Si est¨¢ nervioso, no haga crujir los huesos: 8 h¨¢bitos inconscientes no tan inofensivos como pensaba
Estos tics que parecen man¨ªas inocuas tienen consecuencias para dientes, piel y huesos
Muchos de nuestros vicios o man¨ªas los realizamos de forma inconsciente. Si pudi¨¦ramos elegir, probablemente no nos morder¨ªamos las u?as, nos tirar¨ªamos del pelo o nos meter¨ªamos constantemente los dedos en la nariz. Pero m¨¢s all¨¢ de lo antiest¨¦tico de ver a alguien hurg¨¢ndose las fosas nasales o de unas manos sin u?as, muchos de estos tics que relacionamos, a veces err¨®neamente, con un estado de estr¨¦s, pueden acarrear problemas para nuestra salud. Aqu¨ª algunas de las man¨ªas m¨¢s comunes y sus consecuencias. ?Cu¨¢l va a ser el primero que abandone?
Mordisquear objetos: da?os en el esmalte dental
L¨¢piz, bol¨ªgrafo, funda de tel¨¦fono, tap¨®n de la botella de agua, el cable de los cascos o el palito para remover el az¨²car del caf¨¦ de m¨¢quina. Necesita mordisquear algo, llevarse cualquier cosa a la boca y enganchar con los dientes. Se hace para calmar los nervios, pero tambi¨¦n es un gesto que muchas personas utilizan inconscientemente porque les sirve de ayuda para concentrarse. Los dientes est¨¢n dise?ados para masticar alimentos y utilizarlos para morder otros objetos hace que nuestra dentadura ejerza una presi¨®n que, con el tiempo, desplaza los dientes o incluso los rompe.
¡°El esmalte dental es el material m¨¢s duro del cuerpo humano, pero no es inmune al desgaste. No podemos evitar masticar alimentos, pero s¨ª morder o manipular con nuestros dientes objetos duros como l¨¢pices, botellas, caramelos duros e incluso abusar de los chicles, porque aunque estos facilitan la higiene oral y la producci¨®n de saliva, su uso continuado tambi¨¦n puede producir un desgaste excesivo que puede llegar a da?ar el esmalte¡±, se?alan desde la Sociedad Espa?ola de Periodoncia.
Morderse la boca y el interior de las mejillas: llagas e infecciones
No se trata de esas veces que nos hemos pegado un bocado en el labio o en el interior de nuestras mejillas accidentalmente, ya sea porque quer¨ªamos hablar y comer al mismo tiempo o porque ten¨ªamos la boca acartonada despu¨¦s de la visita al dentista; el h¨¢bito de morderse la piel a prop¨®sito existe y se llama dermatofagia. La psiquiatr¨ªa lo recoge dentro del apartado de control de impulsos, del mismo modo que morderse las u?as. Un trabajo del Centro de Dermatolog¨ªa de Seattle (EE UU), explica las razones que dan lugar a este vicio: ¡°Es una forma de responder al estr¨¦s, un m¨¦todo para liberarlo. Muchas personas con dermatofagia comienzan mordiendo sus l¨¢pices en el colegio y en alg¨²n momento de su vida comienzan a morder su piel. Otras muchas veces desarrollan este h¨¢bito como consecuencia de otro trastorno y hay algunas que llevan toda su vida haci¨¦ndolo sin que les ocasione el menor problema¡±. Eso s¨ª, los expertos advierten de que hay que tener cuidado con las llagas e infecciones que se pueden generar en la mucosa bucal en los casos m¨¢s graves, esos en los que a pesar de ser consciente del dolor y las heridas, no hay voluntad de ponerle freno.
Toquetearse la cara: cicatrices y ¨²lceras
Posiblemente no se d¨¦ ni cuenta, pero inmerso en un estado profundo de concentraci¨®n o evasi¨®n total, puede que se toque y pellizque la cara una y otra vez. Esto se agrava si tiene granitos, espinillas o costras que rascarse hasta arrancarlos. La Foundation for Body-Focused Repetitive Behaviors (EE UU) considera que el chronic skin picking, el t¨¦rmino utilizado en ingl¨¦s para pellizcarse la piel, se produce casi siempre cuando la persona est¨¢ ansiosa, tiene miedo, emoci¨®n o aburrimiento, siendo muy raros los casos que guardan conexi¨®n con otros trastornos f¨ªsicos o mentales, como un trastorno obsesivo-compulsivo, autismo o trastornos dermatol¨®gicos o de abuso de sustancias.
