La ayuda para el desarrollo de ?frica subsahariana, bajo la lupa
El debate sobre la eficacia de la Ayuda Oficial al Desarrollo en el continente polariza las voces de los expertos. ?Habr¨ªa que erradicarla o hay que ir hacia un cambio de modelo?
Es un hecho: ?frica ha experimentado un enorme desarrollo desde que sus pa¨ªses tomaron hace m¨¢s ya de medio siglo el camino a la independencia. Fij¨¦monos primero en los grandes datos. Estos indican que, en general, la esperanza de vida ha aumentado en 9,4 a?os en la ¨²ltima d¨¦cada; que los casos de malaria han disminuido un 42% desde el 2000 y que las infecciones de VIH entre los ni?os han ca¨ªdo un 50% desde 2010. Adem¨¢s, la educaci¨®n prospera: las tasas brutas de matriculaciones en primaria son hoy las m¨¢s altas de la historia, han pasado del 54% en 1970 al 98% en 2014.
Sin embargo, bajando poco a poco al detalle, 34 millones de ni?os de entre seis y 11 a?os y, al menos, la mitad de los j¨®venes africanos entre 15 y 17, no est¨¢n escolarizados. Ellas, las ni?as, son las m¨¢s perjudicadas en este terreno, sobre todo en ?frica Occidental, donde existe una disparidad de g¨¦nero del 50%. En materia de salud, los menores de cinco a?os tienen 14 veces m¨¢s probabilidades de morir que los de las regiones desarrolladas. Y, para colmo, siete de los diez pa¨ªses m¨¢s desiguales del mundo se encuentran en el continente. Adem¨¢s, cuando parec¨ªa que todo era crecer y crecer, la regi¨®n ha sufrido una brusca ca¨ªda desde el 3,4% en 2015 al 1,4% en 2016, seg¨²n el FMI. Y el tan aclamado ascenso de la clase media parece evaporarse, representando apenas un flaco 6,2% de la poblaci¨®n africana.
Se estima, adem¨¢s, que cada a?o unos 50.000 millones de d¨®lares se pierden en todo el continente por culpa de la corrupci¨®n, provocando el desaliento de muchos donantes, que ya cortaron grifos de la ayuda en 2016. Con todo, el desarrollo, la justicia o la igualdad conseguidas gracias, en parte, a las contribuciones internacionales al continente entran en cuarentena. La cuesti¨®n es: ?est¨¢ siendo realmente eficaz la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) en ?frica Subsahariana?
La opini¨®n de los expertos
La percepci¨®n de los efectos de la AOD en ?frica es un tema controvertido que divide a la literatura existente entre dos tendencias. Por un lado, la visi¨®n m¨¢s contraria a la AOD sostiene que ha sido inefectiva, e incluso da?ina, como herramienta para promover la prosperidad en el mundo en v¨ªas de desarrollo, y que no ha conseguido acabar con el hambre, la pobreza, las desigualdades o el desempleo. Para los cr¨ªticos, la AOD condiciona ideolog¨ªas afines a las de los Estados donantes, generando dependencias y convirtiendo lo que deber¨ªa ser una herramienta humanitaria en un mero instrumento de la pol¨ªtica exterior. Seg¨²n este modo de entender la ayuda, la condicionalidad se convierte en compa?era de viaje del neoliberalismo, abriendo la puerta a empresas privadas de Europa, Estados Unidos o China, en detrimento de las exportaciones africanas. De hecho, estas apenas representan un 2% de las exportaciones mundiales globales.
Los 5 pa¨ªses africanos que m¨¢s ayuda reciben
Principales receptores en 2015 | Cantidad en millones de d¨®lares |
Etiop¨ªa |
1.854,57 |
Kenia |
1.505,56 |
Tanzania |
1.444,68 |
Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo |
1.410,48 |
Nigeria |
1.123,77 |
Fuente: OCDE, mayor donante para el ?frica subsahariana. Mand¨® un total de 24.000 millones de d¨®lares en 2015. |
¡°Con la ayuda se condiciona al buen gobierno en los pa¨ªses receptores y a la liberalizaci¨®n comercial en sectores estrat¨¦gicos como energ¨ªa y telecomunicaciones, que a menudo se esconden bajo el disfraz de la sostenibilidad ambiental¡±, critica el miembro del Grupo de Estudios Africanos de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, Juan ?lvarez Cobelas, una de las voces anti-AOD de la escuela africanista espa?ola.
