¡°En Guatemala te cruzas con la muerte en cada esquina¡±
La activista narra el coste de ser feminista en la regi¨®n m¨¢s violenta del mundo: Centroam¨¦rica
¡°Las mujeres en Guatemala debemos pasar de ser v¨ªctimas a agentes de cambio, porque otro pa¨ªs es posible¡±. Andrea Carrillo Samayoa (Guatemala, 1979) lleva 18 a?os ligada al movimiento feminista de su pa¨ªs y en especial a la asociaci¨®n La Cuerda con el prop¨®sito firme de cambiar la realidad de su pa¨ªs, que cerr¨® el 2016 con m¨¢s de 950 asesinatos de mujeres a manos de sus maridos, de los cuales tan s¨®lo un 5% han sido juzgados. ¡°Mi madre me ense?¨® a vivir con la ilusi¨®n de que era posible otra vida sin temer morir cada d¨ªa, sin que nadie te toque el culo por la calle, ni tengas que o¨ªr barbaridades en cada esquina¡±. Su madre le descubri¨® La Cuerda y La Cuerda, el feminismo: la herramienta con la que lucha ahora tambi¨¦n por evitar m¨¢s violencia como la que acab¨® con la vida de su madre hace dos a?os a manos de un guardia de seguridad. ¡°Y esta lucha cansa e incluso agota pero me niego a que nadie m¨¢s la sufra¡±.
Carrillo ten¨ªa 19 a?os cuando se apunt¨® como voluntaria en La Cuerda a cambio de que su madre le dejara irse de viaje a Cuba con sus compa?eras de universidad. A esos tres primeros meses de voluntariado le han seguido toda una vida. ¡°Descubr¨ª otro mundo: conoc¨ª gente nueva, comenc¨¦ a leer y fue todo un chispazo de luz en mi vida¡±.
Ahora es integrante de la producci¨®n editorial y parte de la mesa de redacci¨®n del peri¨®dico que edita cada mes la asociaci¨®n y a trav¨¦s del cual viaje por Europa impartiendo talleres de escritura feminista ¡°para trasmitir nuevos chispazos¡±. En enero visit¨® Bilbao y C¨®rdoba. ¡°En cuanto viajo, no dejo de comprobar que existe la posibilidad de vivir sin miedo, de pasear por la calle sin el temor de que te roben a punta de pistola y quiero esta realidad tambi¨¦n para mi pa¨ªs¡±.
En Guatemala debemos pasar de v¨ªctimas a agentes de cambio para transformar el pa¨ªs
Hace dos a?os, el 3 de julio de 2014, habl¨® por ¨²ltima vez con su madre. ¡°Le colgu¨¦ el tel¨¦fono porque no quer¨ªa que fuera por la calle ense?ando el celular. Ella me dijo que entraba en una farmacia, que era territorio seguro¡±. Nunca m¨¢s volvi¨® a hablar con ella. En el interior de la farmacia, la persona encargada de la seguridad le dispar¨®. El asesino sufr¨ªa una severa enfermedad mental y contaba con antecedentes penales por haber matado a?os antes a un compa?ero de trabajo. ¡°A pesar de todo, le hab¨ªan contratado y le hab¨ªan entregado un arma¡±. Carrillo se encuentra ahora en un proceso penal contra el Estado por no preservar la seguridad en el pa¨ªs y contra la empresa de seguridad por no cumplir las leyes. ¡°No quiero que nadie m¨¢s muera de forma gratuita y que nadie pase por el sufrimiento que he vivido¡±.
Seguridad con justicia, no con armas
En concreto, Carrillo pide una disculpa p¨²blica de la empresa y del Gobierno en tres peri¨®dicos nacionales diferentes, la creaci¨®n de una defensor¨ªa p¨²blica ante las empresas de seguridad privada para que los ciudadanos puedan presentar sus demandas y tambi¨¦n los profesionales del sector que ¡°sufren condiciones inhumanas¡± y la puesta en marcha de una fundaci¨®n con el nombre de su madre, Patricia Somayoa, para impulsar el trabajo contra la violencia que sufren las mujeres, al ser la funci¨®n que desempe?aba ella en la Municipalidad de la ciudad de Guatemala. Tambi¨¦n exige otras medidas informativas para que todas las personas conozcan sus derechos ante los abusos de las empresas de seguridad. ¡°En esta pa¨ªs existen las leyes pero nadie las cumple. Falta voluntad pol¨ªtica y para eso estamos las personas activistas para exigir que se pongan en marcha¡±.
