Sastrer¨ªa 3.0
ATAVIADA CON un conjunto de est¨¦tica hipster, una anciana saluda con un corte de mangas desde la pechera de un jersey. La procaz prenda, en blanco y negro, cuelga de un perchero ?dispuesto en una de las salas de prensa de Pitti Uomo, la feria de las tendencias mascu?linas por excelencia que se celebra en Florencia. Su creador, Carlo Volpi, ha ganado la versi¨®n italiana del premio Who¡¯s On Next para j¨®venes dise?adores. Esa abuela punk, dice, es el ¡°s¨ªmbolo¡± de su colecci¨®n. La inspiraci¨®n le lleg¨® desde ¡°los clubes nocturnos, y en general de todo lo que le da asco a la gente¡±. Tejidas con lana, sus ropas buscan recuperar la tradici¨®n artesanal para actualizarla, darle una vuelta de tuerca. Todo, subraya, por una cantidad m¨¢s o menos asequible de euros. ¡°Creo que es mejor tener buen precio que buena calidad¡±, sentencia el modista florentino. ¡°Cada vez menos gente est¨¢ interesada en la calidad. Y los que s¨ª lo est¨¢n compran marcas como Brunello Cucinelli¡±.
En pleno ecuador de la feria, una afirmaci¨®n as¨ª merece ser contrastada. A un escaso centenar de metros, desde su estand en la sede de Pitti, el aludido Cucinelli se dirige poco despu¨¦s de la intervenci¨®n de Volpi a las c¨¢maras de televisi¨®n. Muestra al objetivo su nueva colecci¨®n, fundamentada en la mezcla de acabados, colores y tejidos. Sus chaquetas esconden un patronaje arquitect¨®nico. Sus pantalones tienen un remate perfecto. Le consultamos: ?piensa ¨¦l, el rey del cachemir, que los compradores est¨¢n ahora menos dispuestos a dejarse el dinero en ropa? ¡°No estoy totalmente convencido¡±, responde el dise?ador. ¡°De lo que s¨ª estoy seguro es de que ahora la gente quiere adquirir art¨ªculos especiales y exclusivos, artesanos¡±. Ante el desplazamiento del gusto hacia lo informal, teor¨ªa comprobada ¨Centre otras muchas se?ales¨C por el imparable ¨¦xito del athleisure (esa hasta no hace tanto inaudita combinaci¨®n entre lo elegante y lo deportivo), Cucinelli confirma que la sastrer¨ªa, uno de los emblemas de su empresa, no solo sobrevive en paralelo a las tendencias contempor¨¢neas. De hecho, su evoluci¨®n no deja de mirar hacia arriba. Cada vez m¨¢s hombres, incluidos los m¨¢s modernos, compran trajes. Y cada vez m¨¢s los quieren a medida.
Las apuestas de firmas de distintos perfiles ¨Cdesde cl¨¢sicas como Ermenegildo Zegna hasta vanguardistas como Vetements¨C confirman que el sector de la sastrer¨ªa, sin¨®nimo de calidad, est¨¢ en alza. Renovado, pero en constante crecimiento.
¡°El hombre moderno ya no se viste para una ocasi¨®n, sino para un estilo de vida¡±, asegura Tommy Hilfiger.
Zegna, una de las insignias globales del lujo masculino, lleva en el negocio desde 1972. Desde la compa?¨ªa explican que, para sus chaquetas y abrigos, los clientes pueden elegir entre m¨¢s de 500 telas ?diferentes, ?pa?trones y colores exclusivos. ¡°Todo se realiza de manera artesanal, puntada tras puntada, hasta la costura de la etiqueta con el nombre del cliente¡±. En solo unas semanas, este ser¨¢ poseedor de un conjunto ¨²nico, cuyas m¨¢s de cien piezas habr¨¢n sido ?seleccionadas y tratadas seg¨²n su particular sensibilidad y preferencias. ?Sabedora de la progresiva inclinaci¨®n hacia lo informal, la firma lanz¨® en 2014 el proyecto Casual Luxury, con el que se incorporaron chaquetas desestructuradas o prendas de cachemir a los trajes a medida.
Bajo la actual direcci¨®n de Alessandro Michele, en Gucci han decidido igualmente experimentar con los c¨®digos a base de una selecci¨®n de siluetas y la combinaci¨®n de tejidos. En Tommy Hilfiger siguen un camino parecido. ¡°Nuestros dise?os combinan la sastrer¨ªa tradicional con otros estilos m¨¢s relajados que encajan con las necesidades del hombre de hoy¡±, explica el dise?ador neoyorquino, quien tambi¨¦n present¨® colecci¨®n en Pitti. ¡°El hombre moderno ya no se viste para una ocasi¨®n, sino para un estilo de vida¡±. La manera de unir ambas tendencias, lo de ahora con lo de siempre, pasa por alcanzar una formalidad desplegada en su justa armon¨ªa. ¡°Esto significa llevar siempre prendas de ?sastrer¨ªa en la parte de arriba¡±, recomienda Cucinelli, cuya empresa, que da trabajo a 1.400 personas, factur¨® 414,2 millones de euros en 2015. ¡°Lo que necesitas es un estilo reconocible y chic, y eso te lo proporciona ?normalmente la chaqueta. Por el otro lado, los pantalones los puedes alternar: con un solo pliegue, con dos, un poco m¨¢s anchos¡, y es esta mixtura lo que transforma el tono de tu look¡±.