Ayuda china
China se ha convertido en el segundo mayor contribuyente de ayuda a los pa¨ªses del ?frica subsahariana por detr¨¢s de Estados Unidos. A pesar de que el concepto de AOD es distinto hasta hoy del considerado por la OCDE, China, a diferencia de los donantes occidentales, tiene como principales depositarios y socios comerciales en ?frica subsahariana los siguientes pa¨ªses:
- Camer¨²n
- Guinea Ecuatorial
- Seychelles
- Mauricio
- Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo
Los cinco mayores donantes para ?frica subsahariana
Estados Unidos ha sido el mayor donante de AOD para ?frica Subsahariana del per¨ªodo registrado del a?o 2000 al 2013, seg¨²n datos de la OCDE.
Donantes | Cantidad en millones de d¨®lares |
Estados Unidos | 104.812 |
China | 94.310 |
Instituciones de la Uni¨®n Europea | 84.877 |
Francia | 74.238 |
Inglaterra | 43.450 |
En la misma l¨ªnea de pensamiento, en su estudio Cuando la Ayuda es el problema. Hay otro camino para ?frica (2011), la economista zambiana Dambisa Moyo hace una cr¨ªtica ac¨¦rrima al papel de la AOD. En el libro, desarrolla la tesis de que cualquier tipo de ayuda fomenta la corrupci¨®n y provoca guerras civiles, y aboga por promover el comercio como motor de crecimiento econ¨®mico para evitar as¨ª depender de los pa¨ªses donantes. Pero, ?c¨®mo podr¨ªan competir los pa¨ªses de rentas baja y media sin AOD en la Champions League de la econom¨ªa mundial?
Ante las cr¨ªticas de los m¨¢s pesimistas, los expertos pro-AOD sugieren una revisi¨®n de los datos para evaluar su eficacia o ineficacia hacia objetivos espec¨ªficos de desarrollo y la mejora de las condiciones socioecon¨®micas de los africanos y africanas a lo largo de los a?os. ¡°En los ¨²ltimos sesenta a?os, el grado de progreso en ?frica en todos los indicadores sociales b¨¢sicos ha sido muy superior en t¨¦rminos proporcionales al que hubo en Europa entre el siglo XIX y el siglo XX en periodos mucho m¨¢s largos¡±, asegura Carlos Oya, economista, profesor titular en la universidad londinense SOAS y especialista en desarrollo y econom¨ªa agraria en ?frica. Y a?ade: ¡°Buena parte de estos progresos, guste o no, se deben al hecho de que se ha mandado much¨ªsimo dinero a muchos pa¨ªses de la regi¨®n¡±.
La corrupci¨®n: una lacra para el desarrollo de ?frica
A finales de julio de 2016, los Papeles de Panam¨¢ revelaron que l¨ªderes y multimillonarios africanos hab¨ªan depositado sus fortunas en sociedades offshore (entidades financieras en para¨ªsos fiscales) para eludir su responsabilidad fiscal. Los nombres que en ellos aparec¨ªan, de reyes, presidentes o ministros, son la punta del iceberg del problema de la corrupci¨®n en el continente. Oxfam calcula que ?frica deja de recaudar 14.000 millones de d¨®lares anuales en impuestos debido a la fuga de capitales. A esta, se suman otras pr¨¢cticas opacas o il¨ªcitas que le cuestan dinero y prestigio. Transparency International estima que unos 75 millones de africanos pagaron sobornos en 2015. Y entre los 10 Estados m¨¢s corruptos, seg¨²n el listado elaborado por esta organizaci¨®n, est¨¢n Somalia, Sud¨¢n, Sud¨¢n del Sur y Angola.
