?Puede un an¨¢lisis de ADN predecir que este beb¨¦ tendr¨¢ un infarto a los 50?
Tener el genoma secuenciado puede orientar al m¨¦dico sobre cu¨¢les son los puntos d¨¦biles, pero a¨²n no sirve para lo que algunos venden
?Estamos preparados para asumir la vida conociendo una informaci¨®n que las t¨¦cnicas actuales son capaces de predecir, pero para la que no existe una soluci¨®n? ?Y si justo el d¨ªa de su nacimiento le hubieran dicho a sus padres que se enfrenta a una enfermedad futura mortal o incapacitante sin tratamiento conocido? ?Y si, despu¨¦s, matizaran: ¡°Pero no existe una certeza absoluta, simplemente es muy probable¡±? La ansiedad, el miedo, las dudas... Es el reverso de una de las grandes esperanzas de la ciencia, el an¨¢lisis de ADN y su utilidad m¨¦dica, gigas y gigas de important¨ªsimos datos que vienen a alargar y mejorar la existencia humana, pero sobre los que todav¨ªa planean abundantes dudas. Cada vez menos, eso s¨ª, sobre todo desde que en 1990 se diera el pistoletazo de salida al Proyecto Genoma Humano, un monumental trabajo de investigaci¨®n internacional que concluy¨® en 2003. Desde entonces, los cient¨ªficos escudri?an todos los secretos que esconde nuestro genoma y las aplicaciones que ello podr¨ªa suponer para seguir avanzando en una v¨ªa m¨¦dica muy prometedora: la terapia g¨¦nica, que consiste en sustituir material gen¨¦tico defectuoso del paciente por otro en buen estado, ¨²til para curar ciertas enfermedades o prevenir su futura aparici¨®n en una persona y sus descendientes.
Para lo bueno y para lo malo¡ no solo las parejas se prometen estas grandezas conceptuales. Tambi¨¦n el espermatozoide ¡ªvencedor de una fren¨¦tica carrera fraguada en medio de una extrema competencia¡ª y el ¨®vulo que accede a ser fecundado sellan una uni¨®n indisoluble que, a diferencia de esos acuerdos humanos, perdurar¨¢ s¨ª o s¨ª hasta que la muerte los separe. Tras firmar esa asociaci¨®n biol¨®gica indivisa se iniciar¨¢ la gestaci¨®n de un nuevo ser y para empezar a construirlo el material gen¨¦tico de ambos progenitores deber¨¢ combinarse, conformando un nuevo y exclusivo c¨®ctel presente en cada una de las c¨¦lulas del v¨¢stago hasta el fin. Una mezcolanza hecha de ¨¢cido desoxirribonucleico ¡ªADN¡ª, que unido a determinadas prote¨ªnas erigir¨¢ los 23 pares de cromosomas encargados de custodiar durante toda la vida, a modo de almac¨¦n, la informaci¨®n gen¨¦tica en el n¨²cleo celular de ese nuevo Homo sapiens, codificada mediante unas unidades que llamamos genes. De estos, tenemos alrededor de 20.000, de distintos tama?os. Una cantidad de datos tan colosal que, hasta no hace mucho, ning¨²n humano era capaz de descifrar. Pero la ciencia avanza a una velocidad de v¨¦rtigo, y lo que ayer era pura terra incognita, hoy es un ¨¢mbito en fren¨¦tica ebullici¨®n.
Secuenciar el genoma est¨¢ especialmente indicado en personas con antecedentes familiares de enfermedades que pueden ser hereditarias, como algunos c¨¢nceres
Un asunto importante. A veces, el ensamblaje gen¨¦tico previo al desarrollo del cigoto (el ¨®vulo fecundado) sufre determinados fallos o mutaciones que pueden afectar al material gen¨¦tico del ¨®vulo o el espermatozoide, o provocar que el ADN no logre copiarse correctamente. Consecuencias: problemas en el desarrollo y funcionamiento de alg¨²n sistema u ¨®rgano de diversa gravedad, que pueden ser hereditarios. Para detectarlos es b¨¢sico recopilar los datos almacenados en esa cantidad ingente de material gen¨¦tico: en 3.200 millones de pares de base nitrogenadas que, cada 3, constituyen los 20 amino¨¢cidos con los que se sintetizan las prote¨ªnas que necesitamos para desempe?ar las funciones vitales.
?Para qu¨¦ quiere tanta informaci¨®n?
