Entrar en el armario y en la mente de la mujer
Balenciaga, C¨¦line y Valentino sacuden la semana de la moda de Par¨ªs con sus interpretaciones de la femineidad
Demna Gvasalia present¨® ayer en la semana de la moda de Par¨ªs su ¡°nueva mujer Balenciaga¡± con motivo del centenario de la fundaci¨®n de la firma. Y lo hizo en un parking enmoquetado con el logo de la casa. En este espacio, exhibi¨® una ¡°reinterpretaci¨®n¡± de algunas de las legendarias piezas de alta costura creadas por el espa?ol Crist¨®bal Balenciaga y dio rienda suelta a un juego de asimetr¨ªas y trampantojos que tiene visos de ser tan imitado ¨Cpor Zara, pero tambi¨¦n por otras marcas de lujo- como lo fueron sus monumentales hombreras hace seis meses.
Los abrigos de corte a?os cincuenta, gabardinas y trencas se retorc¨ªan para terminar aboton¨¢ndose sobre el hombro, de tal forma que los bolsillos ocupaban la parte frontal de las piezas. La faldas rectas tambi¨¦n simulaban tener una cinturilla m¨¢s ancha de lo debido, pero se ajustaban al cuerpo dejando una suerte de ap¨¦ndice sobre la cadera. Las camisas que por delante parec¨ªan delicadas blusas de seda se transformaban en cazadoras de motorista al volver la espalda. Este gui?o al mundo del motor se extendi¨® hasta una serie de faldas que emulaban las alfombrillas de un coche y a pochettes con forma de retrovisor.
Las sacas extragandes de la temporada pasada se alternaban con bolsos siameses, y junto a las botas-panty fluorescentes, Gvasalia propuso zapatos de sal¨®n que parec¨ªan estar hechos con pa?uelos atados.
La parte final del desfile compuesto por vestidos de noche inspirados en los trabajos de alta costura de Crist¨®bal Balenciaga ¨Cdesde una pieza en terciopelo negro con escote coraz¨®n y un gran lazo a la cintura hasta otra elaborada ¨ªntegramente en plumas- constitu¨ªan la conexi¨®n m¨¢s clara y comercial, en el mejor sentido de la palabra, que Demma Gavasalia ha establecido hasta el momento con el dise?ador espa?ol y fundador de la casa. Para muchos, una interesante vuelta de tuerca al legado de la firma; para otros nost¨¢lgicos, una pasada de rosca.
En el caso de C¨¦line, el giro fue m¨¢s literal que figurado. La dise?adora Phoebe Philo subi¨® a sus invitados a unas plataformas circulares que iban movi¨¦ndose lentamente como los precisos engranajes de su discurso creativo.
Sin resultar pretenciosa, la brit¨¢nica respondi¨® con su colecci¨®n para C¨¨line a la pregunta que deber¨ªan hacerse toda firma que aspire a vivir de vender ropa y no solo perfumes y complementos: ?qu¨¦ tiene que haber en el armario de la mujer moderna? Para el pr¨®ximo oto?o invierno y en su opini¨®n: desde trajes de chaqueta desestructurados hasta t¨²nicas, pasando por vestidos en versi¨®n camisera, de cuero y de algod¨®n; abrigos de corte masculino y vis¨®n, gabardinas, guardapolvos; y piezas para la noche en terciopelo y flecos. Bolsones de cuero y estructura geom¨¦trica, botas de tac¨®n medio, mules doradas y una versi¨®n de las cl¨¢sicas botas de cowboy. Pa?uelos con flecos y alg¨²n detalle experimental tan sutil como eficaz: camisetas con mangas que funcionan como una capa y pantalones de sastrer¨ªa con cortes bajo las rodillas. L¨ªneas sencillas, siluetas relajadas, materiales de ensue?o. Philo apela al coraz¨®n y a la racionalidad. Y as¨ª, define un nuevo chic, m¨¢s intelectual y menos pizpireto: el de las mujeres que trabajan para pagar su ropa.
