Internet sue?a con los humanos del futuro
Un documental de Werner Herzog desmenuza la relaci¨®n de la humanidad con la red
Eran las diez y media de la noche del 29 de octubre de 1969 cuando se inici¨® una nueva era. Anotada a mano por el pionero Leonard Kleinrock (que hoy tiene 82 a?os) en un cuaderno de la Universidad de California en Los ?ngeles: "Hablado con Stanford. De servidor a servidor". El primer mensaje en internet deb¨ªa ser log (de log in, entrar al sistema en ingl¨¦s) pero uno de los ordenadores (literalmente, tan feo como una nevera por detr¨¢s) se colg¨® y no lleg¨® la g. "Lo", el primer mensaje, da t¨ªtulo al documental Lo and behold, en el que el influyente director alem¨¢n Werner Herzog destripa en numerosas entrevistas las realidades, los problemas y el futuro de internet. Es decir, de la humanidad.
Lo and behold (2016)

Del director alem¨¢n Werner Herzog, se estren¨® mundialmente en 2016. Dura 98 minutos y se puede ver en Espa?a en Netflix. Otras opciones, en su web oficial.
"Si piensa en las predicciones que se han hecho en el pasado, siempre pasan por alto lo importante. La mayor¨ªa de la ciencia-ficci¨®n ha pasado por alto lo m¨¢s importante del mundo actual, que es internet", indica en el filme el f¨ªsico te¨®rico Lawrence Krauss, que como presidente del Bolet¨ªn de Cient¨ªficos At¨®micos nos acaba de advertir de que el mundo est¨¢ m¨¢s cerca de su fin por culpa de Donald Trump. El futuro nos promet¨ªa muchas cosas, pero trajo algo extraordinariamente m¨¢s revolucionario que coches voladores y robots mayordomo: internet. La red est¨¢ en todo y adem¨¢s de adentrarse en su historia, su logros y sus futuribles maravillas, Herzog lo aprovecha para explotar su olfato de antrop¨®logo al poner el foco en las personas y c¨®mo les afecta esta revoluci¨®n.
"Todos est¨¢n con sus tel¨¦fonos inteligentes. ?Han dejado de meditar los monjes? ?Ya no rezan? Todos parecen estar tuiteando". Quiz¨¢ esta broma visual, en la que vemos un grupo de monjes interactuando en silencio con sus m¨®viles, sea uno de los momentos m¨¢s vistosos de la pel¨ªcula. Lo m¨¢s parecido a esa expresi¨®n popular de "como a un Cristo dos pistolas", es otra llamativa paradoja visual, la suma de dos s¨ªmbolos que parecen representar conceptos contrapuestos: meditaci¨®n frente inmediatez, trascendencia frente a banalidad, vida interior frente a conexi¨®n global, lo elevado frente a lo mundano. Pero precisamente eso es algo que parece discutir Herzog en su pel¨ªcula, al mostrar la trascendencia, lo espiritual, c¨®mo los humanos ya somos otra cosa gracias a?¡ªo por culpa de¡ª este invento formidable.
"La mayor¨ªa de la ciencia-ficci¨®n ha pasado por alto lo m¨¢s importante del mundo actual, que es internet", dice Krauss
No son solo los monjes. Kleinrock nos muestra la sala desde donde se envi¨® aquel primer mensaje se?al¨¢ndolo como "un lugar sagrado". Una madre atormentada explica que la red es "el anticristo", despu¨¦s de que salvajes an¨®nimos torturaran a su familia envi¨¢ndoles fotos?¡ªy frases terribles¡ª de su hija descuartizada en un accidente de coche. Se nos narra un origen id¨ªlico en el que los primeros ap¨®stoles de internet se conoc¨ªan por el nombre y nadie tem¨ªa que alguien de la comunidad quisiera enviar spam o virus a otros miembros.