En total, las transacciones financiera il¨ªcitas le cuestan 50.000 millones de d¨®lares anuales a ?frica, seg¨²n un informe de 2011 del Panel de Alto Nivel sobre Flujos Financieros Il¨ªcitos en ?frica. Los mayores causantes de tan abultada p¨¦rdida son, por este orden, las actividades comerciales de multinacionales (que representan al menos el 60% de la corrupci¨®n que sufre el continente), el crimen organizado y, despu¨¦s, acciones del sector p¨²blico. ¡°Y la corrupci¨®n juega un papel fundamental en facilitar la fuga de capitales¡±, subrayan los autores.
¡°Desde peque?a siempre he escuchado que los Gobiernos africanos roban dinero y debe ser verdad, porque sino no se entiende que ?frica no se desarrolle con la cantidad de fondos que recibe¡±, expone Binta B?, senegalesa con nacionalidad espa?ola que vive en Sant Pere Pescador desde hace 27 a?os. Son muchos los que opinan como B?, incluidos quienes sostienen la tesis contraria a la AOD que defiende que la ayuda favorece la corrupci¨®n o que la ineficacia institucional es su mayor fuente. Carlos Oya, por su parte, tiene otro punto de vista: ¡°Aunque hubiese casos de corrupci¨®n en los entramados de la AOD, siempre llegar¨ªa algo de ese dinero a su fin. Y eso ya hace que valga la pena mandarla. Aunque catalogo mi posici¨®n sobre la AOD como de optimismo tr¨¢gico¡±.
El continente necesita a¨²n instituciones m¨¢s fuertes para luchar contra la evasi¨®n fiscal y las actividades ilegales, y muchos Estados ya est¨¢n tomando medidas en el asunto. Por eso, a finales de 2016, los Gobiernos africanos reunidos en Nairobi junto a representantes del sector privado, la sociedad civil y funcionarios de la ONU, y en asociaci¨®n con el Foro Africano de Administraci¨®n Tributaria (ATAF), acordaron llevar a cabo diferentes medidas de cooperaci¨®n inter-africana para mejorar la recaudaci¨®n interna de impuestos, concretamente de las empresas que hacen negocios en el continente. En este contexto, ?cu¨¢l es el papel de la AOD? ?Fomenta la dependencia? ?Entra m¨¢s ayuda en ?frica que inversi¨®n extranjera? ?Es la AOD una mera herramienta de internacionalizaci¨®n para las empresas de los pa¨ªses donantes? ?Llega suficiente AOD al continente?
Los datos vistos m¨¢s de cerca
El ¨²ltimo informe del Banco Africano de Desarrollo (2016) revela que los ingresos de los pa¨ªses por la recaudaci¨®n de impuestos ha aumentado un 64% en la d¨¦cada 2004-2014, frente al 44% de crecimiento que ha experimentado la Ayuda Oficial al Desarrollo en ese per¨ªodo. Lo que sugiere que son cada vez menos dependientes de los donantes en relaci¨®n con lo que aportan sus ciudadanos. Y hay m¨¢s datos para la esperanza: en 2015, ?frica recibi¨® en concepto de AOD 56.000 millones de d¨®lares, menos que lo que entr¨® por inversiones del sector privado extranjero en el continente (57.500 millones de d¨®lares). ¡°Es evidente, como nos dice la historia, que a medida que las cosas van mejorando, los pa¨ªses africanos reducir¨¢n mucho la dependencia¡±, puntualiza Carlos Oya.
Ante estos datos, los cr¨ªticos destacan, sin embargo, que los pa¨ªses donantes suelen hacer negocios en los pa¨ªses a los que prestan ayuda. Lo que Oya justifican as¨ª: ¡°Es cierto que la ayuda china ¨Cpercibida en Occidente como neocolonialismo¨C as¨ª como la europea, ayuda a sus propias empresas a desarrollarse en territorio africano. Pero esto no compromete su impacto positivo en ?frica¡±.