Obtener el libro donde se nos define hasta la m¨¦dula est¨¢ cada vez m¨¢s al alcance de todos. Empresas como Made of Genes est¨¢n especializadas en secuenciar nuestro genoma. ?scar Flores, cofundador de la compa?¨ªa junto a Miguel ?ngel Bru, expone: ¡°Puede ser muy ¨²til a la hora de anticiparse y prevenir futuros problemas de salud, pero est¨¢ especialmente indicado cuando hay evidencias de antecedentes familiares de enfermedades hereditarias como el c¨¢ncer, enfermedades neurodegenerativas o problemas cardiovasculares¡±. Seg¨²n Toni Gabald¨®n, profesor e investigador en el Centro de Regulaci¨®n Gen¨®mica del ICREA (Instituci¨® Catalana de Recerca d¡¯Estudis Avan?ats), ¡°hay escenarios en que resulta extremadamente ¨²til tener el genoma secuenciado. El primero, personas con c¨¢ncer: pacientes con el mismo tipo de c¨¢ncer pueden albergar tumores muy diferentes y por eso secuenciar las c¨¦lulas sanas y las tumorales aporta valiosa informaci¨®n para determinar las mutaciones, lo que puede ayudar a decidir el tratamiento. Tambi¨¦n es una valiosa herramienta para personas con una dolencia grave sin diagn¨®stico: su genoma puede ayudar a identificar las anomal¨ªas gen¨¦ticas de una enfermedad rara, lo que permite acceder, en caso de existir, a ensayos cl¨ªnicos que est¨¦n luchando por combatir esa afecci¨®n¡±.
En internet, es f¨¢cil comprar ¡®kits¡¯ de an¨¢lisis ¡®antiobesidad¡¯ por solo 99 euros. los expertos lo tienen claro: ¡°son una estafa¡±
Adem¨¢s del c¨¢ncer, que encabeza la lista, Blanca Laffon, profesora titular de Psicobiolog¨ªa en la Universidad de A Coru?a, y coautora del libro Terapia g¨¦nica (CSIC y Catarata), a?ade otras patolog¨ªas que hoy tienen m¨¢s posibilidades de ser resueltas con terapia g¨¦nica. ¡°En segundo lugar, est¨¢n las originadas por el defecto de un solo gen, es decir, las enfermedades monog¨¦nicas como la fibrosis qu¨ªstica o la hemofilia¡±, prosigue. ¡°Las causadas por alteraciones en diversos genes, como la esquizofrenia o seg¨²n qu¨¦ tipo de diabetes, son mucho m¨¢s complejas de tratar. Y, en tercer lugar, estar¨ªan las enfermedades cardiovasculares y las infecciones¡±.
En el caso concreto de las cardiopat¨ªas, el doctor Sekan Kasirethan, profesor de la Harvard Medical School (EE UU), explica que los an¨¢lisis de ADN "no est¨¢ claro que ayuden a tomar una decisi¨®n cl¨ªnica a d¨ªa de hoy". Para este especialista, la prescripci¨®n m¨¦dica ser¨ªa la misma en cualquier caso: comer menos, m¨¢s ejercicio, dejar de fumar. "No se ha demostrado que saber que hay un mayor riesgo ayude a los m¨¦dicos a optar por un tratamiento diferente", se?ala.
En la inmensa mayor¨ªa de las veces los tratamientos llegan tarde: cuando el paciente ya presenta s¨ªntomas, por lo que, sobre todo, un test de ADN podr¨ªa ser utilizado para evitar que se desarrolle una enfermedad para la que mostramos preponderancia gen¨¦tica e impedir que la herede nuestra descendencia. Es el caso que se explica en el programa de televisi¨®n El cazador de cerebros, de La 2 (TVE), conducido por Pere Estupiny¨¤, en concreto en el cap¨ªtulo ?Querr¨ªas saber tu destino gen¨¦tico?, en el que el paciente Wenceslao Fern¨¢ndez, tras ser diagnosticado de c¨¢ncer medular de tiroides, averigu¨® que su dolencia proced¨ªa de una mutaci¨®n gen¨¦tica que quiz¨¢ pod¨ªan tener otros familiares. Mientras que sus hermanas no presentaron esa mutaci¨®n, sus tres hijas s¨ª: todas la hab¨ªan heredado. Sabiendo que esa alteraci¨®n causa c¨¢ncer con un 100% de probabilidad a partir de cumplir los 30 a?os, decidieron, tras pens¨¢rselo mucho, practicarles una tiroidectom¨ªa o extirpaci¨®n del tiroides. Las chicas a su vez, cuando quieran tener descendencia, podr¨¢n someterse a una fecundaci¨®n asistida para seleccionar embriones libres de esa mutaci¨®n y evitar para siempre que el gen siga trascendiendo. Un dato: solo el 5% de todos los tumores tiene un car¨¢cter hereditario, seg¨²n el Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas.