Por desgracia, la situaci¨®n de Carrillo es com¨²n en Guatemala que, junto a El Salvador, lidera la clasificaci¨®n de los pa¨ªses m¨¢s violentos del mundo, con m¨¢s de 15 homicidios diarios en un poblaci¨®n de no m¨¢s de 16 millones de habitantes. ¡°Existe un desprecio total por la vida de las personas. Tenemos que seguir luchando hasta conseguir cambiarlo¡±. Carrillo lo ten¨ªa claro antes de que sufriera de una manera tan directa la violencia y ahora no puede dejar de sumar personas a su causa: ¡°En la vida no podemos quedarnos a esperar a que las cosas sucedan, debemos dar un paso al frente y provocar los cambios¡±.
De todos modos, reconoce que estos dos ¨²ltimos a?os no han sido f¨¢ciles para ella. Tuvo la tentaci¨®n de marcharse, de dejarlo todo y vivir en un lugar con paz. ¡°No podr¨ªa vivir sin haberlo intentado de nuevo. Toca poner en pr¨¢ctica lo que tanto hab¨ªa pedido antes a las mujeres y a la sociedad en general: pasar de ser v¨ªctima a mujer empoderada, luchadora y aprender de lo que hemos vivido para que las cosas cambien¡±. Su mensaje llega con fuerza, sus textos tambi¨¦n y sus talleres por Europa se llenan de personas que desean provocar cambios.
Queremos conseguir la paz con seguridad, no con armas
¡°Es cierto, en Europa viv¨ªs muy bien, pero tambi¨¦n lo es que hab¨¦is renunciado a luchar por que todos podamos vivir igual de bien que vosotros. Nuestros problemas ya no os interesan. Y deb¨¦is ser conscientes de que vuestra calidad de vida es en parte por el desequilibrio de nuestros pa¨ªses¡±. Ya nadie le calla.
Tambi¨¦n es consciente de las ra¨ªces de tanta violencia en Guatemala pasan por los 36 a?os de conflicto que sufri¨® el pa¨ªs y que dieron lugar a unos acuerdos de paz que todav¨ªa deben madurar en una cultura de paz y entendimiento real. ¡°El pasado ha marcado a todo el mundo: unos siguen en lucha, otros contin¨²an temerosos de sufrir represalias si denuncian aquello que no les gusta¡±. En esta incertidumbre ha encontrado un caldo de cultivo id¨®neo para expandirse el crimen organizado, el narcotr¨¢fico, la corrupci¨®n en la pol¨ªtica y en la polic¨ªa, la cultura sanguinaria de las pandillas juveniles¡
¡°Necesitamos m¨¢s salud mental: hablar de lo que hemos vivido, encontrar m¨¢s puntos en com¨²n entre todos y conseguir m¨¢s espacios para vivir en paz¡±. Carrillo no comprende que no existan m¨¢s parques en su ciudad, m¨¢s espacios verdes, m¨¢s propuestas culturales sin tener que pagar por ellas, ni m¨¢s escuelas de calidad o centros de salud repartidos por todo el pa¨ªs. ¡°Estamos enfermos de tanta violencia y necesitamos m¨¢s lugares de entendimiento¡±.
Y eso es lo que busca la publicaci¨®n mensual La Cuerda: crear un espacio para la reflexi¨®n para inspirar nuevas ideas y compartir experiencias de cambio. ¡°Miradas feministas de la realidad¡±, reza el lema del peri¨®dico y una mirada apasionada es la que proyectan los dos ojos negros de Carrillo como si viera ya por ellos los problemas resueltos y te invitara a sumarte al cambio.
As¨ª que lejos de renunciar a luchar por otra Guatemala, Carrillo ha ido incorporando nuevas causas a trav¨¦s de su activismo feminista y lejos de transmitir soledad en este empe?o se esfuerza en remarcar que en su pa¨ªs, en su regi¨®n, los agentes de cambio son mayor¨ªa. ¡°Guatemala est¨¢ llena de vida, de personas inconformistas y de una naturaleza impresionante que nos recuerda que debemos luchar por una vida en armon¨ªa¡±. Y as¨ª termina sus talleres y as¨ª termina la entrevista con un chispazo de optimismo: ¡°En Guatemala debe ser posible vivir en paz: el cambio pasar por dejar de ser v¨ªctimas y convertirnos todos en agentes del cambio¡±.
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