En este sentido, incluso Europa necesit¨® de la ayuda ofrecida por Estados Unidos, que a la vez que ofrec¨ªa apoyo para el desarrollo de la regi¨®n, mejoraba sus posibilidades de comercio despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial. La misma tendencia ha permitido el desarrollo de la mayor parte del planeta a lo largo de la Historia. ¡°En la mayor¨ªa de los pa¨ªses de los que se habla hoy como milagros de desarrollo econ¨®mico fuera de ?frica, la AOD jug¨® un papel muy importante¡±, comenta Oya, haciendo referencia a la ayuda militar o financiera ofrecida por Estados Unidos a Corea del Sur durante d¨¦cadas. ¡°Corea recib¨ªa, en t¨¦rminos comparativos, m¨¢s o menos el doble de lo que han recibido anualmente los receptores m¨¢s importantes de AOD de ?frica. Lo mismo podemos decir de Taiw¨¢n. En el caso de China, por ejemplo, la ayuda recibida de Jap¨®n tambi¨¦n ha jugado un papel importante. El Plan Marshall, en Europa, lo mismo. Los fondos estructurales de la Uni¨®n Europea para los pa¨ªses que se integran a la UE no dejan de ser AOD. Por eso, decir que la AOD tiene un impacto negativo es una estupidez¡±, afirma.
Sin embargo, ?por qu¨¦ el modelo de AOD en ?frica subsahariana no ha tenido el impacto que en otras zonas? A pesar de ser la regi¨®n del mundo que m¨¢s apoyo internacional necesita, solo ha recibido un 30% de la AOD mundial desde la d¨¦cada de los 80. Y, aunque ha habido un incremento de inversi¨®n extranjera tanto en el sector agr¨ªcola, agropecuario, energ¨¦tico y minero, as¨ª como en la construcci¨®n, no hay todav¨ªa una fuerte relaci¨®n entre AOD y comercio, seg¨²n un reciente estudio de la ERSA (Economic Research Southern Africa).
El cambio de paradigma de la Ayuda Oficial al Desarrollo
¡°No cabe duda de que las inversiones en infraestructura son cruciales para el futuro desarrollo econ¨®mico de muchos pa¨ªses de ?frica subsahariana¡±, dice Carol Newman, Profesora Asociada del Departamento de Econom¨ªa del Trinity College de Dublin. ¡°No solo hay que alimentar el proceso de industrializaci¨®n y abordar las limitaciones significativas en t¨¦rminos de suministro de energ¨ªa o la planificaci¨®n de las necesidades energ¨¦ticas futuras de una poblaci¨®n en r¨¢pida expansi¨®n como es la africana¡±, asevera la especialista. Para Newman, as¨ª como para Oya, la AOD tiene que centrar sus esfuerzos en la l¨ªnea del desarrollo industrial, aprovechando la fuerza motriz de una mano de obra que, tal como indica el Banco Africano de Desarrollo, alcanzar¨¢ los 830 millones de personas en 2050.
Tradicionalmente, los pa¨ªses subsaharianos con mayor flujo de inversi¨®n extranjera han sido aquellos ricos en recursos como el petr¨®leo. Es el caso de Nigeria, Sud¨¢frica, Angola o Mozambique. En cuanto a las exportaciones, pa¨ªses como Etiopia, Ghana, Kenia, Uganda o Mauritania han experimentado un incremento. Sin embargo, los obst¨¢culos estructurales del sector manufacturero africano, as¨ª como el alto coste de producci¨®n en industrias como la miner¨ªa o el textil, hacen que los precios de comercializaci¨®n no sean competitivos en el mercado global. Por eso, tal como se recoge en el Consenso de Monterrey de 2002, la AOD es crucial como complemento a otros recursos financieros como la inversi¨®n extranjera, especialmente para aquellos pa¨ªses con menos capacidad para atraerla.
Mientras sectores africanos como el tecnol¨®gico dan sobradas se?ales de su capacidad competitiva, otros esperan ansiosos un pistoletazo de salida capaz de generar empleo e impulsar a la clase trabajadora. ¡°La industrializaci¨®n ha desempe?ado un papel clave en las historias de transformaci¨®n estructural de la mayor¨ªa de las econom¨ªas desarrolladas y emergentes de todo el mundo. Es dif¨ªcil imaginarse c¨®mo puede haber crecimiento econ¨®mico en ?frica sin que la industria sea parte de ¨¦l¡±, dice Newman, quien aplaude que los Objetivos del Desarrollo Sostenible hayan incluido una meta para ¡°construir infraestructuras resilientes, promover la industrializaci¨®n inclusiva y sostenible, y fomentar la innovaci¨®n¡±.
