El caso Venezuela
Maduro intenta imponer el modelo que practica Ortega en Nicaragua
Desde su nacimiento el eje bolivariano vive la contradicci¨®n entre una realidad plural y un discurso que reivindica el perfil m¨¢s duro de la izquierda ortodoxa de Am¨¦rica Latina. Expliqu¨¦monos brevemente. En la d¨¦cada de 1960 las izquierdas latinoamericanas dejaron de lado su ra¨ªz euroc¨¦ntrica y pasaron a reivindicar las ra¨ªces culturales propias, resaltando el caudillismo del siglo XIX y los populismos del siglo XX como modelos atendibles, en tanto sus liderazgos fueron ¡°antimperialistas¡±. Luego la Revoluci¨®n Cubana dio el toque marxista leninista que faltaba a las transformaciones de esta izquierda. El derrumbe del comunismo y el fracaso de los modelos de partido ¨²nico recentraron el debate de las izquierdas ortodoxas, pues los hechos mostraron la inviabilidad de la propuesta basada en la ¡°cultura comunista¡±.
La muerte de Ch¨¢vez confirm¨® lo peor de las tesis del nacionalismo revolucionario socialista
Hugo Ch¨¢vez aparece en la d¨¦cada de 1990 reivindicando la veta m¨¢s dura del nacionalismo revolucionario socialista, abriendo una nueva esperanza para los viejos sectores de esa izquierda que no sab¨ªan c¨®mo recuperarse de una derrota que los empuj¨® a la vera de la historia. Si bien la propuesta recicl¨® el discurso radical antimperialista, tuvo que mantener las formas del sistema demoliberal, la divisi¨®n de poderes, el pluralismo, las elecciones, las libertades generales y la econom¨ªa de mercado. Para muchos ¡°revolucionarios¡± el pluralismo y la democracia eran malos tragos que hab¨ªa que aceptar por las circunstancias. El partido ¨²nico segu¨ªa siendo parte de las herramientas para el cambio, como en Cuba. Tales hip¨®tesis en la era de la globalizaci¨®n y de la reivindicaci¨®n democr¨¢tica eran anacr¨®nicas y desentonaban en el concierto general, sin embargo el proyecto bolivariano y Hugo Ch¨¢vez tuvieron habilidad para compatibilizar la propuesta con los nuevos tiempos. Pero nadie previ¨® la prematura muerte del caudillo.
La muerte de Ch¨¢vez confirm¨® lo peor de las tesis del nacionalismo revolucionario socialista. Heredero del caudillismo, bas¨® m¨¢s el proyecto en el l¨ªder que en la institucionalidad democr¨¢tica. Muerto el due?o del carisma el proceso se desmoron¨®. Incapaz de crear una sucesi¨®n con base institucional, surgen personajes como Nicol¨¢s Maduro, bendecido por el dedo del caudillo moribundo, pero sin su carisma ni su capacidad. Luego, la densa red de intereses econ¨®micos que teji¨® el chavismo en sus 18 a?os de hegemon¨ªa obligaba a la ¨¦lite burocr¨¢tica a conservar el poder de cualquier forma y a cualquier precio. ?C¨®mo hacerlo sin perder el ¡°tono¡± revolucionario? Instalar el partido ¨²nico podr¨ªa ser una soluci¨®n, pero el viejo estilo de ¡°golpe de mano¡± no es muy cre¨ªble. Hay que buscar nuevas maneras.
Para afrontar la tensi¨®n Maduro y la burocracia bolivariana cuentan con la Fuerza Armada Nacional
El ensayo general lo hizo el sandinismo. La dictadura familiar de Daniel Ortega logr¨® ilegalizar, comprar y fragmentar a los partidos opositores, instalando un sistema ¡°como si¡± fuera plural, que en realidad transform¨® al Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional en el due?o del unicato nicarag¨¹ense. Venezuela va por el mismo camino, pero con grandes dificultades. La oposici¨®n nucleada en la Mesa de Unidad Democr¨¢tica (MUD) arras¨® en las elecciones parlamentarias del a?o pasado al obtener el 75% de los votos. Una votaci¨®n arrolladora que muestra el hartazgo del pueblo venezolano ante un sistema que fracas¨®. Las explicaciones bolivarianas de la derrota fueron asombrosas, todas pensadas para desconocer el rechazo popular. Desde la ¡°confusi¨®n¡± que sufri¨® el pueblo ofrecida por Maduro, pasando por la ¡°inutilidad¡± de la Asamblea Nacional pregonada una y otra vez por el diputado H¨¦ctor Rodr¨ªguez, intentando as¨ª preparar el ambiente para su disoluci¨®n. Fue Diosdado Cabello el que dio la pista del camino a seguir. Cabello sostuvo que la MUD ser¨¢ ilegalizada por haber presentado muchas firmas falsas en la convocatoria al refer¨¦ndum revocatorio, que sobrepas¨® de largo el n¨²mero de firmas exigido, pero que el chavismo se neg¨® a reconocer anulando la voluntad popular. El Gobierno encontr¨® su excusa, el Consejo Nacional Electoral y el Tribunal Supremo de Justicia bajo su control avalar¨¢n el golpe y suspender¨¢n las personer¨ªas de la oposici¨®n, manteniendo algunos funcionales al r¨¦gimen, siguiendo el ¡°estilo¡± nicarag¨¹ense. En Venezuela dos tercios de la poblaci¨®n han rechazado el modelo de manera contundente, por lo que la instalaci¨®n de este pluralismo ¡°aparente¡± habilitando el partido ¨²nico no se har¨¢ sin grav¨ªsimas tensiones. Para solucionarlas, Maduro y la burocracia cuentan con las Fuerzas Armadas. As¨ª mantendr¨¢n sus privilegios y sus granjer¨ªas. Flaco favor a la democracia y a la izquierda latinoamericana.
Fernando L¨®pez D¡¯Alesandro es historiador y analista pol¨ªtico.
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