Crecepelos y mujeres tatuadas: as¨ª eran las revistas juveniles hace 100 a?os
Revisamos las p¨¢ginas del semanario Mundo Gr¨¢fico, que es como sentarse en un Delorean y pisar el acelerador hasta principios del siglo pasado. El f¨²tbol se consideraba vulgar y se animaba a los ni?os a jugar con mu?ecas
Todo empez¨® en el mismo sitio donde tantas grandes historias han acabado: el Centro Reto. Paseaba entre aparatos VHS, viejas enciclopedias y muebles pasados de moda cuando ocurri¨® el flechazo. Clara Bow, la estrella del cine mudo, me miraba desde la cima de una monta?a de revistas. Era la preciosa portada coloreada del semanario Mundo Gr¨¢fico, una de las publicaciones m¨¢s populares de la Espa?a de principios del siglo XX. Abrir sus p¨¢ginas es como montar en un Delorean y pisar el acelerador hasta 1925-1930.
El universo de Mundo Gr¨¢fico huele a Var¨®n Dandy, aceite de ricino y lej¨ªa casera. Pasando sus p¨¢ginas descubrimos que los libros m¨¢s le¨ªdos del momento son las memorias de Rodolfo Valentino y las novelas picantes del ya olvidado El caballero audaz. El p¨²blico acude en masa al teatro para ver las comedias ligeras de un autor odiado por la cr¨ªtica, Pedro Mu?oz Seca. En la m¨²sica hay una joven, Conchita Piquer, que ya empieza a tocar el firmamento con la punta de los dedos. El jazz, en cambio, es un "baile extravagante y dislocado, de sonoridades discordes, que parecen gru?idos de animales selv¨¢ticos y que por suerte ya ha pasado de moda¡±. Al igual que los artistas de las vanguardias que hasta ahora?¡°no han probado otra cosa que su incapacidad y su ignorancia¡±. Rockefeller y Henry Ford tienen el r¨¦cord de nataci¨®n en piscina de d¨®lares. Y en el gobierno tenemos a Primo de Rivera, con una pezu?a en Espa?a y otra en Marruecos, ¡°civilizando a los moros¡±, en la Guerra del Rif.
Deducimos por las decenas de productos que se anuncian contra el raquitismo, la anemia, los problemas g¨¢stricos, la hernia y la ¡°pobreza de sangre¡± que estamos en un pa¨ªs donde se come poco y mal. La patata es la base de la alimentaci¨®n de la gran mayor¨ªa de familias. El periodista Guillermo Rittwein se queja de que los mejores alimentos espa?oles se exportan al extranjero, mientras que para Espa?a solo queda la morralla. Estamos en la era de los primeros vuelos trasatl¨¢nticos. Los pilotos de avi¨®n son como Porco Rosso: intr¨¦pidos y glamurosos. Hay chicas que incluso adornan sus faldas con sus retratos. Entre ellos est¨¢ Ram¨®n Franco, hermano del futuro caudillo, famoso por protagonizar el primer vuelo Espa?a-Buenos Aires. Una haza?a que era casi como llegar a la luna. Vivimos en una marcada sociedad de clases donde las minor¨ªas con bandullo lleno consideran esta heroicidad una muestra del poder¨ªo de Espa?a, mientras que otros, como el humorista Adolfo S¨¢nchez Carrere, solo piensan en las carencias de su tripa: "Nosotros, que solo comemos de vez en cuando, y somos, por ende, m¨¢s pesimistas, juzgamos hiperb¨®licamente nacionalista semejante declaraci¨®n y no tenemos inconveniente ninguno en afirmar, con el valor que la debilidad de est¨®mago proporciona, que tan laudable y ejemplar epopeya tuvo otra finalidad no sospechada, y por todos padecida."
Mundo Gr¨¢fico es una revista mayoritariamente masculina. La legislaci¨®n contra la publicidad fraudulenta es pr¨¢cticamente inexistente. Est¨¢ repleta de anuncios de productos milagrosos: sesiones de telepat¨ªa, crecepelos, cinturones el¨¦ctricos contra la impotencia y suplementos alimenticios para ganar hasta ocho cent¨ªmetros de altura ¡°a cualquier edad¡±. Las portadas siempre est¨¢n ilustradas con alguna de las bellezas de la ¨¦poca: Conchita Piquer, ¡°La bella Otero¡±, Luisita Esteso, Dolores Costello (?La abuela de Drew Barrymore!)... Estilo Intervi¨² pero con ropa. Son a?os en los que la preocupaci¨®n de las mujeres no son los kilos sino el cutis. El 90 % de los anuncios dirigidos al p¨²blico femenino son potingues para lograr una piel perfecta. Donde hay hambre no hace falta hablar de dietas.
