Dilema

No corren buenos tiempos para los Pujol, pero las palabras que el patriarca de la familia pronunci¨® hace unos d¨ªas ante un grupo de j¨®venes, en un restaurante de Barcelona, marcan un hito en su desgracia. El anta?o Muy Honorable presidente de la Generalitat, ha pretendido reivindicarse como h¨¦roe nacional por un procedimiento muy poco heroico, dejando que se graben, como de tapadillo, unas declaraciones que no se atreve a hacer p¨²blicas. Dice que hizo un pacto con Mas para cargar con todas las culpas y exonerar as¨ª a Converg¨¨ncia, pero esa confesi¨®n no le enaltece, porque no altera los saldos de las cuentas corrientes de su familia. Sus vaticinios sobre la ruina de Mas, y la irremediable ca¨ªda del partido que fund¨® y al que nunca habr¨ªa querido ver con otro nombre, adquieren una especial relevancia cuando se asocian con el dorado futuro que asigna a ERC y, sobre todo, a Oriol Junqueras, destinado en su opini¨®n a ser el pr¨®ximo presidente de la Generalitat. Tal vez no resulte muy aventurado interpretar que este ¨²ltimo pron¨®stico proyecta sombras oscuras, largas como cuchillos, sobre el proceso soberanista, ¨ªntimamente ligado hasta ahora a las presidencias de Mas y Puigdemont. Siguiendo siempre las previsiones de Pujol, podr¨ªa llegar un momento en el que Junqueras tuviera que afrontar un dilema peliagudo, porque la permanencia de Catalu?a en Espa?a le garantizar¨ªa un acceso c¨®modo y seguro al poder, mientras que la fundaci¨®n del nuevo Estado independiente que tanto ¨¦l como Esquerra han defendido con m¨¢s contundencia, y desde mucho antes que el Partido Dem¨®crata Catal¨¢n, podr¨ªa obligarle no s¨®lo a compartir el poder, sino a resucitar a un competidor que agoniza en su lecho de muerte. Ser o no ser, dec¨ªa Hamlet.