?frica, barriendo fronteras
Un libro para acercarnos al continente olvidado (?Y Silenciado!)
Caminar durante nueve meses por ?frica, cruzando todo el continente por tierra y en transporte p¨²blico desde Egipto hasta Sud¨¢frica, recreando la ruta Cape to Cairo, con la que alguna vez so?¨® el imperialista ingl¨¦s Cecil Rhodes, fue un s¨ªmbolo en s¨ª mismo.
El objetivo fue diametralmente opuesto al de los antiguos (?y actuales?) colonos, que buscaban unir el extremo sur con el extremo norte del continente con una v¨ªa f¨¦rrea, para potenciar la industria de la guerra y saquear de manera m¨¢s expeditiva los recursos africanos.
Siento la necesidad de acercarlos al menos a algunas de las im¨¢genes y recuerdos que quedaron de esa extensa traves¨ªa por suelos desconocidos. Algo me impulsa a hacerlo, creo que aporto algo, no s¨¦ bien qu¨¦, pero siento que es algo valioso; aunque tambi¨¦n s¨¦ que puede ser peligroso, ya que muchos reduccionismos y generalizaciones pueden llevar a creencias y fascinaciones erradas, falseadas, como las que se han creado y moldeado con a?os y a?os de desinformaci¨®n, desinter¨¦s y desprecio por estas tierras olvidadas -?Y silenciadas!-, reducidas a una mancha dentro del mapa mundial.
?frica es sin¨®nimo de enfermedades, pobreza, ¡°atraso¡± y guerras ca¨®ticas. ?Pero es que no hay nada m¨¢s?
?frica es sin¨®nimo de enfermedades, pobreza, ¡°atraso¡± y guerras ca¨®ticas. ?Pero es que no hay nada m¨¢s? Quer¨ªa ir a verlo yo mismo¡ y contarlo. Y claro que hay m¨¢s, pero a los medios de comunicaci¨®n masivos no les interesa. Eso ¡°otro¡± no encaja en el esquema mercantilista en el que est¨¢n encerradas (?sin salida?) las noticias, y eso no hace m¨¢s que recrudecer la desgracia de no conocer pr¨¢cticamente nada de un continente multicolor, lleno de historias, de vidas, de caminos, y sobre todo, de energ¨ªa.
Ese recorte negativo que perge?an los medios hegem¨®nicos genera da?os pr¨¢cticamente irreparables en los imaginarios colectivos, y crea fronteras intangibles -pero del hierro m¨¢s indestructible-, separ¨¢ndonos cada vez m¨¢s entre iguales.
¡°?frica, barriendo fronteras¡± (un proyecto que incluye un libro, una muestra de fotoperiodismo y un mediometraje documental), busca sortear esa trampa acercando mundos desconocidos que tienen much¨ªsimo en com¨²n. Y as¨ª, sutilmente, hacer un peque?o aporte para destruir esta maquinaria del mal que rige en el ¨¢mbito mundial.
S¨®lo pretendo brindar un recorte lo m¨¢s honesto posible de una experiencia inabarcable, inenarrable, llena de detalles profusos, escurridizos, que se escaparon de la memoria, pero que tornaron tan incre¨ªbles esos momentos y cada momento -rebasando ampliamente lo que cab¨ªa en la imaginaci¨®n de lo que pod¨ªa ser ese continente tan lejano y ajeno-.
Pero nada es casual. En este recorte de historias realizado, cobran protagonismo las fronteras atravesadas en el camino. Las otras fronteras que pretendo barrer. En esas marcas arbitrarias que configuran el interior del mapa africano, hay muchos simbolismos condensados.
Son la muestra m¨¢s cabal de la perversidad imperial de occidente. En la Conferencia de Berl¨ªn de 1885, el Reino Unido, Francia y Alemania, literalmente se repartieron ?frica, trazaron las divisiones que hoy vemos, dividiendo pueblos, dividiendo culturas, dividiendo familias, dividiendo historias. Estas divisiones son las que explican gran parte de los conflictos que vemos hoy d¨ªa en los pa¨ªses africanos ¡°independientes¡±.
Por m¨¢s que los comunicadores y bur¨®cratas asocien estas problem¨¢ticas de los ¡°estados fallidos¡±, a la ¡°inoperancia¡± de los africanos, o -yendo a los argumentos m¨¢s racistas de la prensa y los comentaristas del establishment-, al ¡°salvajismo¡± de esos pueblos, las causas m¨¢s profundas de que ?frica hoy sea un polvor¨ªn en permanente riesgo de colapso y estallido, hay que buscarlas all¨ª, en esa intromisi¨®n imperialista, en ese reparto discrecional del territorio. Sin mencionar las posteriores d¨¦cadas de saqueo y sometimiento, que condenaron a esos pueblos y a sus econom¨ªas a una ¡°primarizaci¨®n¡± que hoy los convierte en los perdedores dentro del intercambio desigual del mercado mundial.
En ¡°?frica, barriendo fronteras¡± van a encontrar algo de la historia de los pa¨ªses atravesados. El d¨ªa a d¨ªa en las casas de familia
En??frica, barriendo fronteras van a encontrar algo de la historia de los pa¨ªses atravesados (Egipto, Sud¨¢n, Etiop¨ªa, Kenia, Tanzania, Zambia, Botsuana y Sud¨¢frica), mucho presente, v¨ªa cotidiana, el d¨ªa a d¨ªa en las casas de familia, la cultura de los que no son ¡°noticia¡±, y un intento de trasmitir c¨®mo somos recibidos los blancos en ese continente.
Pod¨¦s leer el libro y dejarlo tirado en alg¨²n rinc¨®n de tu casa, aunque te sugiero hacerlo circular, prest¨¢ndolo o regal¨¢ndolo. Es la manera de que estas l¨ªneas se inmiscuyan en el devenir de alg¨²n ser al que le pueden generar alguna motivaci¨®n fuera de libreto. Siempre hay un posible interesado, alg¨²n loco con delirios similares, alg¨²n trasnochado al que s¨®lo le falta un empuj¨®n para salir a la ruta. Ayudame a que estas historias sean el comienzo de otras nuevas historias por ?frica. Necesitamos -?imperiosamente!- seguir conoci¨¦ndonos.
Ignacio Incardona es periodista. Ignacio.incardona@gmail.com
El blog Africa No es un pa¨ªs no se hace responsable ni comparte siempre las opiniones de los autores.
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