vecino. Tras espiarla durante varios d¨ªas comprob¨¦ que me estaba siendo infiel. Estuve conduciendo toda la noche, sin coger clientes, para relajarme. Cuando llegu¨¦ a casa, se lo dije. Hizo las maletas y se fue. No nos hemos vuelto a ver¡±.
16. Rosa (dependienta, 26 a?os): ¡°Me enter¨¦ porque le operaron y pas¨® varias semanas en el hospital. Un d¨ªa se present¨® en el hospital una chica con un ramo de flores. No me preguntes c¨®mo lo supe, pero nada m¨¢s verla supe que era su amante. Intuici¨®n femenina. No hice nada, me qued¨¦ paralizada, congelada. No supe reaccionar. Luego me encerr¨¦ en el ba?o y pegu¨¦ un grito que se oy¨® en todo el hospital¡±.
17. Pedro (profesor, 40 a?os): ¡°Fui el ¨²ltimo en enterarme. Mi pareja llevaba diez a?os vi¨¦ndose a escondidas con otro hombre. ?Diez a?os! Un d¨ªa se lo dije a las claras. Ella lo neg¨® ese d¨ªa. A la semana siguiente me pidi¨® perd¨®n, dijo que era verdad y que se marchaba con ¨¦l. Cog¨ª algunos de mis ahorros y me fui un mes de viaje por el mundo. Conoc¨ª a una chica danesa y acabamos de tener nuestro primer hijo¡±.
18. Beatriz (pintora, 46 a?os): ¡°A mi marido no le sent¨® nada bien la crisis de los cuarenta: no dejaba de mirar a mis amigas, a las chicas de la calle¡ Empec¨¦ a pensar que estaba siendo infiel. Decid¨ª ponerlo a prueba y me abr¨ª un perfil falso en Facebook, puse una foto falsa y tent¨¦ a mi marido, a ver qu¨¦ pasaba. Y pas¨® lo que pas¨®. Que intent¨® seducirme. Le segu¨ª la corriente y concertamos una cita en un hotel. Ten¨ªas que haber visto la cara que puso al llegar y verme all¨ª. No pude evitar partirme de risa. Re¨ªr por no llorar¡±.
19. Gonzalo (militar, 37 a?os): ¡°Lo creas o no, descubr¨ª que mi novia me enga?aba porque lo so?¨¦. Estaba un poco mosqueado y un d¨ªa tuve un sue?o muy real. Investigu¨¦ un poco y lo descubr¨ª. Me pill¨¦ un buen cabreo. Para evitar hacer una locura me fui al campo. All¨ª grit¨¦ y llor¨¦. Despu¨¦s, llam¨¦ a mi novia y le dije que no ten¨ªa sentido seguir¡±.
20. Eugenia (masajista, 31 a?os): ¡°La primera pista fue una foto de Facebook que una chica public¨® en su cuenta, etiquetando a mi novio. Sal¨ªan muy cari?osos. Al preguntarle a mi novio qui¨¦n era, se puso colorado y contest¨®: 'Nadie, una conocida, una amiga de un amigo'. Al d¨ªa siguiente hab¨ªa desaparecido la foto. Me pareci¨® raro. En cuanto pude, me puse a cotillear su m¨®vil. Y encontr¨¦ varios selfies de los dos. Me beb¨ª media botella de ron, me fui a la discoteca m¨¢s cercana y me li¨¦ con el primero que me tir¨® los tejos¡±.
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