Todos los caminos las llevaron a India
Un libro recoge 30 historias de mujeres impulsoras de proyectos solidarios en el pa¨ªs asi¨¢tico
¡°Cuando llegu¨¦ a India me di cuenta de que hab¨ªa mucha ceguera que se pod¨ªa solucionar con unas simples gafas. Y all¨ª, quedarse ciego es la muerte¡±, cuenta Ana Gonz¨¢lez, mientras explica que la primera causa de ceguera en India son las cataratas. Un problema que en Occidente se soluciona con una sencilla operaci¨®n, en aquel pa¨ªs te lleva a la muerte en dos a?os. Con la vista, los indios pierden la posibilidad de trabajar, tener ingresos y alimentarse.
Y Gonz¨¢lez decidi¨® pasar a la acci¨®n. Esta oftalm¨®loga gallega, que viaj¨® por primera vez a India en 2014 con un cargamento de gafas y con sus equipos port¨¢tiles, ha logrado atender a m¨¢s de 1.000 ni?os y adultos de los slums (suburbios de chabolas) de Calcuta y de otras ciudades cercanas. ¡°Fuimos conscientes que devolverles la vista era tambi¨¦n darles la vida¡±, insiste mientras relata las dificultades burocr¨¢ticas para que los expertos extranjeros puedan operar en India. Solo se lo han permitido en una ocasi¨®n, pero asegura que eso no le ha quitado ni un ¨¢pice de energ¨ªa para seguir.
Gonz¨¢lez es solo una de las 30 mujeres cuyos testimonios y vivencias se recogen en el libro Todos los caminos llevan a India (Ediciones Casiopea) de Loreto Hernandez, que se present¨® hace unos d¨ªas en la sede de Casa Asia en Madrid. Adem¨¢s de su amor por el pa¨ªs, todas ellas tienen en com¨²n la ilusi¨®n por ser parte de la soluci¨®n a sus problemas. ¡°Lo que a la mayor¨ªa de los mortales nos parte el alma, a otras mujeres os lleva a la acci¨®n y a no moveros con el mundo, sino mover el mundo. He descubierto a trav¨¦s de vuestras historias una India que ha vuelto a enamorarme¡± reconoce la autora, que con su anterior publicaci¨®n (Todos los caminos llevan a ?frica) logr¨® el a?o pasado el premio International Latino Book.
Se trata de un libro inc¨®modo, reconoce Hern¨¢ndez. Porque te obliga a pensar, a hacerte preguntas sobre qu¨¦ puedes hacer t¨². Sara Crespo lo sabe bien, y cuenta que una de las cosas que le ense?aron tanto Vicente como Ana Ferrer fue la acci¨®n. ¡°Todas las personas pueden hacer una acci¨®n, da igual d¨®nde. Mi acci¨®n y mi trabajo son sensibilizar¡±. Crespo estuvo en la Fundaci¨®n Vicente Ferrer durante cuatro a?os, trabajando con personas sordas para su inclusi¨®n. En Andhra Pradesh, uno de los Estados m¨¢s pobres de la India, dedic¨® un a?o a elaborar un diccionario de la lengua de signos en telegu, el idioma local, y logr¨® que hubiera profesores nativos sordos en cada centro de la fundaci¨®n. La lengua de signos ya estaba implantada a su llegada, pero la mente de un ni?o sordo no es igual que la de un oyente y hay que adaptarse a ello. Como ella, otros 1.000 cooperantes espa?oles trabajan en el equipo de la fundaci¨®n sobre el terreno.
Para Mar¨ªa Moreno, otra de las mujeres que cuentan su historia en el libro, su relaci¨®n con India empez¨® cuando recibi¨® una carta firmada por el sacerdote Gast¨®n Granjean. Es decir, el hombre que inspir¨® a Dominique Lapierre para escribir La Ciudad de la Alegr¨ªa. ¡°Hab¨ªa habido unas inundaciones terribles en el delta del Ganges y estaba recogiendo cad¨¢veres sin ning¨²n apoyo, porque eran intocables¡±, recuerda Moreno. Hoy ella dirige la Fundaci¨®n Esperanza y Alegr¨ªa. A partir de ese momento naci¨® la fundaci¨®n que trabaja desde hace m¨¢s de una d¨¦cada en India llevando a cabo proyectos de educaci¨®n y salud.
Mercedes de la Torre dice sentirse peque?ita entre proyectos tan grandes, pero el suyo tambi¨¦n aporta un granito de arena a trav¨¦s de la venta de joyas, pasminas y otros productos artesanales que compra en India y vende en nuestro pa¨ªs a trav¨¦s de su tienda, Premaseva. Todos los beneficios los destina a familias rurales de la zona de Rajast¨¢n as¨ª como a El hogar de las ni?as, un centro a unos 100 kil¨®metros de Calcuta que acoge a cerca de 300 ni?as. ¡°Premaseva significa amor y servicio, y esto es lo que nos mueve a todos los que de una manera u otra estamos comprometidos¡±, cuenta emocionada durante el evento.
En Passor, en el extrarradio de Delhi, se encuentra uno de los proyectos dirigidos por Arancha Mart¨ªnez, donde m¨¢s de 60.000 familias ¡ªy muchos menores¡ª trabajan en las 600 f¨¢bricas de ladrillos. Desde It will be, la organizaci¨®n que dirige, han instalado un dispensario y una escuela para evitar el trabajo infantil en 15 de estas f¨¢bricas, uno de muchos proyectos centrados en la educaci¨®n de ni?os y mujeres. ¡°A mi India me hace sentir viva y cuando paso muchos meses en Espa?a siempre llega un momento en el que tengo la necesidad de ir", cuenta Mart¨ªnez, que vivi¨® cinco a?os en India y reconoce que tuvo que desaprender continuamente para empezar a entender el pa¨ªs.
¡°Si ya de por si ser mujer en India es una pesadilla, ser viuda es ya no ser nada. Cuando una mujer pierde a su marido le cortan el pelo, la visten de blanco, le despojan de sus joyas y posesiones y la echan a Vrindavan¡±. En esta ciudad a 150 kil¨®metros de Delhi trabaja Diana Ros, donde a trav¨¦s de la organizaci¨®n SOS Mujer ayuda a las viudas con apoyo psicol¨®gico, tramitando sus pensiones y atendi¨¦ndolas en un dispensario con atenci¨®n medica y farmac¨¦utica gratuita. Muchas de estas mujeres son muy j¨®venes dado que se celebran matrimonios a muy corta edad. Ros sonr¨ªe al relatar la historia de Janakee, una joven que ya se ha dejado crecer el pelo, se pone sus joyas y ve el futuro con esperanza.
*Todas estas emprendedoras sociales, son solo unas cuantas de las que aparecen en el libro que se puede adquirir en cualquier librer¨ªa o en la web de la Editorial Casiopea.
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