Pegamento
Ni el ¨¦xito ni el fracaso aseguran la unidad y la convivencia en el seno de los partidos
Todos los grupos musicales a partir de su segundo o tercer ¨¦xito empiezan a desintegrarse por problemas de protagonismo; muchos acaban por desaparecer y los que siguen juntos lo hacen ya con graves da?os en su seno. Lo mismo pasa con las revistas literarias, con las asociaciones de aficionados al alpinismo o a los toros, con las de defensa de la naturaleza o del patrimonio, con los partidos pol¨ªticos y hasta con las oeneg¨¦s. Podemos es un ejemplo claro estos d¨ªas de ello, con sus l¨ªderes asaltando, en lugar de los cielos que se promet¨ªan, las posiciones de sus compa?eros. En eso ya no se distinguen en nada de los partidos viejos a los que tanto denuestan.
Pero el fracaso tampoco asegura la estabilidad interna. Al contrario, como cantaba El ?ltimo de la Fila ¡ªuno de esos tantos grupos que murieron de ¨¦xito y felicidad¡ª, cuando la pobreza entra por la puerta el amor sale por la ventana y ah¨ª est¨¢ el Partido Socialista Obrero Espa?ol para demostrarlo. Mientras mantuvo el poder todo eran adhesiones a sus l¨ªderes y unidad ante el enemigo externo, pero en el momento en el que lo perdi¨® el indisoluble grupo se volvi¨® una manada de lobos hambrientos que comenzaron a despedazarse unos a otros hasta terminar por devorar al jefe. A partir de ah¨ª lo que queda es un ej¨¦rcito de facciones resentidas y dispuestas a atacarse nuevamente a la menor oportunidad que se les presente.
Si ni el ¨¦xito ni el fracaso aseguran, pues, la unidad y la convivencia en el seno de los partidos, ?qu¨¦ es lo que puede garantizarlas? Es decir: ?cu¨¢l es el pegamento m¨¢gico capaz de unir todas las partes de un todo, sea este material o espiritual, como es un grupo de personas? Ezra Pound, en un maravilloso ensayo sobre su pa¨ªs (Patria m¨ªa), opinaba ¡ªcontra la creencia general de que a los estadounidenses nos les une nada, teniendo or¨ªgenes y religiones tan diferentes¡ª que a estos les amalgama lo que m¨¢s une a los hombres, que es la ambici¨®n, pero, visto que esta lleva en su interior tambi¨¦n un elemento disgregador como los hechos demuestran, hay que convenir que con la ambici¨®n no basta, que tiene que haber algo m¨¢s que pegue y haga convivir las ambiciones de todo un grupo de personas. Y, mirando al Partido Popular, cuya barcaza ha sobrevivido a galernas y a tsunamis que nadie imaginar¨ªa que resistiera, convendremos en que ese pegamento que todos buscan para sus partidos tiene un nombre inequ¨ªvoco: el poder. Mientras lo tengas ser¨¢s respetado, como Rajoy bien sabe por experiencia desde que era registrador de la propiedad en un pueblo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.