Penes de pl¨¢stico en la cabeza, lo ¨²ltimo en arte urbano
Desde Berl¨ªn, el barcelon¨¦s RallitoX, desaf¨ªa las convenciones sociales con collages y mensajes del tipo "Soy un unicornio"
Hace unos meses recib¨ª uno de esos habituales correos electr¨®nicos de la red social laboral por antonomasia, LinkedIn, en la que alguien, bajo la categor¨ªa artista, me invitaba a estar conectados. Era RallitoX, al que muchos, hace unos a?os, se empe?aron en llamar el Banksy espa?ol por esa mala costumbre de buscar semejanzas internacionales. Acept¨¦ la propuesta de este controvertido artista barcelon¨¦s e, inmediatamente, me alert¨® la duda de c¨®mo un antiguo grafitero, reciclado hoy en uno de los creadores de performances urbanas m¨¢s destacados de Europa, buscaba trabajo a trav¨¦s de una plataforma habitual del marketing o las finanzas. ?Ser¨ªa una buena herramienta para exponer? "La prob¨¦ un d¨ªa por curiosidad, pero la verdad es que LinkedIn, al igual que muchas otras redes sociales, se me escapa un poco", cuenta RallitoX, que ahora reside en Berl¨ªn. ?l es m¨¢s de Instagram (@rallitox), una red que utiliza para mostrar sus universos repletos de penes en la cabeza, cruces y collages demonizados que le han hecho famoso. "Que las redes sociales est¨¦n en manos de unos pocos y sean sometidas a su propia censura es un reto para todos aquellos que queremos hacer llegar a un amplio p¨²blico nuestro trabajo", a?ade el artista que, por los iconos sexuales que utiliza, en m¨¢s de una ocasi¨®n ha sufrido la denuncia.
La obra de RallitoX ya forma parte del patrimonio de muchos coleccionistas j¨®venes de arte de Espa?a y ha sido expuesta en galer¨ªas de Suiza, Chile, Madrid, Barcelona o Berl¨ªn. Siempre con la recurrente iconograf¨ªa f¨¢lica: "?C¨®mo puede ser que un ¨®rgano que tiene cerca de la mitad de la humanidad sea considerado de mal gusto? Utilizar el pene en mi trabajo siempre me pareci¨® un filtro para que aquellas personas que coleccionan o apoyan mi obra no lo hagan por razones puramente est¨¦ticas, sino por apoyar el mensaje que lo sustenta". Lo cierto es que lo que comenz¨® siendo un acto de protesta, ahora es un recurso gr¨¢fico que le identifica. "No lo veo como un gesto reivindicativo, dibujo penes y cruces porque si no lo hiciera, el planeta explotar¨ªa; el absurdo es la ¨²nica herramienta real de la que disponemos para poder desestabilizar un mundo controlado por las mentes racionales y estructuradas", sentencia.
"El absurdo sirve para desestabilizar un mundo controlado por lo racional"
Los hombres pegatinas
El absurdo del que habla RallitoX tambi¨¦n le ha llevado a realizar diferentes performances urbanas que, incluso, peri¨®dicos como el alem¨¢n Bild han recogido en sus p¨¢ginas. Su acci¨®n m¨¢s conocida, Human sticker, se convirti¨® en viral en 2015. En ella, fijaba a modo de pegatinas a diferentes personas en las paredes de la ciudad, ataviadas con penes de pl¨¢stico en la cabeza y mensajes del tipo "Soy un unicornio". "Yo concibo mis performances como una forma de extender el arte generando situaciones absurdas en un mundo en el que todo est¨¢ excesivamente reglamentado. Cuando realizo acciones en el espacio p¨²blico, la pregunta que m¨¢s se repite es '?por qu¨¦?'. El ciudadano de a pie no est¨¢ acostumbrado a que se hagan cosas sin que haya una justificaci¨®n para ello, pero si les respondes que se trata de arte, parece como si respiraran aliviados", a?ade.
Estas acciones espont¨¢neas han llevado al artista a ponerse en el punto de mira de muchas galer¨ªas y festivales de arte urbano, una frontera que muchos compa?eros del arte en la calle creen que no deber¨ªa cruzarse: "Yo no veo ninguna l¨ªnea entre arte urbano y galer¨ªa, cada cual que haga lo que sienta; hay cosas m¨¢s importantes de las que ocuparse ahora mismo; el planeta se va a pique y como no reaccionemos pronto, ser¨¢ ya tarde". La iconograf¨ªa de RallitoX, que en ciertas ocasiones utiliza el apellido De la Fe, tambi¨¦n vio la luz en un libro cercano al c¨®mic, Manipulated society (2011), en el que se asegura que estamos "apollardados" en nuestra sociedad. Distintos proyectos, unos con los que acrecentar el discurso art¨ªstico, otros el Excell de gastos dom¨¦sticos, pero todos con el mismo mensaje: "Seguimos viviendo en el p¨¦ndulo eterno de izquierdas o derechas. Quiz¨¢ ser¨ªa el momento de plantearse que el pueblo podr¨ªa hacer uso del arte para cambiar el rumbo de las cosas". ?Pong¨¢monos pollas en la cabeza!
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.