Un truco milimetrado para no levantarse de la siesta como un zombi
No basta con apagar la tele y bajar las persianas: b¨²squese un caf¨¦ y un cron¨®metro y conseguir¨¢ sentise como nuevo al despertar
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Una de las mejores cosas del fin de semana es que tenemos tiempo para echarnos la siesta. Esta siempre es buena, excepto cuando se usa para contrarrestar problemas de descanso nocturno. Un descanso (breve) es un m¨¦todo eficaz para cargar las pilas y tener energ¨ªa lo que resta del d¨ªa. El jefe de Servicio de Medicina Interna en el Hospital Sanitas CIMA, C¨¦sar Morcillo destaca los beneficiosos efectos sobre la salud de esta costumbre: "Reduce la presi¨®n arterial, disminuye el riesgo de accidentes cardiovasculares y aumenta la velocidad para resolver tareas". Sin embargo, no pocas veces ocurre que nos despertamos tarde y sumidos es una profunda pereza. Eso habr¨ªa cambiado si en vez de sucumbir a la siesta nos hubi¨¦ramos tomado un caf¨¦, pero este brebaje es incompatible con dormir¡, ?o no? Quiz¨¢ tenemos que empezar a desterrar la idea. La siesta y el caf¨¦ pueden tener un punto de confluencia.
Un estudio realizado por el psiquiatra David F. Dinges, de la Universidad de Pennsylvania (EE UU), demostr¨® que la cafe¨ªna era eficaz para rebajar la sensaci¨®n de estar groggy que muchas veces aparece despu¨¦s de una siesta. En los noventa, un estudio titulado Supression of sleepiness in drivers: combination of caffeine with a short nap, ("Supresi¨®n de la somnolencia en conductores: combinaci¨®n de cafe¨ªna con una breve siesta"), realizado por la Universidad de Loughborough (Reino Unido), concluy¨® que tomar una taza caf¨¦ justo antes de dormir por la tarde hace que, al despertar, nos sintamos mucho m¨¢s despejados, activos y productivos.
Su cuerpo le pide siesta (sea de donde sea)
Aunque le cueste creerlo, ni es un h¨¢bito propio de gente sin fuelle, ni el manido t¨®pico espa?ol que completa la folcl¨®rica terna junto a la paella y el sol. La siesta no es otra cosa que el mecanismo que tiene el cerebro para bajar unos grados su temperatura y as¨ª recuperar el estado ¨®ptimo para reemprender con energ¨ªa las tareas vespertinas.
Para Francisco Mora, profesor de Fisiolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid y coautor del libro The Hot Brain: Survival, Temperature, and the Human Body (Mit press), "la siesta es algo para lo que el hombre est¨¢ gen¨¦ticamente programado". El ser humano se caracteriza por ser homeotermo, es decir, por mantener su temperatura corporal dentro de unos l¨ªmites. Ahora bien, a lo largo del d¨ªa esa temperatura oscila y el organismo trata de controlarla de diversas maneras. Y, una de ellas es la siesta. As¨ª lo explica Mora: "Hacia las 4 de la ma?ana el cerebro comienza a funcionar y con ello, tambi¨¦n se inicia su calentamiento, que ser¨¢ continuado hasta las 2 de la tarde, aproximadamente. Llegado ese pico, el cerebro inicia un proceso de enfriamiento para poder retomar sus funciones en perfectas condiciones. Ese descanso del cerebro es la siesta".
El experimento llevado a cabo por los brit¨¢nicos consisti¨® en someter a doce personas (conductores) con signos de cansancio a tres tratamientos distintos. Un tercio de ellos se echaron una siesta, otro grupo tom¨® una taza de caf¨¦ (tipo americano, 200 mg de cafe¨ªna) o un placebo descafeinado, y el resto, combinaron el caf¨¦ y la siesta. Media hora m¨¢s tarde, todos ellos fueron invitados a manejar un simulador de conducci¨®n durante dos horas. El resultado no pudo ser m¨¢s sorprendente: los que menos errores cometieron fueron los que combinaron caf¨¦ y siesta.
Mejor juntos que por separado
Lo habitual es pensar que la ingesta de cafe¨ªna interfiere en la conciliaci¨®n del sue?o, y lo cierto es que s¨ª lo hace. Pero no de forma inmediata. Y este es el quid de la cuesti¨®n: debemos hacer coincidir el momento en que aparecen los primeros efectos excitantes de la cafe¨ªna con el final de la siesta. Para Sonia Montilla, neurofisi¨®loga cl¨ªnica del Servicio de Neurolog¨ªa y Neurofisiolog¨ªa Cl¨ªnica del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja (Madrid), "casi el 100% de la cafe¨ªna ingerida es r¨¢pidamente absorbida en el tubo digestivo, aumentando su concentraci¨®n en el plasma sangu¨ªneo a su nivel m¨¢ximo en unos 20 o 30 minutos".
Transcurrido ese per¨ªodo "aumentan de los niveles de alerta, se reduce la sensaci¨®n de cansancio y fatiga y se incrementa la capacidad de esfuerzo intelectual, al mismo tiempo que se mantiene el estado de vigilia a pesar de la privaci¨®n del sue?o", describe Montilla. As¨ª que la clave est¨¢ en activar la alarma del m¨®vil para que suene 20 minutos despu¨¦s del ¨²ltimo trago de caf¨¦. "Si entramos en la fase REM del sue?o, que comienza pasado ese per¨ªodo, la recuperaci¨®n ser¨¢ tan larga que ya no ser¨¢ posible disfrutar de una siesta higi¨¦nica", advierte Francisco Mora, profesor de Fisiolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid y autor del libro Cuando el cerebro juega con las ideas (Alianza Editorial).
Tambi¨¦n Morcillo limita a no m¨¢s de 25 minutos el tiempo que necesitamos para disfrutar del sue?o reparador de media tarde. Eso s¨ª, el doctor ampl¨ªa los requisitos de la siesta perfecta y los condiciona al cumplimiento de algunos factores m¨¢s como "escoger un lugar tranquilo, silencioso y con un ambiente agradable y evitar al m¨¢ximo los ruidos y la claridad".
Caf¨¦, s¨ª; jam¨®n, no
Una siesta saludable no solo exige una log¨ªstica como la que se?alan los expertos, tambi¨¦n se han de tener en cuenta ciertos aspectos nutricionales. Tanto lo que comemos como lo que bebemos puede contribuir o dificultar la conciliaci¨®n del sue?o: Morcillo aconseja "evitar alimentos como el jam¨®n, el queso, el beicon o el tomate, ya que contienen tiamina (sustancia que aumenta la liberaci¨®n de un estimulante cerebral) e ingerir, en su lugar, productos ricos en tript¨®fano (amino¨¢cido que favorece el sue?o), como son el yogur, la leche o el pl¨¢tano".
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