REVISAMOS LAS P?GINAS DEL SEMANARIO 'MUNDO GR?FICO'
Teresa de Escoriaza es la ¨²nica mujer que escribe en la publicaci¨®n. El t¨ªtulo de su secci¨®n despeja posibles dudas, La p¨¢gina de la mujer. Sorprende por lo modern¨ªsimo de su discurso. Era una mujer independiente que ven¨ªa de vivir en Nueva York, donde se empap¨® de la cultura flapper. En una dictadura militar en la que la mayor¨ªa de nuestras abuelas todav¨ªa no hab¨ªan nacido, esta periodista ya animaba a las espa?olas a no seguir la ¡°carrera del matrimonio¡± como sus madres. Ante una familia autoritaria y controladora, Teresa lo ten¨ªa claro: "Cierto que no est¨¢ a su alcance, amiga m¨ªa, el no irritar a su madre; pero s¨ª el tomar un billete de ferrocarril y poner unos kil¨®metros de separaci¨®n para que no le alcancen los efectos enervantes".
Tambi¨¦n reivindicaba el derecho de la mujer a tomar la iniciativa en las relaciones amorosas: "?Qu¨¦ significa para la mujer el derecho a votar y el derecho a ganarse el pan, comparados con el derecho a elegir el compa?ero de su vida, a escoger el padre de sus hijos? Considerando que la mujer queda, por el matrimonio, cien veces m¨¢s casada que el hombre, cien veces m¨¢s importante es que sea ella quien por el matrimonio se procure lo que desea y no ¨¦l."?Incluso pon¨ªa sobre la mesa afirmaciones contundentes sobre los juguetes y la cuesti¨®n de g¨¦nero que a¨²n se siguen debatiendo noventa a?os despu¨¦s: "Las ni?as deben tener mu?ecas. Y aunque, acaso, cre¨¢is lo contrario, los ni?os tambi¨¦n".
Siempre pendiente de la ¨²ltima moda. Ya en 1928 segu¨ªa de cerca la moda japonesa, donde las mujeres empezaban a adornar sus cuerpos con tatuajes de dragones, nombres de artistas famosos y signos de sociedades secretas. "Si la melena a lo manolo, resulta que no le favorece a una, se puede con paciencia dejarla crecer hasta que llegue a lo gar?onne y hasta a lo Greta Garbo. Pero el drag¨®n que la japonesa se haya hecho tatuar en el brazo seguir¨¢ enroscado en ¨¦l hasta la muerte. Esto nos parece llevar las veleidades de la moda demasiado lejos."
La cuesti¨®n del corte de pelo ¡°a lo manolo¡± era uno de los temas m¨¢s debatidos en aquellos d¨ªas. Mundo Gr¨¢fico estaba abierto a todo tipo de opiniones. A diferencia de Teresa, periodistas como Juan G¨®mez Renovales, pusieron el grito en el cielo con la nueva moda. "Tres se?oritas, a juzgar por sus faldas, ocuparon los asientos delante m¨ªo, y, se?ores, la vista se sublevaba al ver aquellos tres lindos efebos con la nuca afeitada y sobre los hombros el airoso mant¨®n de Manila. El mant¨®n es para las hembras de ayer, muy hembras, nunca para ir posado sobre nucas limpias de pelo. Ya no digo nada de la moda de pelarse y peinarse como los hombres las ni?as de hoy; ya hemos hablado mucho de eso. Pero con ?mant¨®n de Manila y peinadas a lo Manolo! No y mil veces no."