Tambi¨¦n la ligereza y el esp¨ªritu de s¨ªntesis rigieron la segunda colecci¨®n en solitario Pierpaolo Piccioli para Valentino. Aunque bajo sus par¨¢metros, el concepto ¡°vibrante pureza¡± -que el dise?ador reivindica en su nota de prensa- se traduce en un viaje al lado m¨¢s g¨®tico de la era victoriana. Sus delicados vestidos en tul plisado y encajes se ti?en de negro, al principio, para dar paso a todo un colorista alarde de costura: piezas de terciopelo con incrustaciones de azabache, delicadas flores bordadas. La silueta que ya se ha convertido en se?a de identidad de la casa -cuello a caja, mangas largas, corte monacal- evoluciona hacia formas m¨¢s vol¨¢tiles e informales. Y los abrigos se construyen en dos piezas que encajan como en un trenzado, solap¨¢ndose y dej¨¢ndose ver alternativamente. Para romper con la sobredosis de romanticismo, las modelos calzaban chanclas de pelo o botas: militares y de ca?a alta con tac¨®n mediano. Ambas decoradas con tachuelas. Las primeras, en la suela; las segundas; en la costura posterior. En conjunto, se trata de una propuesta tan oscura como brillante, donde solo los estampados dise?ados por la artista Nathalie Du Pasquier parec¨ªan no encajar.
La que estaba fuera de lugar en el desfile del s¨¢bado de Haider Ackerman fue Nicki Minaj. La cantante que se sent¨® en primera fila con un pecho literalmente al aire. Solo un peque?o sello met¨¢lico cubr¨ªa oportunamente su pez¨®n, evitando que Instagram vetase sus fotograf¨ªas. Pero ni siquiera esta imagen consigui¨® eclipsar a la colecci¨®n del dise?ador colombiano. Contenido pero potente, su trabajo reformulaba la sastrer¨ªa en clave arquitect¨®nica. Podr¨ªa aventurarse que en este cambio de registro ha tenido algo que ver su reciente nombramiento como director creativo de Berluti, la m¨ªtica firma masculina de lujo, cuyo director ejecutivo es Antoine Arnault, hijo del presidente del conglomerado de empresas del lujo Louis Vuitton Mo?t Hennessy, al que pertenece esta casa. Pero m¨¢s all¨¢ de los motivos, las consecuencias de su apuesta son indiscutibles: abrigos de cortes impecables, hombreras estructuradas y americanas que esconden complejos patrones, y que, al levantarse sobre las caderas, evocan una de las reinterpretaciones m¨¢s acertadas y actuales de la chaqueta Bar de Christian Dior.
Las modelos de Mugler podr¨ªan haber soportado el peso del mundo sobre sus hombros. El director creativo de la marca francesa, David Koma, las visti¨® con abrigos y vestidos coronados por hombreras monumentales, algunas de ellas, terminadas incluso en metal. Combinadas con minifaldas rectas y estampados que deconstru¨ªan el s¨ªmbolo oficioso de la firma ¨Cla estrella-, suger¨ªan una versi¨®n sexy del uniforme de los tripulantes de la Enterprise. Larga vida y prosperidad a las hombreras.
Guillaume Henry tambi¨¦n las subraya en su colecci¨®n para Nina Ricci. Sobre la pasarela repasa todos los c¨®digos de las cowgirls. Desde los vestidos camiseros hasta los flecos, que componen tops, pasando por las hebillas gigantes y las chaparreras convertidas en faldas. Pero es su declinaci¨®n de la gabardina ¨Cuna pieza en la que lleva insistiendo varias temporadas- lo que que resulta m¨¢s interesante. Comienza sobredimensionada y en colores planos y va volvi¨¦ndose m¨¢s enmarcada, con las solapas rematadas en cuero. Luego se transforma en americana y finalmente, en chaquet¨®n de piel.
Por su parte, Elie Saab se inspira en el ballet Giselle y despliega un cat¨¢logo de faldas de tul y medias con incrustaciones de Swarovski. Aunque no solo de tut¨²s viven los cisnes del dise?ador liban¨¦s. Tambi¨¦n llevan cazadoras perfecto, decoradas, eso s¨ª, con delicadas flores bordadas.
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