Constanza Bahillo, dermat¨®loga de la Academia Espa?ola de Dermatolog¨ªa y Venereolog¨ªa (AEDV), advierte de las consecuencias que tiene tocarse constantemente la cara: ¡°El h¨¢bito de manipular estas lesiones constantemente puede partir de una obsesi¨®n por tener una piel perfecta sin granillos ni heridas, pero precisamente se consigue el efecto contrario, ya que puede crear sobreinfecci¨®n, una mayor inflamaci¨®n, cicatrices e incluso ¨²lceras en los casos m¨¢s extremos¡±, detalla la especialista.
Hurgarse la nariz: hemorragias
Nos hurgamos la nariz. A pesar de ser una de las cosas que m¨¢s rechazo nos causa ver en otras personas, seg¨²n algunas encuestas, pocos nos salvamos de caer en esa tentaci¨®n, al parecer placentera. Incluso hay un t¨¦rmino m¨¦dico para ello: rinotilexis. Hace ya una d¨¦cada, los investigadores Trevor D. B. Thompson y James W. Jefferson publicaron un estudio en el Journal of Clinical Psichiatry para el que encuestaron a 1000 adultos: el 91% confes¨® hacerlo alguna vez al d¨ªa y un 1,2 % asegur¨® que se hurgaba menos una vez cada hora. Los cient¨ªficos concluyeron que este h¨¢bito no pod¨ªa considerarse patol¨®gico. Cinco a?os m¨¢s tarde, dos m¨¦dicos del Instituto Nacional de Salud Mental y Neurociencias de Bangalore (India), descubrieron que casi el 100% de los 200 adolescentes a los que preguntaron se met¨ªan el dedo en la nariz una media de 4 veces al d¨ªa. Lo hac¨ªan para rascarse o limpiar restos, pero el 12% admiti¨® hacerlo por placer.
Carlos Ram¨ªrez, otorrinolaring¨®logo del Hospital Vithas Nuestra Se?ora de Am¨¦rica de Madrid, nos cuenta que no es un h¨¢bito saludable. ¡°Lo normal es que el rascado provoque peque?as heridas en la nariz, que pueden dar lugar a hemorragias que, en ocasiones, requieren ser cauterizadas o taponadas. Pero tambi¨¦n estos cortes se pueden sobreinfectar, especialmente en la parte m¨¢s externa del vest¨ªbulo nasal (parte anterior e inferior de las fosas nasales), pudiendo provocar inflamaciones y enrojecimiento que precisan tratamiento antibi¨®tico¡±. En los casos m¨¢s compulsivos, ¡°pueden acabar generando una necrosis de la mucosa del tabique y al final una perforaci¨®n del mismo¡±.
Morderse las u?as: infecciones en dedos y boca
Es uno de los h¨¢bitos m¨¢s extendidos: una investigaci¨®n de la Universidad de Ciencias M¨¦dicas de Shiraz (Ir¨¢n) asegura que tres de cada 10 personas se muerden las u?as. Aunque solemos asociar este tic a un estado de nerviosismo, nadie ha podido confirmarlo. Por ejemplo, un estudio publicado en el 2015 en el Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry indicaba que el ¡°motor de la onicofagia (que es como se llama en medicina a este h¨¢bito) no es la ansiedad, sino el perfeccionismo¡±. Javier Correas Lauffer, jefe de Psiquiatr¨ªa del Hospital Universitario del Henares, Madrid, lo define como ¡°un trastorno del control de impulsos. En este tipo de conductas el individuo siente una sensaci¨®n placentera, aunque tambi¨¦n puede experimentar un alivio de tensi¨®n interna"
Por muy inofensivo que parezca, este h¨¢bito puede traer numerosas complicaciones. ¡°La piel que rodea la u?a puede inflamarse e infectarse, lo que puede provocar bastante dolor. Aunque es m¨¢s raro que suceda, tambi¨¦n se pueden producir quistes intra¨®seos e infecci¨®n del hueso. Sin olvidar que algunas personas que se muerden las u?as tambi¨¦n presentan en ellas manchas o bandas oscuras longitudinales y una mayor presencia de bacterias potencialmente pat¨®genas en su boca¡±, explica Jos¨¦ Dom¨ªnguez Au?¨®n, jefe de la Unidad de Dermatolog¨ªa del Hospital Universitario del Henares. Y los s¨ªntomas no est¨¢n localizados ¨²nicamente en las manos: este h¨¢bito puede conllevar infecciones intestinales, desgaste en el esmalte dental, alteraciones en la mand¨ªbula que pueden producir dolor y problemas al masticar, y lesiones en las enc¨ªas causantes de gingivitis o enfermedad periodontal.
