A los ni?os s¨ª les gusta leer

Si a usted le preguntaran si cree que a los ni?os espa?oles les gusta leer, ?qu¨¦ contestar¨ªa de buenas a primeras? Quiz¨¢ la respuesta ser¨ªa negativa o, al menos, una mueca de duda manifiesta. Porque con el d¨ªa a d¨ªa que tienen nuestros hijos, con mochilas llenas de textos y libros impuestos por su centro escolar (que no siempre son atractivos para ellos), cuya lectura ser¨¢ luego evaluada, nos resulta dif¨ªcil que a¨²n tengan la cabeza para leer por placer. Si a eso sumamos que en sus ratos de ocio (e incluso en los de estudio) los vemos seducidos e inmersos en un mundo repleto de propuestas audiovisuales, nuevas tecnolog¨ªas e innovadores dispositivos y programas que muchas veces ni nosotros sabemos usar, el panorama lector se nos vuelve a¨²n m¨¢s complejo. Esto, sin olvidar las tardes llenas de deberes escolares y actividades, tras las cuales parece imposible que queden fuerzas, tiempo y ganas para mirar m¨¢s all¨¢ de la primera p¨¢gina de un libro.

Lectores frecuentes

Sin embargo, contra todo pron¨®stico y titulares fatalistas, leer no es una pr¨¢ctica tan inusual como pensamos en nuestros hijos, sino por el contrario, leen y muy a gusto. S¨ª, s¨ª leen. Lo que pasa es que puede que ya no lo hagan en el formato tradicional o lean menos a los cl¨¢sicos, con los que tanto disfrut¨¢bamos cuando los padres ten¨ªamos su edad (no hace tanto, ?eh?). Los peque?os han generado una alianza envidiable de los formatos tradicionales con las nuevas tecnolog¨ªas, las que usan a su favor y con las que han aumentado su cuota lectora. Pero, si nos centramos solo en los libros impresos, seguimos con la buena noticia. Seg¨²n el informe H¨¢bitos de lectura y compra de libros en Espa?a 2012 (habitualmente llamado Bar¨®metro), desarrollado por Conecta para la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a (FGEE), el 77,2% de los ni?os de entre 10 y 13 a?os es un lector frecuente, esto es, que lee todos o casi todos los d¨ªas o, al menos, una o dos veces por semana, en su tiempo libre. Este dato posiciona a los ni?os y j¨®venes como la franja etaria con mayor porcentaje y frecuencia lectora. De hecho, leen m¨¢s que los adultos, ya que seg¨²n los datos de Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS), cerca del 37% de los espa?oles no lee libros nunca o casi nunca.

Los padres, la mejor influencia lectora

Las estad¨ªsticas van bien encaminadas en los ni?os de entre 10 y 13 a?os, pero ?en qu¨¦ situaci¨®n est¨¢ Espa?a con respecto a la lectura de los ni?os m¨¢s peque?os? Teresa Colomer, directora del departamento de Did¨¢ctica de la lengua, de la literatura y de las Ciencias Sociales y del M¨¢ster Internacional en Libros y literatura infantil y juvenil (GRETEL), de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona (UAB), se?ala que ¡°no tenemos datos reales de la lectura de la poblaci¨®n de menores de 10 a?os, pero las encuestas parciales indican una lectura bastante asidua y placentera¡±. Y esa es la idea: leer por placer.

¡°Hay que pensar -contin¨²a Colomer- que en los m¨¢s peque?os, la lectura en familia y en la escuela primaria se ha convertido en algo frecuente en las ¨²ltimas d¨¦cadas, pero el punto clave para saber si esa pr¨¢ctica se ha convertido en h¨¢bito es cuando se trata ya de lectura aut¨®noma y en espacios no escolares¡±. En Espa?a, la lectura es una pr¨¢ctica ya asentada en la rutina familiar, como lo confirma el Bar¨®metro de la FGEE, que indica que en el 80,5% de los hogares con ni?os menores de 6 a?os, los padres o alg¨²n miembro de la familia leen a los m¨¢s peque?os y que un 90,7% les ha regalado libros a sus hijos.