La firma Hackett London factur¨® 3 millones de euros con su divisi¨®n de sastrer¨ªa a medida el a?o pasado.
Los tiempos cambian y las marcas se ven obligadas a hacer equilibrios caminando sobre lo que Hilfiger denomina ¡°la fina l¨ªnea que separa el deseo de innovaci¨®n y la importancia de mantenernos fieles a nuestra herencia¡±. Adem¨¢s, ¡°estamos viviendo un momento de cambio entre los sastres de toda la vida y una nueva generaci¨®n¡±, agrega Manuel Garc¨ªa, director creativo de Garc¨ªa Madrid, que coincide en se?alar que ¡°en estos momentos de globalizaci¨®n de la moda, del producto r¨¢pido, el cliente busca de nuevo ese servicio m¨¢s personalizado¡±. ¡°Nosotros llevamos trabajando el hecho a medida en nuestras tiendas tres a?os¡±, agrega, ¡°y cada vez vamos a m¨¢s¡±.
Graham Simpkins, responsable en Hackett London, asegura que durante los ¨²ltimos siete a?os han percibido ¡°un aumento muy grande en el crecimiento del hecho a medida¡± en sus tiendas de todo el mundo. Afirma que el a?o pasado factur¨® unos tres millones solo con esta rama del negocio, cuyas cifras totales rondaban en 2015 los 250 millones de euros. ¡°Cada cliente pide algo diferente y no hay dos pedidos iguales: a la mayor¨ªa de los hombres les gusta vestir para reflejar su personalidad¡±.
Brunello Cucinelli: ¡°Se presta cada vez m¨¢s atenci¨®n a d¨®nde y c¨®mo se manufactura la ropa¡±.
Ya lo hab¨ªa dicho Brunello Cucinelli: frente a la fast fashion y su producci¨®n masiva, el lujo ha hallado ?resguardo en lo propio y exclusivo. Tambi¨¦n en lo que no se consigue en un solo segundo, sino que requiere de una espera y genera expectativas. De hecho, inspirado por su ¡°maestro Epicuro¡±, Cucinelli ha desarrollado una triple teor¨ªa que arrojar¨ªa luz sobre el ¡°cambio cultural¡± que el italiano percibe: ¡°Junto a una voluntad de poseer cosas ¨²nicas¡±, indica, ¡°ahora se da un claro rechazo del ?consumismo: las cosas ya no se desperdician o se tiran, sino que se utilizan. Adem¨¢s, se est¨¢ prestando ?much¨ªsima atenci¨®n a d¨®nde y c¨®mo se manufacturan los productos, para saber si se ha afectado a las personas o a la naturaleza de alg¨²n modo durante el proceso¡±.
Las coloridas palabras que pinta el modista resultan elocuentes, si bien entre los entendidos resuenan ecos de las no pocas voces que ya han sentenciado la sastrer¨ªa al olvido. ¡°Se habla de la muerte del traje, pero yo no veo que eso est¨¦ ocurriendo. Cada vez es menos com¨²n ir con ropa formal al trabajo, pero la gente lleva trajes en las ocasiones especiales¡±, refuta Paul Smith, invitado especial en Pitti, donde incluso la influyente cr¨ªtica Suzy Menkes percibi¨® ¨Cy escribi¨® en la web internacional de Vogue¨C que ¡°el p¨¦ndulo de la moda est¨¢ balance¨¢ndose de nuevo¡± hacia la sastrer¨ªa. A juzgar por la colecci¨®n que Smith present¨® en la ciudad toscana, seguramente habr¨ªa quien no lo hubiera dicho: montados en bicicleta y lanz¨¢ndose vasos de agua por encima, los modelos luc¨ªan prendas impermeables, reflectantes o con un sistema antiarrugas. El quid reside en que son ?precisamente esas innovaciones tecnol¨®gicas las que perfilan el futuro (tambi¨¦n el presente) de los trajes, sean o no a medida: ¡°Moda es cambio, y nosotros sabemos ?observar, escuchar y adaptarnos¡±, certifica Manuel Garc¨ªa. ¡°Es algo que va en nuestro ADN: estamos en evoluci¨®n continua¡±. Con la progresiva relajaci¨®n de los c¨®digos de g¨¦nero en la ropa ¨Cya no se crea tanto para el hombre o para la mujer como para todo el mundo¨C, quiz¨¢ sea esa la pr¨®xima cima. ¡°La sastrer¨ªa es un cl¨¢sico que puede vestir cualquiera¡±, cuenta Tommy Hilfiger. ¡°Este mismo a?o nosotros presentaremos una colecci¨®n c¨¢psula para ni?os. La sastrer¨ªa tradicional es algo del pasado: ahora lo que se lleva es mezclarlo con piezas que sean m¨¢s casual y divertidas. Por suerte, yo tengo a mis hijos, que me ayudan a estar al tanto de lo que se considera cool¡±.
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