Crujir los huesos: dolor cr¨®nico
Quienes lo hacen, aseguran que hacer sonar los huesos de las manos, del cuello o de la espalda, relaja mucho. ¡°El responsable del ruido no es ni el hueso, ni los tendones ni los ligamentos que rodean a la articulaci¨®n, sino un gas intraarticular. Las articulaciones est¨¢n rodeadas por una c¨¢psula sinovial con l¨ªquido y una cierta cantidad de aire cuya funci¨®n es la de lubricar las articulaciones para que nuestros huesos no se desgasten. Para provocar el chasquido, lo que hacemos es colocar la articulaci¨®n en una posici¨®n determinada para que el espacio entre los huesos aumente y tambi¨¦n el volumen de lesta c¨¢psula, creando una zona de baja presi¨®n que provoca que los gases salgan del l¨ªquido en forma de burbujas que estallan y son las que producen el crujido¡±, explica Jos¨¦ Santos, secretario del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Madrid.
Hay personas que lo hacen para relajar una tensi¨®n muscular que se han detectado puntualmente, pero es cierto que hay quien recurre a este gesto de manera reiterada para aliviar un estado de estr¨¦s generalizado. ¡°Es un problema y no porque, como err¨®neamente se piensa, estos estiramientos puedan producir una artrosis en el futuro, sino porque realmente as¨ª no est¨¢ atajando su verdadero problema: el estr¨¦s. Si la raz¨®n es aliviar el dolor articular, tampoco ayudar¨¢ a solucionarlo, ya que es el ejercicio y una buena dieta la que nos ayudar¨¢ a tener un buen tono muscular, que repartir¨¢ m¨¢s la tracci¨®n y compensaci¨®n que sufren las articulaciones, previniendo as¨ª la rigidez y el dolor¡±, matiza el experto. Adem¨¢s, a?ade, se ha demostrado que a la larga este chascar de huesos no desgasta el cart¨ªlago, dado que no hay roce ¨®seo entre ambas partes de la articulaci¨®n, pero s¨ª puede provocar una hiperexcitaci¨®n de las terminaciones nerviosas de la articulaci¨®n, una de las causas del dolor cr¨®nico.
Rechinar los dientes: dolor de cabeza y fracturas dentarias
Si suele apretar mucho sus dientes superiores contra los inferiores, o bien los hace rechinar al frotarlos unos contra otros, padece bruxismo. Seg¨²n un informe realizado por expertos del Hospital Ruber Dental de Madrid, m¨¢s de un 70% de la poblaci¨®n adulta padece este h¨¢bito del que existen dos tipos: uno que es involuntario e inconsciente, que tiene lugar mientras dormimos y otro que se produce mientras estamos despiertos y que est¨¢ m¨¢s relacionado, como as¨ª lo prueban muchos estudios cient¨ªficos al respecto, con el estr¨¦s psicol¨®gico y la ansiedad.
?scar Castro Reino, m¨¦dico estomat¨®logo y presidente del Consejo General de Dentistas de Espa?a, asegura que el bruxismo ¡°tambi¨¦n puede asociarse a una malposici¨®n dentaria, a alteraciones del sue?o y a determinados h¨¢bitos al dormir, como por ejemplo dormir de espalda. Las consecuencias son el desgaste del esmalte, algo que provoca una sensibilidad dentaria bastante dolorosa, y lleva a padecer dolores de cabeza, contracciones musculares a nivel cervical, dolor en la mand¨ªbula o fracturas en los dientes¡±
Tirarse del pelo: calvicie
Si usted enreda su cabello entre su dedo de manera habitual notar¨¢ que algunos pelos terminan cort¨¢ndose y consecuentemente se caen quedando atrapados en su mano. Es otra manera de liberar tensi¨®n que, en principio, no hay mayor problema que un cierto maltrato a la melena. Pero seg¨²n el Manual diagn¨®stico y estad¨ªstico de los trastornos mentales, hay un 4% de la poblaci¨®n mundial que lo hace compulsivamente y sin control, lo que se denomina tricotiloman¨ªa. Un estudio realizado por la Universidad de Duke (EE UU) y publicado en Nature, demostraba que no solo es un impulso llevado a cabo por personas obsesivas, sino que la mutaci¨®n de un gen que interviene en la formaci¨®n de las conexiones entre neuronas (el SLITKR1) tambi¨¦n pod¨ªa explicar el 5% de los casos.
Seg¨²n la web de ayuda e informaci¨®n sobre la tricotiloman¨ªa, nos solemos tirar m¨¢s de los pelos de la cabeza (75%), pero tambi¨¦n hay personas que se tiran de las pesta?as (53%), cejas (42%), pubis (17%), barba (10%) o pecho (3%). Los problemas capilares que provoca este h¨¢bito son evidentes, puesto que en los casos m¨¢s extremos da lugar a una calvicie parcial o total.
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