Por eso, la participaci¨®n de los padres parece ser bastante decisiva a la hora de promover el amor por los libros. De hecho, hace un par de a?os, la Academia Americana de Pediatr¨ªa recomendaba oficialmente a los padres que leyeran en voz alta a sus hijos desde la primera infancia para fomentar su desarrollo cognitivo. Y empezar desde el nacimiento (o antes) a trastear con los libros puede tener unas buenas repercusiones en la formaci¨®n de futuros lectores. Por otro lado, una investigaci¨®n publicada en una edici¨®n de The Journal of Educational Research concluy¨® que a mayor implicaci¨®n de los padres en la lectura, los ni?os demostraban mayor inter¨¦s y curiosidad por los libros y el h¨¢bito de leer.

Consejos para que sus hijos disfruten leyendo

Ana Garral¨®n, especialista en libros para ni?os, conferenciante, librera y Premio Nacional de Fomento a la Lectura 2016, nos aconseja c¨®mo animar a nuestros hijos a leer por mero placer.

1. Padres lectores, hijos imitadores. Si los ni?os ven a sus padres leer, es un buen incentivo para ellos hacer lo mismo. D¨¦jese ver leyendo. No importa qu¨¦ tipo de lectura sea: un peri¨®dico, una revista, un libro. Todo suma a la hora de promover el acto de leer. Comparta tambi¨¦n sus propias lecturas y las emociones que ellas le est¨¢n produciendo en tiempo real.

2. Ellos eligen sus libros. Si ellos deciden, la lectura ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil, porque se trata de su propia selecci¨®n de contenidos. Y si usted lo ha le¨ªdo, comentarle su opini¨®n es muy positivo. Como en todo, a veces, se equivocar¨¢n, optar¨¢n por alguno por impulso, por su portada o la rese?a. Sin embargo, otras veces se enorgullecer¨ªan (y nosotros con ellos) de haber descubierto un nuevo t¨ªtulo, un nuevo autor, un nuevo g¨¦nero, un nuevo mundo...

3. A veces, eligen los adultos. Los ni?os est¨¢n menos expuestos a la informaci¨®n sobre los libros. Es v¨¢lido que los padres compremos los libros que nos parezca pueden enriquecer la biblioteca de nuestro hijo.

4. Permitido tocar los libros. Estos se tocan, se abren, se miran, se huelen, se calcula el peso, se tienta el volumen. Hay que recorrerlos, saltar de uno a otro y no importa cu¨¢ntos toqueteemos en el intento si finalmente encontramos el nuestro.

5. Repetir sabe bien. Los ni?os encuentran en las librer¨ªas o en las ferias, libros que ya han le¨ªdo en casa, la biblioteca o el colegio. Y cuando los ven en el mostrador les embarga una gran alegr¨ªa porque se trata de un momento de conexi¨®n.

6. Respetar las regresiones. Los peque?os, a veces pasan por momentos de des¨¢nimo en su proceso de lectura y necesitan libros m¨¢s f¨¢ciles. A los adultos nos pasa lo mismo: si estamos cansados o llegamos de un largo viaje o, simplemente no estamos de humor, recurrimos a lecturas m¨¢s ligeras. ?Por qu¨¦ neg¨¢rselo a los ni?os? No pasa nada si lee algo por debajo de su nivel. Ya regresar¨¢ al suyo cuando se sienta m¨¢s motivado y seguro.

7. Interesarse sin juzgar. Un error que a veces cometemos los adultos es hacer un juicio de valor de las lecturas que los ni?os eligen. Es importante supervisar los contenidos, pero sin despreciarlos porque eso puede derivar en alejarlos m¨¢s que acercarlos a los libros y al comentario en familia. La comunicaci¨®n que resulta entre cada persona y un libro es ¨²nica y personal, se da en el territorio ¨ªntimo, por lo que debemos confiar en lo que les guste a nuestros hijos, aun cuando a nosotros nos diga poco o absolutamente nada.

8. Asociar la lectura con momentos positivos. Regalar libros en cumplea?os o en Reyes, en ocasiones especiales o plantear una actividad en la biblioteca o alrededor del libro es una forma de asimilar el libro con un objeto agradable y sorprendente.