Los temas capilares no eran ninguna broma. Un hombre con pelo largo era un disparate tan gordo que no empezar¨ªa a darse hasta casi treinta a?os m¨¢s tarde. En cuanto a los bigotes, muchos se quejaban de que empezara a estar en desuso por culpa de la ¡°tiran¨ªa de la moda inglesa¡±. Es la raz¨®n por la que Jos¨¦ L. Barberan escribe un peque?o art¨ªculo reivindicando el uso del mostacho. El bigote era para este se?or el principal rasgo de personalidad de un hombre y no puede dejar de lamentar que el bigotazo autoritario tipo k¨¢iser haya perdido vigencia por culpa de los ¡°afeminados galanes cinematogr¨¢ficos¡± y su ¡°medio bigote¡±. Aunque hay algo que le parece m¨¢s aborrecible que un fino bigotillo hollywoodiense: "Y para qu¨¦ comentar el ¡°bigote Charlot¡± que si para la caricatura tiene gracia y originalidad, es de un gusto deplorable el uso en sociedad. Por esto, sin duda, no lleg¨® a imponerse."
Es decir, que Hitler se gan¨® al pueblo no solo a pesar de su ideario sino tambi¨¦n de su ¡°caricaturesco¡± bigotillo. Estas mismas chanzas que nosotros hacemos hoy con sus opiniones, las hac¨ªan tambi¨¦n ellos con sus antepasados de hace 90 a?os. En la secci¨®n de ¡°Curiosidades¡± hablan jocosamente de un bando del ayuntamiento de Valladolid de 1840 que prohib¨ªa a todos los vallisoletanos que no tuvieran cargos militares el uso de bigote. Hecho sobre el que el consternado se?or Barberan sentencia: "He aqu¨ª un corregidor que se adelant¨® muchos, pero muchos a?os a la actual moda inglesa, favoreciendo a los peluqueros."
En 1927 el f¨²tbol todav¨ªa no era el gran fen¨®meno de masas que es hoy en d¨ªa. Los futbolistas no eran personajes relevantes. Lo que lo petaba era ser torero, boxeador, piloto o jockey. Tambi¨¦n se prestaba mucha atenci¨®n a los deportes de ricos: tenis, regatas, polo y tiro al pich¨®n. El periodista Juan Brasa despotricaba abiertamente contra la vulgaridad del considerado hoy en d¨ªa el deporte rey: "Tengo del f¨²tbol un concepto demasiado simplista. En los partidos que he presenciado solo pude ver a unos hombres en calzoncillos propinarse puntapi¨¦s mutuamente, y a ratos correr detr¨¢s de una pelota. Este deporte no llega a la categor¨ªa de espect¨¢culo, al menos para m¨ª, y como ejercicio gimn¨¢stico, tan violento que hasta ha producido algunos muertos y muchos heridos, deber¨ªa quedar reducida su pr¨¢ctica a los patios de recreos de los colegios con maestros vigilantes."
Es fascinante, y algo aterrador, pensar que la grand¨ªsima mayor¨ªa de los protagonistas de estas revistas no solo est¨¢n muertos sino tambi¨¦n olvidados. Arist¨®cratas, pol¨ªticos, militares, periodistas, artistas... Igual que genios de la l¨¢mpara, sus esp¨ªritus permanecen encerrados entre estas polvorientas p¨¢ginas, esperando que alguien los invoque para volver a la vida y contarnos c¨®mo ve¨ªan las cosas. Visto as¨ª, es casi un acto de nigromancia. No creo que ninguno de estos se?ores pudieran llegar a imaginarse que las palabras vertidas en un semanario barato siguieran vivas, recorriendo mundo un siglo despu¨¦s, gracias a un invento tan inconcebible como internet.
?Y es que qui¨¦n necesitaba inventos digitales teniendo la maravillosa p¨¢gina de Anuncios telegr¨¢ficos con la que se cerraba la revista? Este tabl¨®n de anuncios por palabras cumpl¨ªa la funci¨®n de la mayor¨ªa de redes sociales actuales.
Tinder:
"Legionario americano desaf¨ªa a se?oritas espa?olas y extranjeras a descifrar el enigma de su vida."
LinkedIn:
"Cameraman operador filmador, con varias pel¨ªculas estrenadas, se ofrece. M¨®dicas pretensiones."
Facebook:
"Chiquitina m¨ªa: Deseo est¨¦s bien. Hoy 21 esperaba carta, pero no lleg¨®. Cada d¨ªa tengo m¨¢s pena por no verte. De viaje no saldr¨¦, como no sea para hacerlo largo. ?Quieres t¨² que me vaya? Yo quisiera verte antes. De todos los modos, te ruego no olvides a quien s¨®lo por ti vive, ador¨¢ndote. Tuyo, Fern¨¢ndez."
En el fondo seguimos sin hacer otra cosa que crear nuevos medios para viejas necesidades.
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