¡°Una secuencia aporta informaci¨®n, pero no es conocimiento. A¨²n falta interpretar los matices de un genoma¡± (Karel van Wely, investigadora)
En la enfermedad y en la salud
Tener el genoma secuenciado puede orientar al m¨¦dico sobre cu¨¢les son los puntos d¨¦biles, incluso si no tiene ning¨²n problema de salud: a qu¨¦ podemos ser m¨¢s propensos y por tanto, en qu¨¦ aspectos deber¨ªamos cuidarnos m¨¢s. Pero, atenci¨®n. El investigador Karel van Wely, del Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa del CSIC, advierte que ¡°una secuencia aporta informaci¨®n, pero no es conocimiento. Todav¨ªa no sabemos interpretar todos los matices de un genoma, falta mucho para eso¡±. S¨ª sirve, sin embargo, para esbozar un cuadro general a grandes rasgos. Al citado presentador de televisi¨®n, por ejemplo, le detectaron una tendencia a tener la sangre m¨¢s viscosa de lo habitual, lo que podr¨ªa provocarle, con mayor probabilidad, una trombosis, y que necesitar¨ªa tomar, en caso de accidente, alg¨²n anticoagulante. Le advirtieron, adem¨¢s, de un cierto riesgo a desarrollar tumores, por lo que le aconsejaron controles peri¨®dicos, y detectaron que ciertas enzimas que detoxifican el organismo no le funcionaban muy bien, por lo que es algo m¨¢s vulnerable a factores ambientales como el tabaco o la contaminaci¨®n. En su genoma, tambi¨¦n leyeron una predisposici¨®n a tener alto el colesterol malo y bajo el bueno; y que no le conviene tomar paracetamol porque inhibe una reacci¨®n qu¨ªmica que ¨¦l tiene ¡°en baja forma¡±. Los especialistas, tanto Flores como Laffon, est¨¢n de acuerdo en que conociendo estos rasgos generales se pueden proponer planes de envejecimiento saludable y programas integrales de prevenci¨®n de determinadas enfermedades, algunos de ellos basados en la dieta, que es lo que se conoce como nutrigen¨®mica. Pero estas pruebas a¨²n est¨¢n en pa?ales. ¡°Son incompletas [hay hasta 300 genes implicados en la obesidad y apenas se suelen analizar una decena] y a¨²n no ofrecen resultados fiables¡±, apostilla Juan Revenga, dietista-nutricionista y autor de Adelg¨¢zame, mi¨¦nteme (Ediciones B).
Con contadas excepciones, la terapia g¨¦nica se halla todav¨ªa en fase de ensayos y pruebas cl¨ªnicas. ¡°Despert¨® muchas expectativas hace veinte a?os, pero tras varios casos de muerte durante determinados ensayos, las empresas farmac¨¦uticas dieron un paso atr¨¢s¡±, observa el investigador Gabald¨®n. El primer tratamiento que se aprob¨® en el mundo data de 2003 y fue en China: Gendicine, para el c¨¢ncer de cabeza y cuello de ¨²tero. Sin embargo, Laffon deja claro en su libro que ¡°es de destacar que fue aprobado sin tener datos de la ¨²ltima fase de todo el ensayo cl¨ªnico est¨¢ndar¡±. Dos a?os despu¨¦s se aprob¨®, tambi¨¦n en China, el Oncorine, para el c¨¢ncer de nasofaringe. La Agencia Europea del Medicamento no aprob¨® ninguno hasta el 2012, cuando sali¨® al mercado Glybera, ¡°un vector viral modificado para que se pueda utilizar en el tratamiento de la deficiencia de lipoprote¨ªna lipasa, una prote¨ªna necesaria para descomponer la grasa de los alimentos y evitar que las part¨ªculas de grasa se acumulen en la sangre¡±, se explica en el libro. ¡°L¨®gicamente, todos los medicamentos o terapias deben pasar evaluaciones que confirmen su eficiencia y seguridad¡±, confirma Gabald¨®n. ¡°Primero se prueba in vitro, luego en animales y, por ¨²ltimo, en humanos. Todo el proceso conlleva varios a?os, entre 5 y 20 dependiendo del tipo de ensayos cl¨ªnicos¡±. En los ¨²ltimos tiempos, a?ade, se han centrado muchos esfuerzos en establecer formas m¨¢s seguras de hacer llegar el gen modificado a las c¨¦lulas da?adas. En EE UU, la Agencia del Medicamento (FDA) a¨²n no ha aprobado ning¨²n producto de terapia g¨¦nica para uso cl¨ªnico.