La tendencia en AOD ya est¨¢ cambiando hacia un modelo m¨¢s enfocado a la construcci¨®n de infraestructuras, en la l¨ªnea de la cooperaci¨®n china, como manifiesta Carlos Oya. ¡°Ahora es rentable montar una f¨¢brica en Etiop¨ªa, lo que hace veinte a?os era una quimera. Todo eso tiene un impacto directo en la creaci¨®n de empleo, pero tambi¨¦n en el sistema de salud. Si hay industria, hay carreteras y, a parte de comerciar, llegamos a alfabetizar o vacunar a los ni?os que viven en zonas remotas de Etiop¨ªa o Kenia¡±. En definitiva, los expertos aseguran que la AOD y la inversi¨®n extranjera deben ser integradas de forma transversal y coordinadas en las pol¨ªticas de los Estados, trabajando de la mano con organismos bilaterales, multilaterales u ONG, ya que hay una ¨ªntima relaci¨®n entre la salud de la poblaci¨®n, el nivel de educaci¨®n, la seguridad, la paz o incluso la permisividad ante la corrupci¨®n, y la capacidad de impulsar mayores niveles de riqueza en los distintos sectores de producci¨®n del continente. En palabras de Oya: ¡°No estamos diciendo que la receta de AOD e inversi¨®n extranjera sea la panacea. Simplemente hace falta observar los datos para darse cuenta de que la ayuda sirve y que quiz¨¢s solo haya que mejorarla¡±.
?Podr¨ªan las remesas sustituir la ayuda al desarrollo?
Las remesas de africanos que viven fuera de sus pa¨ªses ¨Cya sea en otros lugares de ?frica o del extranjero-, han superado los flujos de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) y de inversi¨®n extranjera en negocios en el continente,seg¨²n un informe reciente de UNCTAD, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. Los ¨²ltimos informes del Banco Mundial determinan que en Gambia o Liberia, las remesas representan un 20% de su PIB, seguidos por Senegal o Togo, donde suman cerca del 10%. En total, ?frica recibe unos 62.000 millones de euros anuales en forma de remesas, m¨¢s que el volumen total de AOD (56.000 millones de d¨®lares). Ante el peso de estos datos, se plantea una duda: ?Se puede desarrollar un pa¨ªs gracias al dinero que mandan sus nacionales desde la di¨¢spora?
"Normalmente mando entre 200 y 300 euros mensuales, con esto pagamos el alquiler del piso de mi madre en Dakar y facturas como agua o luz. La pensi¨®n de los mayores en Senegal somos sus hijos", dice Binta B?, senegalesa de 40 a?os residente en un pueblo de Girona. "Mi marido tambi¨¦n ayuda a su familia, que se dedica a la agricultura. Normalmente, lo llaman cuando hay una ceremonia por una boda o el nacimiento de un beb¨¦ y necesitan dinero para comprar un cordero para celebrarlo, o incluso si necesitan comprar semillas para poder plantar su cosecha", cuenta esta limpiadora, madre de tres hijos, que explica que mandan sus remesas a trav¨¦s de Ria, una empresa de transferencia internacional de dinero.
A pesar de la enorme contribuci¨®n de los migrantes como B? a las econom¨ªas familiares de sus pa¨ªses de origen, la mayor¨ªa de remesas mandadas no parecen tener un impacto directo en el desarrollo estructural de los pa¨ªses que las reciben. ¡°Es muy bueno para las finanzas familiares tener a un miembro fuera de su pa¨ªs¡±, admite Carlos Oya, experto africanista.
Pero, en referencia a qu¨¦ remesas pueden explicar el boom inmobiliario y la compra de veh¨ªculos en capitales como Dakar, advierte: "El hecho de que en algunos pa¨ªses las remesas sean una importante fuente de divisas, no significa que esto sea un sustituto de la AOD. Es importante entender que las remesas van directamente a individuos y familias, complementan la econom¨ªa de consumo de los hogares, pero no construyen un puente, un puerto o una carretera, esenciales para asegurar el desarrollo econ¨®mico de un pa¨ªs".
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