Est¨¢n los cismas en el credo, como Ted Nelson, que invent¨® el hipertexto para que fuera otra cosa y su idea termin¨® fracasando. Los grandes gur¨²s que nos venden la vida futura, como Elon Musk con sus viajes a Marte. Los peque?os evangelizadores, como el joven ingeniero que confiesa sentir algo especial por Robot 8, la m¨¢quina que le hace ganar todos los torneos de robof¨²tbol con la porter¨ªa a cero. Los profetas que auguran la llegada del apocalipsis, como Krauss, que no deja de vaticinar situaciones inquietantes mientras repite que no hay que fiarse de quienes lo hacen. Y las v¨ªctimas de la secta, j¨®venes atormentados por su adicci¨®n al juego y la pornograf¨ªa online, o esa se?ora que llora ante la c¨¢mara convencida de que el WiFi la enferma. Herzog ya hab¨ªa retratado en 2013 a otro tipo de v¨ªctimas en su espeluznante From One Second to the Next: las de los accidentes de tr¨¢fico provocados por ir tecleando en el m¨®vil al volante.?
"?Sue?a internet consigo mismo?"
"El cambio m¨¢s importante del mundo, que afect¨® a las vidas de todos, fue la aparici¨®n de internet. Supuso muchas decisiones importantes como la privacidad, la seguridad, el mercado laboral... Pero yo nunca he votado sobre internet, nunca fue un tema importante en ningunas elecciones", explicaba hace poco el historiador Yuval Noah Harari, que acaba de publicar Homo Deus. Harari lo dijo durante su entrevista en el imprescindible programa de I?aki Gabilondo (Cuando ya no est¨¦) en la que anunciaba?las tecnorreligiones que nacen en Silicon Valley. No parece casual que reflexiones como las del documental de Herzog y el libro de Harari coincidan en el tiempo.
Herzog busca los silencios de sus entrevistados cuando piensan en c¨®mo responder a su pregunta: "?Sue?a internet consigo mismo?"
La pel¨ªcula tiene un formato impresionista, saltando de entrevista en entrevista, de la ciberseguridad a la inteligencia artificial, con la inconfundible voz de Herzog como ¨²nico hilo conductor, que todo lo escruta desde detr¨¢s de la c¨¢mara. El alem¨¢n, de 74 a?os y sin tel¨¦fono m¨®vil, muestra gran empat¨ªa por todos sus entrevistados, pero especialmente por las vidas de los personajes an¨®nimos. Se agradece, no obstante, que muestre las contradicciones de los expertos. Como cuando una l¨²cida astrof¨ªsica, Lucianne Walkowicz, tumba en pocas pero bell¨ªsimas frases las enso?aciones marcianas de Musk (este hombre que lo mismo asesora a Trump, promete salvar a la humanidad viajando entre planetas o se le antoja construir una autopista subterr¨¢nea sin pedir permiso). Herzog deber¨ªa retratar a fondo a Musk, a quien se le atisban en la pel¨ªcula las costuras como futurible y ultratecnol¨®gico Fitzcarraldo, cambiando la Amazon¨ªa por el espacio.
En esta colecci¨®n de seres humanos interesantes se echa en falta, quiz¨¢, lo m¨¢s trascendental. El 99% de la gente, los que no somos gur¨²s ni frikis; el d¨ªa a d¨ªa de una herramienta, internet, saturada por emails de curro, gifs de humor, series online, cibersexo y v¨ªdeos de gatitos. Al director le interesa m¨¢s buscar los silencios de sus entrevistados cuando piensan en c¨®mo responder a su pregunta: "?Sue?a internet consigo mismo?". Herzog dibuja muchos de los monstruos que produce ese sue?o, pero sin duda prefiere quedarse con un grupo de vecinos que toca el banjo al atardecer, en un pueblo en el que no tienen conexi¨®n de ning¨²n tipo para respetar la sensibilidad de los radiotelescopios. Un santuario anal¨®gico a la sombra de la vanguardia tecnol¨®gica. El otro ya nos lo hab¨ªa mostrado en su reciente documental sobre volcanes, en Corea del Norte. En una entrevista, Herzog nos advert¨ªa: "Podr¨ªa pasar que alg¨²n gobierno radical tumbara internet y dejara solo accesible contenido de la Biblia. Es posible y mejor que nos mantengamos alerta".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