B¨²squese un buen psic¨®logo
?Qu¨¦ pasa si nos hacemos secuenciar el genoma y descubrimos que sufriremos una dolencia para la cual no existe remedio? Tal y como explica el catedr¨¢tico en Psicobiolog¨ªa de la Universidad de A Coru?a Eduardo P¨¢saro, coautor del libro Terapia G¨¦nica, esta es una cuesti¨®n importante a tener en cuenta, porque puede abocarnos a estados psicol¨®gicamente complejos. Miren si no la historia que narra P¨¢saro, basada en hechos reales: ¡°?Al fin conozco mi genoma!¡±, exclama alguien. ¡°Me ha costado 900 euros pero hoy puedo leer mi secuencia de nucle¨®tidos, lo m¨¢s secreto de mi ADN. Sin embargo, las noticias no son agradables: me acabo de enterar de que he heredado una secuencia del gen de la huntingtina, localizado en mi cromosoma 4, con un n¨²mero de copias excesivo y que en alg¨²n momento de mi vida desencadenar¨¢ el inicio de una enfermedad denominada Corea de Huntington [que implica desde cambios de comportamiento hasta movimientos anormales], para la que no existe terapia efectiva, y de la que dif¨ªcilmente se puede sobrevivir m¨¢s all¨¢ de los 48 a?os. Tengo 29 a?os y mi pregunta es ?y ahora qu¨¦?¡±.
As¨ª se sustituye un gen
?C¨®mo se env¨ªa un gen bueno al interior de los cromosomas de las c¨¦lulas da?adas, denominadas c¨¦lulas diana? Existen dos medios de transporte posibles. ¡°Uno es por transferencia viral. Es decir, utilizando un virus, que no es m¨¢s que un fragmento de ADN o ARN confinado en una c¨¢psula proteica que se incrusta en las c¨¦lulas para poder reproducirse, ya que no tienen metabolismo propio¡±, explica Laffon. Lo que se hace es modificar el genoma del virus para que introduzca los genes deseados (e impedirle que se reproduzca) para una determinada terapia g¨¦nica. ¡°El virus deposita su material gen¨¦tico en el n¨²cleo de las c¨¦lulas a las que infecta¡±, a?ade. ¡°La expresi¨®n de ese gen har¨¢ que se genere la prote¨ªna deseada para la terapia, la que el organismo no fabricaba por s¨ª mismo o lo hac¨ªa de manera err¨®nea¡±. Su elevada capacidad de transferencia hace que sea el m¨¦todo m¨¢s utilizado, aunque implica algunos riesgos. Entre ellos, que se transfiera tambi¨¦n el virus no modificado (y por tanto, pat¨®geno), que se modifiquen tambi¨¦n los genes buenos, que las c¨¦lulas reproductoras del paciente se vean afectadas o que se desencadenen procesos cancerosos. La segunda forma de transferir ese ej¨¦rcito de salvaci¨®n gen¨¦tico es mediante m¨¦todos f¨ªsico-qu¨ªmicos, es decir, f¨¢rmacos en los que el gen que se quiere introducir se integra en una mol¨¦cula de ADN. Esta v¨ªa tampoco est¨¢ exenta de contraindicaciones: la tasa de transferencia es mucho menor y muchos de ellos son muy ¨²tiles para tratamientos in vitro, pero no para ser aplicados directamente al paciente. En ambos m¨¦todos, los genes que se traspasan pueden o bien integrarse en el cromosoma y, por tanto, sus efectos pasar¨¢n a la descendencia de esa c¨¦lula, o bien actuar de forma externa, tambi¨¦n llamada forma epis¨®mica.
Esta situaci¨®n la vivi¨® la neuropsic¨®loga Nancy Wexler en 1983. Tras ser la primera persona que encontr¨® una t¨¦cnica para un diagn¨®stico precoz de la enfermedad de Huntignton (que padec¨ªan ella y su madre, que falleci¨® de esta dolencia), se plante¨® si era mejor conocer su propio destino o vivir en la duda el d¨ªa a d¨ªa. Afortunadamente, contin¨²a viva, dedicada por completo al estudio de esta enfermedad. Pero muchos otros no han tenido tanta suerte. La cuesti¨®n, como plantea P¨¢saro, es ciertamente un dilema de dif¨ªcil decisi¨®n por las implicaciones psicol¨®gicas que conlleva. Cuando no hay terapias efectivas, pero s¨ª diagn¨®sticos certeros, a?ade: ¡°La vida tiene unas connotaciones singulares y est¨¢ generalmente sometida a un mal control emocional que conlleva importantes efectos psicol¨®gicos. La edad y la personalidad de cada individuo son factores que modular¨¢n aspectos como las manifestaciones de negaci¨®n, miedo, formas de afrontar las cosas, ansiedad, depresi¨®n y otros rasgos psicopatol¨®gicos que sin duda aflorar¨¢n mientras el cron¨®metro cuenta hacia atr¨¢s¡±. La pol¨¦mica esta servida: ?deber¨ªa trasladarse el conocimiento de nuestra informaci¨®n gen¨¦tica cuando esos avances predictivos, ¨Cque no son para nada diagn¨®sticos de absoluta certeza¨C, no vayan en paralelo con terapias efectivas, o por el contrario, saber lo que nos puede deparar siempre es mejor que desconocerlo? Dif¨ªcil respuesta. Y usted¡ ?qu¨¦ opina?
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